Las costas de Libia volvieron a ser testigos de una tragedia humanitaria el pasado 17 de diciembre, cuando una embarcación que transportaba a numerosos migrantes naufragó al intentar llegar a Europa.

La agencia de la ONU para las migraciones informó de que más de 60 personas, entre ellas mujeres y niños, perdieron la vida en este naufragio. Este suceso se suma a la larga lista de tragedias ocurridas en el mar Mediterráneo, una peligrosa ruta utilizada con frecuencia por los migrantes que buscan un futuro mejor en Europa. Según las autoridades, miles de personas han perecido en estas aguas.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM), dependiente de la ONU, declaró que la embarcación transportaba a 86 migrantes cuando fue arrollada por las fuertes olas cerca de Zuwara, en la costa occidental de Libia. Los supervivientes revelaron que 61 personas se ahogaron. En respuesta a este devastador incidente, la OIM subrayó en la plataforma X que el Mediterráneo central sigue siendo una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo.

En los últimos años, Libia se ha convertido en el principal punto de tránsito de personas que huyen de regiones asoladas por la guerra y la pobreza en África y Oriente Medio. A pesar del caos interno tras el derrocamiento y posterior muerte de Muamar Gadafi en 2011, los migrantes siguen arriesgando sus vidas embarcándose en traicioneros viajes a través de esta nación norteafricana.

Flavio Di Giacomo, portavoz de la OIM, reveló que sólo este año han muerto más de 2.250 personas a lo largo de la ruta centroeuropea. Criticó además los insuficientes esfuerzos realizados para salvar vidas en el mar. El proyecto de migrantes desaparecidos de la OIM informó de que entre el 1 de enero y el 18 de noviembre se registraron al menos 940 muertes y 1.248 desapariciones frente a las costas de Libia.

Según los datos de este proyecto de años anteriores, en 2023 se produjeron 529 muertes y 848 desapariciones frente a las costas de Libia, mientras que más de 24.600 personas fueron interceptadas y devueltas a Libia.

Estos últimos se enfrentan a terribles condiciones en centros de detención gestionados por el gobierno. Estos centros están plagados de graves abusos, como trabajos forzados, palizas, violaciones y torturas, actos que constituyen crímenes contra la humanidad, tal y como así han determinado  los investigadores encargados por las Naciones Unidas.

Fuente: TRT Afrika

[Traducción y edición, Gabriel Castro]

[CIDAF-UCM]