La violencia se está expandiendo por el norte de la República Democrática del Congo, donde cientos de miles de personas han huido de los enfrentamientos entre las fuerzas del gobierno y los rebeldes de la vecina Uganda, el LRA, durante el último año, según ha hecho público la organización Médicos Sin Fronteras.
Los civiles de la remota región del norte, Haunt Uele, de la vasta África Central, han sufrido una cadena de ataques por parte del LRA ugandés desde el año pasado, y también están atrapados en el fuego cruzado entre el grupo rebeldes y la ofensiva lanzada por los ejércitos de la RDC y Uganda.
“La población local es objeto de violencia: asesinatos, secuestros y abusos sexuales”, señaló Luis Encinas, coordinador de las operaciones de Médicos Sin Fronteras en el África Central, en un comunicado de prensa emitido en Johannesburgo, el día 14 de octubre.
Los pacientes de MSF han relatado las más brutales historias sobre niños obligados a matar a sus padres y gente quemada viva dentro de sus casas.
El LRA, que ha estado protagonizado una rebelión en Uganda durante más de 20 años, ha trasladado sus bases a la República Democrática del Congo, desde 2005. El pasado otoño, los rebeldes atacaron varios pueblos, matando a decenas de personas y secuestrando a decenas de niños.
Una ofensiva respaldada por la ONU y efectuada por los ejércitos de Uganda, Sur de Sudán y la RDC ha matado a cientos de rebeldes.
MSF dice que la violencia contra los civiles se ha expandido desde la zona de Haut Uele a la de Bas Uele, ambas en el noreste del país, así como a las regiones vecinas del Sur de Sudán y el este de la República Centroafricana.
Miles de personas se han visto forzadas a huir de sus pueblos y meterse en otras ya atestadas ciudades para refugiarse, muchos por segunda y tercera vez en un año, según la organización de médicos.
Los refugiados necesitan de manera urgente alimentos, agua potable, refugio y unas mínimas condiciones de vida apropiadas, según MSF, que pide más presencia humanitaria en la zona, donde a menudo, las únicas organizaciones que prestan ayuda son las ONG.
MSF tiene a unos 150 empleados trabajando en los distritos de Alto y Bajo Uele, donde ha proporcionado ayuda a unos 16.000 desplazados por la violencia y trata a miles de pacientes en sus clínicas y hospitales.
(News24, 14-10-09)