Hoy, he acudido a una famosa librería regentada por unas monjas. A la hora de pagar veo unos folletos que están ahí encima de la formica para que los clientes se los lleven. El montón en el que me fijo tiene como título «Europa ¿un paraíso? ¡¡No te creas todas las historias!!». La frase realmente atrae mi atención y hace que coja un folletito y me lo lleve.
Cuanto tengo un poco más de tiempo y lo leo con más detenimiento, me doy cuenta que es una iniciativa de varias congregaciones religiosas femeninas para impedir que mujeres africanas se vean engañadas por los cantos de sirena de individuales o de organizaciones que prometen el oro y el moro una vez que se han pasado las fronteras de esa Europa idílica y utópica que ata los perros con longaniza.
El folleto presenta casos reales de mujeres que han sido atraídas por ofertas de trabajos bien remunerados y que luego han terminado trabajando en puticlubs de mala muerte y completamente a merced de mafias que las explotan. También presentan el caso de aquellas ofertas facilonas de matrimonio, sobre todo provenientes de turistas que, después de un breve periodo, terminan convirtiéndose en verdaderos dramas en los que no falta choques culturales, desarraigo, violencia doméstica y amenazas cuando no explotación sexual. En muchos de estos casos, el marido le lleva más de 20 años de diferencia a la mujer… o sea hombres que buscan a mujeres de la edad de sus hijas y se aprovechan de su mejor posicionamiento económico para fomentar estos tipos de relaciones.
Entre las instrucciones mencionadas en el folleto para las mujeres que se vean tentadas por estas proposiciones están el asegurarse que las personas o instituciones que ofrecen trabajo existen con una dirección física y son legales, el dejar siempre con la familia direcciones de contacto, teléfonos y una foto reciente (parece mentira, pero a veces hay que buscar a una persona que desaparece y los parientes no tienen fotos recientes de las mismas), el no dejar nunca el pasaporte a nadie y el derecho inalienable de asistencia legal incluso en situaciones irregulares.
Es curioso que esta iniciativa no está partiendo de congregaciones religiosas afincadas en África, sino de religiosas que trabajan en países europeos, especialmente Alemania y Holanda, posiblemente enfrentándose día a día a la tragedia de tantas mujeres explotadas y maltratadas, desamparadas legalmente, con problemas de comunicación y, por si fuera poco, lejos de su terruño y de su gente. Ciertamente es muy pertinente el dejar muy claro que Europa (o los EEUU, tanto da) no es esa Arcadia feliz que presentan las películas (es en los medios de comunicación y especialmente en la magnífica cinematografía occidental donde se nutre la creencia de estos países no ricos, sino opulentos, sin pobreza, sin desempleo, ni lacras sociales, ni males), eso por lo menos de entrada es ya de por sí un punto muy necesario para desmitificar la idea que se tiene del primer mundo.
Son ya legión los casos de personas engañadas y explotadas que pululan ahora por cualquiera de los países europeos sobreviviendo o malviviendo en condiciones infrahumanas, cuando no viviendo bajo la hipoteca de una organización que no las soltará hasta que las hayan exprimido como a un limón en actividades casi siempre fraudulentas, denigrantes o peligrosas.
Añado aquí las direcciones de las páginas web de estas iniciativas contra el tráfico de mujeres, por si fueran útiles a alguien:
http://www.srtv.info/ (Holanda) y http://www.solwodi.de/ (Alemania). Si algún lector o lectora conociera de una iniciativa similar en España, le agradecería que la hiciera saber poniéndola en un comentario. Nunca está de más y quizás pueda ser una luz al final del túnel de esta esclavitud de nuestros días.
Original en : http://blogs.periodistadigital.com/enclavedeafrica.php