Durante más de 500 días, las mujeres y niñas de El Fasher, en Darfur del Norte, han soportado las peores consecuencias de un asedio implacable. Privadas de ayuda humanitaria y protección, se enfrentan diariamente al riesgo de ser víctimas de la inanición como arma de guerra y a bombardeos indiscriminados que provocan muertes y violencia sexual. Durante las últimas tres semanas, las Naciones Unidas han registrado al menos 125 muertes de civiles en la zona, incluyendo ejecuciones sumarias, y es probable que la cifra real de muertos sea mayor.
Desde abril de 2023, más de 600.000 personas han sido desplazadas de El Fasher y sus campamentos circundantes. Dentro de la ciudad, las mujeres y niñas sufren condiciones de hambruna, según la clasificación del IPC. Con las reservas de alimentos agotadas y los esfuerzos de las Naciones Unidas y sus socios para llegar con suministros obstaculizados por los ataques, las familias sobreviven ahora con alimento para animales y hojas de árboles. En los últimos meses se han producido repetidos ataques contra el personal y los recursos humanitarios en Darfur del Norte.
Más de cuarenta y un centros de salud y educativos del estado han sido destruidos y se han agotado los suministros de medicamentos. Mujeres embarazadas dan a luz en manos de personal no cualificado sin acceso a atención obstétrica de emergencia. Las mujeres que necesitan servicios de salud reproductiva y las sobrevivientes de violación no tienen acceso a ningún servicio médico.
En declaraciones a ONU Mujeres Sudán, Zahara, una madre que sigue atrapada en la ciudad, declaró: «Me refiero al amargo y doloroso sufrimiento de las mujeres y niñas atrapadas en la ciudad de El Fasher. Nos enfrentamos a la muerte por misiles, el hambre, las violaciones diarias y las violaciones».
Desde el inicio del conflicto, 1,79 millones de desplazados internos (IDP), que representan el 8 % del total de desplazados internos en Sudán, han vivido en el estado de Darfur del Norte; más de la mitad de ellos son mujeres y niñas (54 %). Se han producido repetidas incursiones mortales en el campamento de desplazados de Abu Shouk, donde se detectaron condiciones de hambruna en diciembre de 2024.
Las violaciones contra mujeres y niñas en El Fasher están aumentando y deben reconocerse como graves infracciones del derecho internacional. La violencia sexual relacionada con el conflicto, incluidas las violaciones y las violaciones en grupo, se ha empleado sistemáticamente como arma de guerra. Al mismo tiempo, se utiliza la hambruna como método de guerra, infligida deliberadamente a la población civil, en violación directa del derecho internacional humanitario.
Las organizaciones lideradas por mujeres y las voluntarias son la base de la supervivencia de la comunidad. A pesar de la escasez de recursos, están en primera línea, atendiendo las necesidades de las mujeres y las niñas. Necesitan urgentemente apoyo directo y sostenido para continuar su labor.
ONU Mujeres condena todas las violaciones contra las mujeres y las niñas y se une al Secretario General para pedir un alto el fuego inmediato en la zona de El Fasher y sus alrededores. ONU Mujeres insta a que se tomen medidas inmediatas para proteger a la población civil y permitir la entrega segura, sin trabas y sostenida de asistencia humanitaria en la zona, así como para permitir que cualquier civil que desee abandonar la zona voluntariamente lo haga de forma segura. Esto se realiza en cumplimiento de la Resolución 2736 (2024) del Consejo de Seguridad, que exige el fin del asedio de El Fasher y Kordofán del Sur, la protección de la población civil, especialmente de las mujeres y las niñas, y de las instalaciones civiles.
El sufrimiento de Zahara es el sufrimiento de todas las mujeres y niñas de El Fasher hoy. Su valentía debe responder con una acción global decisiva. El mundo no puede permanecer en silencio. Los Estados Miembros y la comunidad internacional deben actuar con urgencia y valentía. Para las mujeres y las niñas de El Fasher, cada día es una cuestión de supervivencia. Es hora de actuar.
Fuente: UN Women