Mauritania: Esclavizando africanos en África en 2012

5/11/2012 | Opinión

Para comprender mejor la realidad mauritana, uno debe saber que la esclavitud ¡ha sido abolida tres veces! La cuarta abolición de la esclavitud está por anunciar, ya que la extendida práctica no ha disminuido.

La primera abolición en este país del Noroeste de África fue puesta sobre papel en 1905, cuando el país se encontraba colonizado por Francia.

La segunda, como resultado de una práctica continua, fue forzada cuando Mauritania se unió a las Naciones Unidas. Pero esa segunda ley abolicionista era tan ambigua que solo implicaba que la práctica estaría prohibida por la Constitución. ¡Con fecha posterior!

La tercera fue en 1981, llevada a cabo por parte del Comité Militar de Salvación Nacional, bajo Mouhamed Khouna Ould Haidallah.

En lo que es visto como una falta de respeto increíble a la santidad de la ley, estas tres (demasiadas) aboliciones no han sido claras, y el lenguaje usado para imponerlas continúa siendo ambiguo.

Las mismas clases que están a cargo de estas leyes son las que se benefician de la esclavitud, y el régimen continúa explotando la ciudadanía, considerada “esclava”. No hay signos de que las autoridades sean sinceras acerca de cualquier conversación sobre libertad, ya sea de movimiento, pensamiento o economía.

Consecuentemente, algunos negros conocidos como “negro-mauritanos” siguen perteneciendo a ricos dueños árabes, que en vez de ser africanos prefieren ser conocidos como árabes.

Así que esta es la lucha en 2012 para liberar esclavos en Mauritania en una sociedad moderna.

La conciencia política prehistórica es tal que Birame Ould Dah, un abolicionista mauritano líder de la Iniciativa por el Resurgimiento del Movimiento Abolicionista (IRA-Mauritania) lleva detenido desde abril de 2012.

Birame está acusado de quemar obras eruditas musulmanas, aunque insistió en que sus autores justifican la práctica de la esclavitud en Mauritania en virtud del Islam. Opiniones nacionales e internacionales asocian su detención a su activismo contra la esclavitud y su lucha por informar al mundo sobre lo que realmente está ocurriendo en su país, Mauritania.

El encarcelamiento de Birame no cumple ni los estándares diseñados para animales abandonados que van a ser sacrificados, sin mucha sorpresa, su vida corre grave peligro debido a su condición sanitaria. Una condición diseñada por las mismas autoridades que en tres ocasiones han prohibido la práctica que Birame les recuerda.

Sudán y Mauritania, donde los negros y los llamados árabes coexisten en el mismo espacio geográfico, llevan tiempo en el negocio de la esclavitud.

El Dr. Samuel Cotton, autor de la obra maestra “The Silent Terror: a Journey into Contemporary African Slavery” expresa su impacto al descubrir el alcance de la esclavitud.

“¿Decenas de miles de esclavos negros en Mauritania?”

«¿Propiedad de amos árabe-bereberes? La idea me impresionó y me pareció absolutamente increíble. Cómo podría estar pasando esto y el resto del mundo no saberlo.”

Cotton atribuye el mantenimiento de la esclavitud en la Mauritania actual a la ignorancia mundial sobre la situación.

“Según avanzaba mi investigación, me quedaba claro que aunque había abundancia de datos, el mundo no sabía lo que estaba pasando en el noroeste de África. Mientras trabajaba sobre varios mapas, documentos y artículos que había pedido y recibido, una foto de Mauritania empezaba a emerger en el ojo de mi mente”

Según lees este artículo, los “esclavos” que han dado un paso más allá y audazmente han entrado en ciudades como Nuakchot y Nuadibú, están viviendo bajo condiciones económicas difíciles y atroces. Kevin Balance se hace eco de esta situación en “Disposable people”, que revela que los Haratines ganan unos 8 dólares al mes y son obligados a pagar multas, como los esclavos comunes, al gobierno.

Para todos aquellos negros (Fulani, Wolof y Soninké) que viven en las zonas del sur, y pese a la distancia que los separa de los asentamientos árabes tradicionales, la vida no podría ser peor. La discriminación legal es el orden del día, pese a que el primer presidente de Mauritania, Mokhtar Ould Daddah, declarara en 1960 que una de sus metas políticas era la búsqueda de un país en el que árabes y negros convivan en paz y construyan una nación-Estado.

Pero hay una gran brecha entre las declaraciones de Mokhtar y la realidad.

Desde el momento en que Mauritania se independizó el 28 de noviembre de 1960, y hasta la actualidad, la construcción nacional ha estado centrada en afirmar el sistema discriminatorio. Mokhtar y sus sucesores rompieron la promesa de construir un país igualitario, y en su lugar, trataron a los negros africanos como ciudadanos de segunda clase, en términos legales.

En el año 2000, y por razones obvias, Mauritania abandonó la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (ECOWAS), para adherirse al grupo Árabe del Norte de África, consolidando su programa de “arabización”.

La implementación de este sistema de Apartheid mauritano ha conllevado serios problemas de coexistencia entre árabes y no árabes.

En 1989, más de 120.000 negros fueron deportados a Senegal y Mali con el fin de tener menos negros –ya que la meta siempre ha sido la creación de un país totalmente árabe- y la explotación de sus tierras. Mauritania es conocida en determinados círculos como “El Otro Apartheid”.

Abda Wone

Publicado en The Africa Report, el 28 de agosto de 2012.

Activista de los Derechos Humanos y panafricanista, Abda Wone tiene un Máster de la Escuela de Asuntos Internacionales y Públicos de la Universidad de Columbia y un Postgrado en Periodismo en Senegal. Nacido en Kaedi, Mauritania, el 16 de junio de 1973, Wone es un académico y activista exiliado. En 1989 su familia, y otros 120.000 africanos negros, fueron deportados de Mauritania por el entonces régimen dominado por árabes. Wone tenía sólo 16 años. Después de ser reubicado en Senegal, finalizó sus estudios y posteriormente trabajó en Sud Quotidien, un diario senegalés, y en Diamono FM, como entrevistador y comentarista. En el año 2000, se mudó a Buffalo, Nueva York, donde completó la licenciatura en Asuntos Internacionales en SUNY Buffalo.

Traducido para Fundación Sur por Aideen Kennedy Gil.

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