Matilde Muhindo, Premio Human Right Watch 2008, por Paquita Reche, mnsda

31/07/2009 | Bitácora africana

Matilde Muhindo, antigua parlamentaria congoleña, fue distinguida en 2008, junto a cuatro otros cuatro defensores de los derechos humanos en Arabia Saudí, Burma, Sri Lanka y Uzbekistán, por su valor para denunciar los abusos y su compromiso para trabajar por defender la justicia.

La concesión de este premio a la señora Muhindo está más que justificada, ella no se cansa de denunciar lo caro que han pagando las mujeres y los niños la guerra en la República Democrática del Congo y las desastrosas consecuencias que ha tenido para las víctimas. No se cansa de denunciar la violencia que persiste en el Kivu Sur, al este del Congo, donde la violencia sexual por parte de las tropas del Gobierno y de los grupos armados persiste. Violencia que ella califica de “guerra dentro de la guerra, una guerra contra las mujeres”. También fundó un comité parlamentario para investigar la violación como arma de guerra. Está al frente de la coalición de mujeres que trabajó mucho para que se aprobase una ley contra la violencia sexual. Su compromiso para apoyar a las víctimas es muy fuerte. Ha ejercido presión ante los Estados Unidos y Europa para que se detuvieran las atrocidades que se han cometido y se siguen cometiendo en el este del Congo. Matilde se ha enfrentado a amenazas de muerte por su trabajo, pero se niega a permanecer en silencio y se dedica sin condiciones a trabajar para prestar asistencia a las víctimas de los abusos de la violencia sexual contra las mujeres.

Actualmente Matilde Muñido es directora del Centro Olame, una organización no Gubernamental que se creó hace unos años en la diócesis de Bukavu para la formación integral de jóvenes y mujeres.

En el Centro Olame, para hacer frente a la crisis creada por las violaciones de decenas y miles de mujeres y niñas, se organizó en 2002 un servicio especial para prestar atención psicológica de urgencia y asistencia a las víctimas de abusos y ayudarlas para que puedan luchar contra la discriminación. El SEAFET, Servicio de Escucha y Acompañamiento de Mujeres Traumatizadas La responsabilidad de este servicio fue confiada a Bibiana Cantín, Misionera de Nuestra Señora de África, formada en el Instituto de Formación Humana Integral de Monreal. En el informe anual que hizo en 2004 podemos ver como se trabaja para restaurar y actualizar las fuerzas vitales de las víctimas. Se trata de un trabajo en equipo con las mujeres en colaboración con mujeres con responsabilidades a distintos niveles de las distintas parroquias de Bukavu. Las víctimas son ayudadas a hacer la relectura de lo que han vivido, para que puedan diferenciarse de sus agresores, liberarse de los sentimientos de vergüenza y de culpabilidad, de modo que puedan encontrar la autoestima y la libertad interior perdida. “Las mujeres que pasan por el centro -decía Bibiana- están muy traumatizadas y necesitan un largo trabajo de reestructuración. Ellas han sido violadas, han presenciado el saqueo e incendio del poblado, han sido obligadas a llevar la carga del botín antes de ser convertidas en esclavas sexuales durante meses en el bosque. Algunas han presenciado el asesinato del marido, muchas llegan embarazadas o con un hijo”. En este informe encontramos varias historias de muerte y renacimiento de algunas de esas mujeres como la de Faida, una mujer mayor, madre de 12 hijos de los que viven 8. A pesar de sus años fue apaleada y violada delante de su marido al que habían golpeado hasta dejarlo tullido, a ella la dejadaron desnuda para que pudieran verla sus hijos. Desde entonces tenía tanta vergüenza que no podía mirarlos. Dos días más tarde vino otro grupo de hombres y furiosos de no encontrar nada y quemaron la casa.

Un largo trabajo de relectura de todo lo ocurrido ayuda a Faida a diferenciarse de sus agresores y a tomar distancia, recobrando su libertad interior, su dignidad y su orgullo. Cuando termina las entrevistas mama Faida puede decir: “Usted me ha lavado los ojos y el corazón”.

Desde su fundación muchas mujeres han pasado por el Centro Olame con historias más o menos parecidas, de abuso, humillación y deshumanización. Todas las personas que han trabajado y trabajan en este Centro se alegraron con el premio concedido a Matilde Muhido, su directora, lo mismo que se alegraron todas las mujeres que han podido ponerse en pie porque en él pudieron lavarse los ojos y el corazón para empezar una nueva vida

Autor

  • Nació en Chirivel (Almería). Estudió Magisterio en Almería, Licenciaturas de Pedagogía y de Filosofía, en la Complutense de Madrid.

    Llegó por primera vez a Africa en 1958 (a Argelia): después estuvo en Ruanda, Guinea Ecuatorial y desde el 1975 en Burkina Faso.

    En África trabajó como profesora en el Instituto Catequético Lumen Vitae de Butare, Profesora de enseñanza secundaria de español y filosofía; Universidad Popular (filosofia). También ha colaborado con Asociaciones de mujeres y con niños de la calle en Burkina Faso.

    Está en España desde 2004, actualmente, en Logroño. Colabora con la revista de los misioneros de África "Africana", Los Comités de Solidaridad con África Negra y con Rioja Acoge.

Más artículos de Reche, Paquita