Medicina tradicional y hechicería, por Alberto Eisman

13/10/2010 | Bitácora africana

Comparto aquí con ustedes una interesante carta que he recibido de un amigo misionero que trabaja en Mozambique. Algunas personas incluyen el tema de la hechicería dentro de lo que serían «culturas ancestrales» pero a veces, a tenor de lo que nos revela esta carta, uno se pregunta hasta qué punto son lícitas estas prácticas:

Con la intención de que los médicos tradicionales se encuadrasen en una institución organizada, el gobierno de Mozambique creó la AMETRAMO (Asociación de Médicos Tradicionales de Mozambique). Algunos practicantes de la medicina tradicional están inscritos en la asociación y otros no. El gobierno reconoce y promueve la práctica de la Medicina Tradicional, reconoce su valor y desea que se desenvuelva cada vez más para prestar a la gente un mejor servicio. Entre los que están inscritos en la asociación, hay algunos infiltrados que no se ajustan a las reglas de la asociación y se dedican a prácticas de hechicería, muy ligadas a la mal entendida Medicina Tradicional. El objetivo sería de curar enfermedades, pero algunos preocúpanse mas por la adivinación.

Están sucediendo cosas inaceptables, por lo que el gobierno está muy preocupado y no digamos las Iglesias, especialmente la católica. Para conocer estas situaciones voy a poner algunos ejemplos:

Cuando muere una persona, estos hechiceros, preocúpanse de adivinar quién es el culpable de aquella muerte, quién fue el causante de su muerte. Cuando se les comunica a los familiares quién es el culpable, estos toman la venganza por su mano y recurren al hechicero para resolver el problema. Se busca al supuesto culpable, indicado por la adivinación de la hechicería. Se hace un juicio y se le condena a pagar una multa, las costas del funeral, el trabajo de la policía de encontrarlo, etc. Eso en el mejor de los casos. Incluso en los que mueren en el hospital, con diagnósticos confirmados clínicamente, los hechiceros buscan a los causadores de tal muerte. Hay dinero de por medio.
Con mucha frecuencia, son los mismos hijos de la víctima que piden al hechicero que elimine a su padre o a su madre, o a un pariente algo más rico, normalmente anciano, para quedarse con sus bienes. Con cualquier disculpa, los ancianos son acusados de hechiceros y son condenados a veces hasta a la muerte.

También pueden ser acusadas, normalmente las personas de edad, por sus propios hijos o parientes, como culpables de toda clase de males, muertes, falta de lluvia, por los relámpagos que perjudicaron las cosechas, por la impotencia sexual, desgracias que pasan en la familia, enfermedades, etc. Ser anciano en esos ambientes es una desgracia y un peligro, sobre todo si tienen algunos bienes que sus familiares codician.

Los ancianos, después de haber criado a sus hijos, haberlos llevado adelante y situado en la vida, viven traumatizados por estas amenazas que no les deja tranquilos en los últimos días de su vida. ¡Qué tragedia!
Las ganancias de estas prácticas del hechicero no son pocas y los de los acusadores tampoco, esto se ha vuelto un auténtico negocio. Estas situaciones se están volviendo muy frecuentes, creando grandes conflictos sociales y entre las familias. Los que se dedican a esto son llamados Tsikantanda.

Desgraciadamente, los órganos de información del gobierno, algunas veces, fomentan estos aspectos negativos de la Medicina Tradicional. Difunden, cuando aparece uno de esos médicos tradicionales en una villa, la siguiente afirmación que se publica a bombo y platillo. El médico tradicional Fulanito, cura todo tipo de dolencias, da suerte en los negocios y hace promover a los funcionarios para cargos más importantes. Cuando no hablan de soluciones de divorcio, amores frustrados y todo tipo de inventos increíbles.

Que eso se dé en ambientes completamente paganos, se entiende perfectamente, lo que no se entiende es que “cristianos”, mejor sería decir bautizados, participen en esas barbaridades. Tanta es la difusión de estas prácticas, que el Administrador Apostólico de la Diócesis de Tete, mandó una circular para leer en todas las parroquias y ser debatido en las comunidades, sobre estas prácticas paganas y el peligro de que algunos cristianos participen y se involucren en ellas. Hay que saber distinguir entre prácticas legítimas de la Medicina Tradicional y el abuso practicado por los hechiceros y no tornarse cómplices de delitos perpetrados en nombre de la cultura tradicional.

Original en http://blogs.periodistadigital.com/enclavedeafrica.php

Autor

  • Alberto Eisman Torres. Jaén, 1966. Licenciado en Teología (Innsbruck, Austria) y máster universitario en Políticas de Desarrollo (Universidad del País Vasco). Lleva en África desde 1996. Primero estudió árabe clásico en El Cairo y luego árabe dialectal sudanés en Jartúm, capital de Sudán. Trabajó en diferentes regiones del Sudán como Misionero Comboniano hasta el 2002.

    Del 2003 al 2008 ha sido Director de País de Intermón Oxfam para Sudán, donde se ha encargado de la coordinación de proyectos y de la gestión de las oficinas de Intermón Oxfam en Nairobi y Wau (Sur de Sudán). Es un amante de los medios de comunicación social, durante cinco años ha sido colaborador semanal de Radio Exterior de España en su programa "África Hoy" y escribe también artículos de opinión y análisis en revistas españolas (Mundo Negro, Vida Nueva) y de África Oriental. Actualmente es director de Radio-Wa, una radio comunitaria auspiciada por la Iglesia Católica y ubicada en Lira (Norte de Uganda).

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