Miles de personas huyen de Costa de Marfil, por temor a que se inicie otra guerra civil

16/12/2010 | Crónicas y reportajes

Dinmin Omin, de 52 años, no ha olvidado las bombas que en la guerra civil de Costa de Marfil mataron a su hermano y a su tío. Así que, cuando el mes pasado las elecciones se complicaron, no perdió ni un minuto en huir a Liberia.

Junto con otros miles de marfileños, que cruzaron la frontera hacia Liberia, cuando el presidente saliente Laurent Gbagbo y el electo, Alassane Ouattara, ambos reclamaron ser los vencedores de las elecciones presidenciales.

“Estoy en Liberia porque han anunciado que Gbagbo se ha negado a aceptar los resultados de las elecciones”, afirma Omin en la ciudad liberiana de Kenlay, a 6 kilómetros de la frontera con Costa de Marfil.

“Sé que esto va a provocar otra guerra en mi país. No he olvidado lo que pasó en 2002. Las fuerzas de Gbagbo llegaron a Danane, en el lado marfileño de la frontera, con bombarderos, y tiraban bombas sobre cualquier cosa que se moviera”, añade.

“Perdí a mi tío y a mi hermano. Tuvimos que recoger las partes de sus cuerpos destrozados para enterrarlos. Fue terrible para mí”, recuerda.
Los conflictos civiles en los dos países del África Occidental han provocado que miles de refugiados vayan y vuelvan cruzando la frontera.

En 2002, un intento fallido de golpe de Estado contra Gbagbo provocó una rebelión armada que dividió Costa de Marfil en dos, entre el norte musulmán, controlado por los rebeldes y el sur cristiano, controlado por el gobierno. Murieron miles de personas en el conflicto que oficialmente terminó en 2005.

Temor a que se repita la guerra

Temiendo que se repita la guerra en la nación todavía dividida, unas 3.700 personas han huido hacia Liberia desde principios de este mes, cuando tanto Gbagbo como Ouattara se declararon a sí mismos presidente o vencedores de las elecciones, según la agencia de refugiados de la ONU. Cerca de 150 personas están cruzando la frontera cada día.

“La mayoría son mujeres con niños, sus maridos se han quedado atrás. Los refugiaos necesitan urgentemente alimentos, agua, instalaciones sanitarias, ropa y artículos básicos de higiene”, señala la Agencia para los Refugiados de la ONU.

Antes de esta crisis, la organización ayudaba a unos 13.000 refugiados marfileños, la mayoría de ellos estaban en Liberia, con otros grupos significativos en Guinea y Mali.

Con los lazos étnicos y familiares, casi todo el mundo en el oeste de Costa de Marfil, tiene un familiar al otro lado de la frontera, así que los refugiados no están viviendo en tiendas, sino en casa y cabañas proporcionadas por sus familiares.

Inmensa tensión

Para Omin y su gran familia, la tensión es inmensa. “Somos 24, yo, mi mujer y otros familiares. Todos dormimos en esta casa que tiene sólo dos habitaciones. Hemos recibido unos cuantos tazones de alubias y otros de arroz, eso es todo. Gracias a dios mis padres aquí tienen un campo de cultivo, allí es donde vamos a recoger algunos alimentos. Pero si esto continua, ellos también empezarán a padecer hambre”.

Todo el mundo tiene sus razones para huir. Seu Modeste, seguidor de Gbagbo dice que los seguidores de Ouattara intentaban darle caza. “Soy de Glamhoue, una ciudad situada a 4 kilómetros de la frontera de Liberia. Inmediatamente después del anuncio de los resultados, los rebeldes vinieron a mi casa y amenazaron con pegarme. Esta es la razón por la que he huido”, explica Modeste.

Droh Mariette, de 60 años, de la ciudad fronteriza marfileña de Liapleu, perdió a toda su familia en la guerra de 2002, y ahora teme por su propia vida si resurge el conflicto. “Mi marido fue asesinado, mis tres hijos también, cuando los bombarderos venidos desde Abiyán atacaron nuestra ciudad en 2002. Según van las cosas, me temo que va a empezar la misma guerra”.

Mariette cruzó a Liberia con su madre. Su principal preocupación de cada día es cómo mantener a su madre.

Otros temen a los mercenarios liberianos, que también estuvieron implicados en el conflicto de Costa de Marfil, y que según la gente de la zona, han sido vistos patrullando la frontera.

La presidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf ha lanzado una dura advertencia a los ex combatientes liberianos, para que se mantengan al margen de la crisis marfileña.

(Mail & Guardian, Suráfrica, 16-12-10)

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