Unos siete autobuses, con más de 500 mozambiqueños víctimas de la xenofobia, que partieron el pasado miércoles de la ciudad surafricana de Durban, llegaron al centro de tránsito de Boane, sureña provincia de Maputo, se conoció hoy aquí.
De ese total de personas, 450 son adultos y el resto niños, aseguró el delegado del Instituto Nacional de Gestión de las Calamidades (INGC), Rocha Nuvung.
Señaló que unas 42 tiendas fueron desplegadas en el centro provisorio para acoger a las víctimas, teniendo en cuenta que no estarán mucho tiempo en el lugar.
En la zona se instalaron baños, cocinas y se aseguró el abastecimiento de agua potable.
Actos xenófobos resultan frecuentes en zonas pobres de la población negra de Sudáfrica, donde se acusa a los extranjeros de quitar trabajos a los nacionales y empeorar el desempleo en estas comunidades.
La nueva ola de violencia xenófoba se desató en marzo pasado en Durban luego que el rey del pueblo zulú pidiera a los inmigrantes africanos que regresaran a sus países de origen.
Saqueos a comercios y agresiones a extranjeros se extendieron después a Johannesburgo.
Víctima de esa hostilidad, un ciudadano mozambiqueño murió en esa urbe el pasado fin de semana.
El sujeto perdió la vida después de recibir golpes con objetos contundentes por un grupo de jóvenes surafricanos, cuando intentaba vender cigarrillos y tarjetas de recarga de telefonía móvil.
Desde que detonaron las agresiones, más de mil 500 mozambiqueños regresaron a su país por medios propios, al temer por su vidas.
Oficialmente, 107 personas retornaron a través de medios instalados por el gobierno y más de 600 están camino a suelo patrio.
Prensa Latina – (Fundación Sur)