Miriam Makeba, fue la gran dama de la canción africana, puso su poderosa voz al servicio de la lucha contra el racismo, a favor de los derechos de las mujeres y los niños. Cuando Nelson Mandela llegó al poder en Sudáfrica, dijo de Miriam Makeba que era “una madre para la joven nación”. Muy admirada y querida, en todo el continente se la llamaba “mama África”.
Su cálida sonrisa, su elegante porte y su voz potente habían llegado muy lejos para denunciar la discriminación racial. Lo hizo en lugares diversos ante la gente del pueblo y ante los poderosos. También lo hizo ante la Asamblea General de Naciones Unidas. Perdió su pasaporte sudafricano y se convirtió aún más en ciudadana del mundo. Por su música y su lucha por los derechos humanos recibió numerosos premios, en los cuatro continentes.
Miriam Makeba, nació en Johannesburgo el 4 de marzo de 1932 y murió en Italia el 10-11- 2008. Estaba ofreciendo un concierto, en Castel Volturno en solidaridad con el escritor Roberto Saviano, amenazado por la mafia por su obra “Gomorra”, y en homenaje a seis inmigrantes de Ghana asesinados en septiembre en un ataque atribuido al crimen organizado. Había empezado el día visitando un centro de inmigrantes donde habló de la discriminación racial e invitó a italianos y emigrantes a “caminar juntos como única forma de convivir”.
La cantante había pasado buena parte de su infancia en la capital administrativa de Sudáfrica Pretoria. Desde muy joven empezó a cantar. Sus primeras canciones provenían de la tradición y folklore xhosa. Creció con música jazz y muy pronto se comprometió en la lucha contra el apartheid. Tuvo que marcharse primero a Italia, después a Londres donde conoció a otro gran cantante y activista de la lucha contra la segregación. Con él marchó a los Estados Unidos. En 1960, siendo ya una artista de renombre internacional, le prohibieron regresar a Sudáfrica para asistir al entierro de su madre. En 1963, le fue retirado el pasaporte sudafricano después de que denunciara al régimen del apartheid en la ONU. En 1968 se casó con un activista del «black power» Stokely Carmichael. Vigilados por el FBI tuvieron que abandonar Estados Unidos y se instaló en Guinea Conakry.
Hasta 1990 Miriam Makeba no pudo regresar a su país. Más de una vez recordó que, uno de los momentos más emocionantes de su vida lo había vivido, después de 30 años de exilio, el 11 de junio de 1990, por la mañana temprano, cuando oyó cantar Nkosi sisekele, himno del Congreso Nacional. al llegar al aeropuerto de Johannesburgo.
En 2004 inició una gira mundial de 14 meses por 52 países para despedirse de sus admiradores. Terminó su jira y seguía siendo solicitada. En Enero del 2008, vino a Barcelona para decir adiós a los escenarios españoles en el Palau de la Música Catalana. Un periodista preguntó a la artista sobre el día que dejaría de cantar. He aquí su respuesta:”Intento decir adiós desde hace un año, pero me está costando. Cada vez que llego a casa, alguien me pide que dé un concierto más. Y la verdad es que ya no soy joven. Llevo 50 años sobre el escenario y viajar me cansa mucho. ¿Que qué haré? Me dedicaré al hogar para niñas que tengo en Sudáfrica. Ellas son el futuro de mi país».
Miriam Makeba ha sido no sólo una de las artistas más importantes e influyentes de África, también la más amada. Su corazón se paró en su último concierto, pero su música y su mensaje nos seguirán llegando porque, la voz que se alzó contra el Apartheid y supo cantar el amor y la pasión, no se puede extinguir. En su música se reconocen todas las culturas, en su mensaje todas las personas que .desean un mudo más justo. Su espíritu seguirá vivo en los corazones de los hombres y mujeres que quieren un mundo más justo. “Desde mi posición de cantante lucho por la justicia y la igualdad. Nunca me he considerado activista política. Canto y hablo sobre verdades. Nuestro entorno siempre ha sufrido por el apartheid, el racismo y la miseria”.
Durante su larga carrera artística recibió numerosos premios por su música y por su mensaje en defensa de la paz y de los derechos humanos. Desde 1999 Miriem Makeba era embajadora de buena voluntad de la FAO. Su última misión oficial la llevó a la República Democrática del Congo en marzo de 2008, para visitar los proyectos de emergencia destinados a ayudar a las familias que habían sobrevivido a la violencia y a infectados por el VIH. El día de su fallecimiento, Jacques Diouf director general de la FAO, le rindió homenaje con las palabras siguientes: «Mamá Africa alzó su voz contra la violencia, la desigualdad y la enfermedad, que mantienen a mucha gente, en especial a mujeres y niños, en condiciones de extrema pobreza. Echaremos de menos su energía y su preocupación y respeto por las personas más vulnerables”.
Miriem Makeba fue una gran mujer africana que merece ser conocida reconocida y recordada, fue una gran artista, que nunca olvidó sus orígenes una luchadora incansable hasta su último aliento. “Nosotros, los surafricanos, -decía- fuimos los últimos en conseguir la libertad en África. Luchamos contra un régimen de apartheid y lo conseguimos. Ahora somos libres, pero nuestra libertad es relativa, porque económicamente hay mucha represión. Y mi lucha nunca terminará hasta que todos seamos realmente libres”.