Mo Ibrahim – Vocación por África

21/04/2009 | Opinión

Lagos – Una cosa por la que el Banco PHB impulsó African Voices (Voces Africanas) en la CNN y que está haciéndose realidad en el continente y en todo el mundo es la habilidad de los productores de darle a todo el mundo el sentimiento de pertenencia sin disminuir la calidad de las personalidades invitadas al programa.

Imagínese lo contentos que tenían que estar los senegaleses, malienses y etíopes el pasado fin de semana cuando Ousmane Sembene, Abderrahmane Sissako y Haile Gerima intervinieron en el programa. Este fin de semana, la primera serie de documentales basada en personalidades de la CNN se centra en Sudán y en Mo Ibrahim, un hombre cuyo buen corazón ha ganado más fama que su tremenda fortuna.

Mo Ibrahim se muestra de forma instructiva para los hombres de buena posición económica de la actualidad cuyas ideas de filantropía y responsabilidad corporativa social se desvían hacia la búsqueda del patrocinio personal a nivel gubernamental.

En 1998, cuando se produjo el boom de las telecomunicaciones, Mo Ibrahim se quedó asombrado al comprobar que las grandes compañías invirtieron en el negocio de la telefonía móvil por todo el mundo excepto en África. Ahí sólo veían problemas: pobreza, disturbios y corrupción. Por aquel entonces Ibrahim, un veterano de la industria de telecomunicaciones en Gran Bretaña y en Sudán, regentaba una consultoría que él mismo había fundada en Londres. La idea tomó forma en medio del humo del tabaco y de las copas que seguían sus cenas de directivos. ¿Sería posible crear un operador de telefonía panafricano y llevarlo a cabo sin pagar sobornos?

Así comenzó Celtel, que con 20 millones de clientes en 15 países es en la actualidad uno de los operadores de telefonía móvil más importantes de África. Ibrahim demostró que el continente estaba abierto al negocio cuando en 2005 vendió Celtel a MTC, un operador de telefonía kuwaití, por una cantidad de 3.400 millones de dólares. Más que una obra benéfica insiste en que “la inversión es el camino a seguir por África”.

Fundar negocios en África es importante para Ibrahim que tuvo que abandonar África de joven para continuar con su carrera. Nació en Sudán y creció y se educó en Egipto, comenzó su carrera como ingeniero en la compañía nacional de telefonía de Sudán. Después de realizar sus estudios superiores en Gran Bretaña, se convirtió en el director técnico de Cellnet, la sección de wireless de BT, el operador de telecomunicaciones más grande de Gran Bretaña. (Más tarde, Cellnet fue vendida y rebautizada como O2; en la actualidad pertenece a Telefónica). En 1989 se marchó para montar una consultoría de ingeniería que diseñaba redes de telefonía móvil que más tarde, en 2000, vendió a Marconi por más de 900 millones de dólares.

Estas experiencias prepararon el terreno para la aparición de Celtel. La consultoría permitió a Ibrahim fijarse detenidamente en los modelos de docenas de operadores de telefonía móvil, a partir de los cuales concluyó que un operador africano podría ser un negocio que funcionase. El tiempo que pasó en BT también le sirvió para informarse ya que según Ibrahim, las grandes compañías le enseñan a uno todo lo que no tiene que hacer para triunfar. “Más tarde, no me preocupaba no coger a los hombres importantes porque sabes que no son eficientes”, dice Ibrahim. Su éxito previo consistió en la motivación no exclusivamente comercial que impulsaba la puesta en marcha de Celtel. Tanto él como sus cofundadores ya poseían fortunas y consideraban Celtel como una prueba política e intelectual. Por eso, se aventuraron felizmente en el arriesgado mercado africano y se negaron a pagar sobornos.

La fundación de Mo Ibrahim

La Fundación Mo Ibrahim es quizá una de las marcas imborrables que este extraordinario empresario deja para la posteridad. Entre otras muchas cosas, la Fundación aspira a fomentar el buen liderazgo y la buena dirección en África proporcionando criterios objetivos con los cuales los ciudadanos pueden responsabilizar a los gobiernos.

En 2006, la Fundación lanzó el Premio para los Logros en el Liderazgo Africano. El premio se concede a los jefes de Estado africanos que ofrecen a sus electores seguridad, sanidad, educación así como desarrollo económico y que democráticamente transfieren el poder a su sucesor. Según Ibrahim “una buena dirección es crucial”. Con un pago inicial de 5 millones de dólares más 200.000 por año de por vida, el premio es considerado como el más importante del mundo, sobrepasando al Premio Nobel de la Paz, con 1,3 millones de dólares.

El premio inaugural fue concedido al ex-presidente de Mozambique Joaquin Chissano por “el papel desempeñado a la hora de conducir a Mozambique de la guerra a la paz y la democracia”. Festus Mogae ganó el Premio Ibrahim por los Logros en el Liderazgo Africano 2008 y está recibiendo 5 millones de dólares por un periodo de 10 años y posteriormente recibirá 200.000 dólares anuales el resto de su vida.

Entre las personas que apoyan la iniciativa están el ex-presidente de Suráfrica, Nelson Mandela; el ex-presidente de los Estados Unidos de América, Bill Clinton y el ex-secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan.

Otros intereses

Ibrahim también ha aportado 150 millones de dólares para crear un fondo destinado a invertir en negocios africanos. Desde sus oficinas recién abiertas en Londres, el Africa Enterprise Fund (Fondo de la Empresa Africana) buscará las compañías que ofrezcan servicios financieros, bienes de consumo, procesamiento energético y agrícola. El objetivo es centrarse en los negocios ya fundados que para crecer necesiten dinero en efectivo y una gerencia experimentada. Se supone que la inversión media oscilará alrededor de los 20 millones de dólares. Sólo se tendrá en cuenta las empresas que pueden expandir sus operaciones regionales por toda África. Ibrahim ha designado a Tsega Gebreyes, antigua jefa de estrategias de Celtel, para que ayude a dirigir el fondo ya que la propuesta del fondo es utilizar las fórmulas de Celtel en otros campos: identificar ineficiencias, consolidar operaciones fragmentadas, expandirse a nivel continental y desarrollar una marca seria. El objetivo es a gran escala. Una gran compañía que opere en varios mercados africanos puede atraer a importantes directores más que a un grupo de directores locales y puede tener un peso político más importante cuando surjan los sobornos.

Política, filosofía y economía

A pesar de no haber vínculos directores entre la fundación y el fondo, ambas son simbióticas. En África, los negocios y las inversiones sólo pueden funcionar si hay una buena dirección y eso es lo que promociona la fundación. Es necesario un desarrollo económico sucesivo para proporcionarle a la gente una interesante mejora en el proceso político. Es verdad que el premio de 5 millones de dólares de la fundación es una miseria si se compara con los botines que pueden obtener permaneciendo en el poder, pero la iniciativa puede que no sea totalmente inútil: dada la importancia de los organismos intergubernamentales africanos, no perjudicará en absoluto hacer un ranking público anual de los gobiernos africanos; así, la fundación ofrecerá un incentivo mientas que otras organizaciones no gubernamentales amenazan.

El fondo de inversión es también ínfimo si se compara con la magnitud de los problemas en África pero como muestra Celtel, algunos negocios pueden provocar una fuerte reacción que haga que se promocione la actividad económica y se generen nuevas inversiones. Por ejemplo, Celtel tiene alrededor de 8.000 trabajadores pero él y otros operadores de telefonía móvil que revenden tiempo de emisión de prepago, proporcionan indirectamente empleo a aproximadamente 170.000 personas en África. De forma más general, los teléfonos móviles también promocionan iniciativas empresariales y actividad económica al ampliar el acceso a los mercados y al arreglar las infraestructuras de transporte malas o no existentes. Podría tener un efecto similar en otros campos como el de los servicios financieros y la energía.

Hace 30 años, Mo Ibrahim tuvo que abandonar África para ir a Europa en busca de educación y éxito profesional. Él espera que fomentar las empresas autóctonas africanas ayude a asegurar a los futuros ingenieros y empresario oportunidades cerca de sus casas.

Una vez fue marxista

Es un hombre que se describe así mismo como un “antiguo marxista”, pero Mo Ibrahim ha hecho, sin lugar a dudas, las paces con el capitalismo. El presidente del grupo de telefonía móvil subsahariana que más rápido crece, habla con la satisfacción de haber roto el recelo que siente el mundo de los negocios árabe hacia su continente. Pocos inventos, como el teléfono móvil en África, pueden alardear de producir un impacto en la sociedad. Adoptado mucho antes de que pasara a ser algo corriente en Occidente, la tecnología permite a los africanos comunicarse en vez de desgastar líneas de tierras y en lugares que las redes de la era colonial nunca llegaron.

Una idea brillante

En 1969, Mo Ibrahim desarrolló su idea y el interés que le despertaban las telecomunicaciones de una forma bastante peculiar. Cuando se apresuraba a una proyección de Khartoum, una película épica en la que actuaba Charlton Heston, se metió deprisa en el taxi y se interesó por la radio del taxi. “¿Cómo está conectado?” preguntó al conductor, “¿cómo puede la señal alcanzar el coche sin un enlace de radio directo?”. La pregunta pasó a ser el tema central de varios títulos universitarios y más tarde Ibrahim se unió a BT, empresa que formó parte de la instauración de la primera red de telefonía móvil en Gran Bretaña, antes de fundar la consultoría internacional. No obstante, África siguió siendo su gran pasión y le horrorizó que los posibles inversores supusieran desde un primer momento que África era un lugar donde los contratos no serían cumplidos.

Post mortem

Hemos escuchado que telespectadores apasionados del programa están empezando a sentirse incómodos porque en la lista, cada vez más grande de personalidades invitadas al programa, no está incluida ninguna nigeriana. A pesar de la intención que tiene el Banco PHB de convertirse en el Banco Integrado de África, todavía sigue siendo una empresa nigeriana y el que paga elige. Ha llegado a nuestros oídos que no vamos a tener que esperar mucho. Claramente no es una indicación de la escasez de iconos nigerianos que merecen ser reconocidos en el programa. Lo bueno es que la espera merecerá la pena. African Voices se emite todos los sábados de 12:30 a 19:30 en la CNN, con una segunda emisión los domingos a las 18:00.

Columna publicada en This Day, de Nigeria, el 11 de abril de 2009.

Traducido por Raquel Barrajón, alumna de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid Traducción /Interpretación, colaboradora en la traducción de algunos artículos.

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