Miles de residentes nigerianos de un barrio del centro comercial de Lagos se manifestaron ayer martes frente a las oficinas del gobernador del estado para protestar contra el desalojo y la demolición de sus casas. Los manifestantes, que pertenecen a una comunidad de pescadores de la laguna de Lagos, incluyendo mujeres y niños, caminaron los kilómetros que les separan de las oficinas del gobernador del estado, pero no fueron recibidos.
«Condenamos el desalojo forzoso de cerca de 30.000 trabajadores y honrados ciudadanos de Otodo Gbame y miles más de la comunidad de Ebute-Ikate», desde el pasado 9 de noviembre, declaraban en una carta de queja al gobernador. «Condenamos en particular, los incendios y las demoliciones en medio de la noche, y el trágico ahogamiento de los perseguidos por la policía en la laguna de Lagos”, han denunciado.
El gobierno manifestó el mes pasado su deseo de “limpiar” la mega ciudad, de más de 20 millones de habitantes, de sus barrios más pobres, alegando motivos de seguridad, incluido el secuestro de niños.
La ONG Amnistía Internacional ha instado al gobierno a detener las demoliciones, por temor a que miles de personas se queden sin hogar.
Por su parte, para protestar contra la demolición de los burdeles por las autoridades, las prostitutas nigerianas han prendido fuego a edificios en un barrio de una ciudad al sur de Nigeria, cerca de Lagos. Alrededor de 200 prostitutas se reunieron ayer martes en el mercado de ganado, donde se encontraba el burdel, en señal de protesta contra la demolición de este local que les permitía hacer su trabajo.
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