México reconoce a los afro-mexicanos en su nuevo censo

4/11/2016 | Crónicas y reportajes

Los afro-mexicanos finalmente han obtenido su debido reconocimiento en la nueva edición del censo de México. México Negro, un grupo pro-negro mexicano, ha ganado la campaña para que los afro-mexicanos figuren como opción de identidad en el censo nacional.

El país cuenta con alrededor de 1,38 millones de personas de ascendencia africana, que representan aproximadamente el 1,2% de su población. Esta es la primera vez en la historia mexicana que los negros pueden identificarse plenamente en el censo, un avance significativo hacia la igualdad en un país que históricamente ha tratado de borrar la negrura de su legado nacional desde la Revolución Mexicana en 1910.

Desde hace casi un siglo, el término «mestizaje» se ha utilizado exclusivamente para reconocer el linaje interracial de los colonizadores mezclados con los indígenas, ignorando simultáneamente la historia de México y a los descendientes de esclavos africanos.

Hacer que los negros sean reconocidos en el censo ha sido una batalla librada por México Negro durante los últimos 15 años. La organización señala que el hecho de que los negros sean representados, con precisión, en el censo del país, combate el racismo anti-negro estructural que está presente en toda América Latina.
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Teniendo en cuenta su cultura, historia y tradiciones, ¿se considera negro, es decir afro-mexicano o afro-descendiente? (Encuesta intercensal de México de 2015).

La inclusión de esa pregunta se consideró inicialmente una cuestión muy delicada. Se dijo que el uso de la palabra negro en los cuestionarios era visto por algunos como una cuestión problemática, ya que muchos investigadores lo consideraban un término peyorativo. Pero eso resultó ser más que nada una preocupación académica, los encuestados no se opusieron a la palabra y se congratularon de poder identificarse como «afro-mexicanos». «Estos grupos quieren contar estadísticamente, para poder, de esta forma, solicitar apoyo gubernamental o institucional».

Una de las principales conclusiones del primer conjunto de datos es que la población negra de México no parece estar rezagada respecto al resto de la población en términos de acceso a la educación o a los servicios de salud. En términos generales, la población negra de México parece tener mejor acceso a servicios públicos, educación y oportunidades de trabajo que la población indígena. Los datos exactos del censo son un primer paso hacia el diagnóstico de los problemas a los que se enfrentan las diferentes comunidades.

«Nos alegramos de esta inclusión», declaró Benigno Gallardo, un activista afro-mexicano afincado en el sureño estado de Guerrero. Pero asegura que aún hay mucho que hacer para lograr el pleno reconocimiento. «En la escuela enseñan a nuestros hijos sobre los europeos y los nativos indígenas, pero los libros de historia prácticamente no reconocen nuestra historia».

Algunos afirman que los primeros negros llegaron con los conquistadores españoles. Después de la caída del Imperio Azteca y el establecimiento de un Virreinato en lo que hoy es la Ciudad de México, los gobernantes españoles comenzaron a importar esclavos de África para reemplazar a los esclavos indígenas que morían de enfermedades y epidemias. Pronto, el término «mulato» fue acuñado para describir las generaciones de raza mixta de negros y europeos blancos.

Bajo el dominio colonial, la sociedad mexicana se dividió en un sistema de castas donde los diferentes grupos se clasificaron según la percepción de la «pureza sanguínea» de la elite gobernante, con el blanco español en la parte superior y los mulatos y otras razas mixtas en la parte inferior.

A principios de 1800, el movimiento de independencia del país abolió la esclavitud y muchos mexicanos negros liberados se unieron a las fuerzas insurgentes contra los españoles. Las generaciones posteriores se establecieron en el Golfo de México y en el sur del país, principalmente en una región conocida como Costa Chica, que en la actualidad está, en gran parte, poblada por afro-mexicanos.mujeres-3.jpg

Antes de Colón o cómo los africanos trajeron la civilización al continente de América

La civilización olmeca, de origen africano y dominada por africanos, fue la primera civilización significativa en Mesoamérica y la cultura madre de México. Los olmecas son quizás más conocidos por las colosales cabezas talladas, encontradas en el centro de México, que exhiben una apariencia negroide africana inconfundible. El antiguo historiador africano, el profesor Van Sertima ha ilustrado cómo los olmecas fueron la primera civilización mesoamericana en usar un lenguaje escrito, una astronomía sofisticada, artes y matemáticas y construyeron las primeras ciudades en México, las cuales influyeron mucho en las civilizaciones mayas y en las posteriores. «No hay la menor duda de que todas las civilizaciones posteriores [México y Centroamérica] descansan en última instancia sobre una base olmeca», comentó Michael Coe, un destacado historiador mexicano.

Los africanos desempeñaron un papel muy intrincado en el ascenso del Imperio Olmeca y la influencia africana alcanzó su punto máximo durante el mismo período en que la antigua cultura egipcia negra ascendió en África.

El lunes de cada segunda semana de octubre se celebra el Día de Colón, en la cultura occidental en general y muy específicamente en los Estados Unidos. Esta es una tradición americana y se enseña a los niños de todas las edades acerca del así llamado descubrimiento del Nuevo Mundo. Desafortunadamente, la mayoría de la gente celebra esta fiesta sin saber la verdad sobre el propósito de Colón con tales viajes y su brutal comportamiento contra la población indígena. El impacto de Colón fue el más devastador para los pueblos indígenas.

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