Me convertí en la primera pescadora de mi comunidad

6/10/2017 | Crónicas y reportajes

yayi_bayam_diouf.jpgYayi Bayam Diouf se convirtió en la primera mujer pescadora de su pequeña aldea pesquera en Senegal. Tras allanar el camino a otras mujeres, ahora dirige un centro de capacitación para mujeres, donde éstas pueden desarrollar competencias empresariales y obtener apoyo.

Al morir mi hijo, que cruzó el mar Mediterráneo para llegar a España en busca de un trabajo decente y una vida mejor, no quedó nadie para ayudarme. Vengo de una comunidad pesquera tradicional, en Thiaroye-sur-Mer. Aquí, los hombres son los únicos que entran al mar y que toman las decisiones importantes.

Decían que no podía pescar porque soy mujer y que los peces no picarían el anzuelo de una mujer que tiene la menstruación. Les dije a los hombres de mi comunidad que yo era posmenopáusica, por lo que no debían preocuparse.

Después de la muerte de mi hijo, ONU Mujeres me brindó capacitación sobre el comercio del pescado. Aprendí cómo pescar, cómo elaborar productos pesqueros y cómo hacer funcionar un vivero de mejillones. Me he vuelto más segura a la hora de reivindicar mis derechos, ¡incluido mi derecho a pescar! ¿Y saben qué? Ahora más mujeres han empezado a pescar, siguiendo mi ejemplo.

Juntas hemos creado un vivero de mejillones e incluso de especies amenazadas. También he creado un centro de capacitación para mujeres de mi comunidad, sobre todo para sobrevivientes de violencia, donde pueden aprender nuevas habilidades y encontrar apoyo.

Gracias a ello, nuestros ingresos han aumentado y hemos diversificado nuestros productos. Hemos creado nuevos trabajos al incluir el buceo como nueva actividad. Hoy en día, estamos ayudando a preservar el medio ambiente gracias a una gestión de los recursos mejorada, a la vez que contribuimos a reducir la pobreza y a mejorar la seguridad alimentaria en nuestra comunidad.”


* Yayi Bayam Diouf, de 68 años, dirige un centro de capacitación para pescadoras, en el pueblo de Thiaroye-sur-Mer, cerca de Dakar, en Senegal. Desde que participó en una serie de cursos sobre técnicas empresariales y liderazgo organizadas por ONU Mujeres, Diouf ha roto el techo de cristal y se ha convertido en la primera mujer pescadora de su aldea. Más tarde, ayudó a otras mujeres a proteger sus medios de vida mediante la pesca sostenible y la piscicultura. Su historia sirve para ilustrar el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 8, que promueve el crecimiento económico inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todas y todos, así como el ODS 14, que apoya las acciones encaminadas a conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible.

Fuente: ONU Mujeres

Serie editorial “Desde mi perspectiva”

[Fundación Sur]


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