El viernes 21 de noviembre unos cincuenta hombres asaltaron la escuela católica St. Mary’s en el estado de Níger, al oeste de Nigeria. Actualmente, se sospecha que se trató de un secuestro masivo de más de 300 estudiantes y 12 profesores. De los secuestrados, hubo 50 que lograron escapar y han sido ya reunidos con sus familias. Este secuestro escolar se considera uno de los peores en la historia reciente del país.
Un testigo ha contado cómo los secuestradores pasaron delante de su casa la noche del secuestro. Ha informado de que eran unos 50 hombres en moto que transportaban a los niños a pie y los iban controlando como si se tratase de un rebaño. El testigo avisó a la policía pero cuando esta llegó ya era demasiado tarde.
Por su parte, el presidente nigeriano, Bola Tinubu, ha ordenado la contratación de 30.000 agentes y ha reubicado a las fuerzas de seguridad para que se dediquen exclusivamente a vigilar las zonas más vulnerables. Además, el estado de Níger ha cerrado temporalmente todos los colegios, públicos y privados, debido a la patente amenaza a la seguridad que se está viviendo, sobre todo hacia los jóvenes, en la región.
El país vive una situación de escalada de inseguridad, donde los ataques a escuelas y secuestros se han convertido en algo recurrente. Tan solo unos días antes, 25 colegialas fueron secuestradas de un internado femenino en el estado de Kebbi, al norte del estado de Níger, durante una redada en la que fueron asesinados el subdirector y otro trabajador del centro. Esta ola de violencia ha llevado a varios estados del norte de Nigeria a tomar medidas y ordenar el cierre de escuelas. Además, el gobierno ha ordenado el cierre de otros 47 colegios del norte.
Fuentes: Daily Nation – Punch
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