Miles de refugiados mauritanos vuelven a su país después de 19 años en Senegal

21/07/2008 | Crónicas y reportajes

El retorno de más de 4.000 refugiados mauritanos que han estado viviendo en el exilio en Senegal durante casi dos décadas, se ha producido sin complicaciones en general, aunque en algunos casos se produjeron tensiones cuando algunos refugiados se quejaban de sus nuevas condiciones de vida, y se encontraron con dificultades para reclamar sus tierras.

En 1989, las autoridades se apropiaron de la tierra de muchos refugiados cuando les echaron del país, obligándoles a huir a Senegal y Mali. “Todavía no hemos recuperado nuestra tierra ni nuestras propiedades, que fueron robadas en 1989”, asegura una mujer que ha sido repatriada a Boynguel Thilé, cerca de Boghé, a 225 kilómetros de Nuakchot.

Los retornados o bien han sido reasentados en nuevas tierras, cerca de sus antiguos pueblos, o bien se les ha pedido que presenten reclamaciones para intentar reasentarse en sus antiguas propiedades, mediante la negociación con los actuales propietarios, según Sidi Sow, el prefecto de Rosso, en el sur de Mauritania, lugar a donde llegaron los primeros retornados en enero de 2008. Pero en muchos casos, esta tierra ya no está disponible para ellos de ninguna manera, un problema que es más acuciante en la región de Trarza, al este de la capital.

“Tenemos muchos problemas con la tierra en Trarza. La gente se ha quejado de esto en cada uno de los lugares a donde han retornado los ex refugiados. Los retornados saben dónde estaba su tierra y cuántos acres poseían, y quieren recuperarlo rápidamente, para poder comenzar de nuevo con sus explotaciones agrarias”, declara Angéle Djohossou, una funcionaria de repatriación de la Agencia para los Refugiados de las Naciones Unidas.

Sow declara “tenemos que negociar en los casos de devolver tierra cultivable. Se lleva a cabo una investigación cuando se producen disputas y nosotros proponemos un numero de soluciones diferentes a la gente que ocupa la tierra que no le pertenece, ya que algunos refugiados deberán aceptar reasentarse en sitios diferentes a donde vivían hace 19 años”.

Pero para Moussa Fall, director de la Organización No Gubernamental, Agencia Nacional para la Recepción y la Integración de los Refugiados, ANAIR, esto implica más compromiso por parte de las autoridades locales, que deben asegurarse de que los retornados sean capaces de explotar la tierra agrícola que se les da, ya que están retornado a una de las pocas regiones productivas agrícolamente del sur. “Tenemos que acoplar la tierra disponible con la capacidad de la gente para explotarla”, asegura.

Quejas por el alojamiento

Existen otros problemas, además. Algunos retornados que esperan a ser reasentados, están viviendo en tiendas de campaña donadas por el ACNUR. Pero parte de las tiendas que estaban destinadas para los mauritanos se han enviado a Myanmar, para ayudar a las víctimas del ciclón Nargis, dando lugar a una escasez que hace que se vean obligados a buscar otras alternativas.

“Hemos decidido construir hangares, con el suelo de cemento, un perímetro de alambrado, para protegerse de los animales, y un tejado prefabricado”, comenta el representante de ACNUR en Mauritania, Didier Laye.

Algunos de los que ya han sido realojados en sus nuevas casas aseguran que las instalaciones son inapropiadas. Diouldé Amadou, un refugiado repatriado recientemente, ahora vive en el pueblo de Joudallaye, a las afueras de Boghé. “Sólo tenemos una estancia de 4 por cinco metros para mí y para mis 12 hijos”, exclama. “Vivir en Senegal era más fácil para nosotros, teníamos tres habitaciones y estábamos mejor establecidos”.

Pero el responsable de ACNUR para la región de Brakna, al sur de Mauritania, alega que no se puede responsabilizar a la agencia de todo, “esta gente debe comprender que ya no son refugiados. Ahora son ciudadanos mauritanos con sus derechos, y si no están satisfechos con algo, deben acudir ante las autoridades locales, no ante la ONU”.

Estudio de pueblo por pueblo

Moussa Fall, de ANAIR es optimista sobre las perspectivas de encontrar una solución a estos problemas dado que las autoridades locales se están implicando más. Ya se han producido progresos. Las autoridades locales se están preparando para recibir las reclamaciones de tierra de la gente, y la ACNUR y demás ONG para ayudarles. “Hemos hecho un estudio pueblo por pueblo, para planear cómo responder a cada reclamación”.

ACNUR, el gobierno, los retornados y los donantes se reunirán en octubre para discutir sobre los asuntos pendientes.

Mientras tanto, no todo el mundo se queja. Un retornado declaró a IRIN ¡Con tiempo, todo volverá a estar en orden. Los problemas a menudo encuentran solución poco a poco. Mira, antes no teníamos agua, y ahora se ha instalado una fuente al lado del camino. Tenemos que ser pacientes”.

(IRIN, 21-07-08)

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