Las autoridades marroquíes han prohibido la fabricación y venta del burka, el velo musulmán completo, a la afgana, que cubre completamente la cabeza y el cuerpo, rara vez usado por las mujeres en Marruecos, destacando razones de seguridad.
Según la prensa local, el Ministerio del Interior emitió una circular a los comercios, instándolos a no permitir la fabricación y comercialización de burkas a partir de esta semana. El Ministerio, sin embargo, no ha hecho ningún comunicado oficial público sobre el tema.
El uso del burka sigue siendo un fenómeno extremadamente marginal en Marruecos, un país dividido entre la modernidad y el conservadurismo y donde la mayoría de las mujeres usan solamente el hijab (que solo cubre el cabello).
El burka es originariamente la vestimenta tradicional de las tribus pastunes de Afganistán, donde los talibanes lo convirtieron en obligatorio. Este largo velo, azul o marrón, cubre completamente la cabeza y el cuerpo e incorpora un tejido calado que oculta los ojos y permite un mínimo de visión.
En Marruecos, es el niqab, velo integral que sólo deja ver los ojos, el que es usado por algunas mujeres, sobre todo en los círculos salafistas. El niqab es más frecuente en las zonas más conservadoras del norte del país, de donde son originarios miles de yihadistas.
El lunes, los funcionarios del Ministerio del Interior llevaron a cabo campañas de sensibilización entre los comerciantes de Casablanca, la capital económica del país, para informar sobre la prohibición.
En Taroudant (sur), el pachá (jefe administrativo), ordenó a los comerciantes que fabrican y venden burkas que liquidaran sus existencias en 48 horas y detuvieran toda la producción y comercialización de esta prenda en el futuro.
La misma orden fue dada por el pachá de la pequeña ciudad de Ouislane (centro-norte), que calificó el burka como el «niqab afgano».
«Hemos tomado la decisión de prohibir totalmente la importación, fabricación y comercialización de esta prenda en todas las ciudades y pueblos del reino», declaró un funcionario de alto rango del Ministerio del Interior”.
Esta decisión fue motivada por razones de seguridad, «los maleantes usan continuamente esa prenda para perpetrar sus crímenes», según la prensa.
¿Y el niqab?
El anuncio de la prohibición del burka ha generado hasta el momento débiles respuestas. Ante el silencio de las autoridades, algunos comentaristas cuestionaron el alcance de esta decisión, mientras que los salafistas se muestran preocupados por su posible extensión al niqab.
«¿Es que Marruecos se dirige hacia la prohibición del niqab que las mujeres musulmanas llevan usando desde hace cinco siglos”? Se escandalizaba, en su cuenta de Facebook, Hassan Kettani, un jeque salafista. «De ser cierto, sería un desastre», escribió.
Un militante salafista, aseguró que «miles de mujeres marroquíes usan el niqab. Esta decisión es un primer paso hacia su prohibición y esto provocará una división en la sociedad”.
Kabbadj Hammad, un predicador cuya candidatura a las legislativas de octubre había sido invalidada, consideró «inaceptable prohibir el uso del burka, así como interferir en su comercialización». Bromeó en Facebook sobre el “Marruecos de las libertades y los derechos humanos», que «considera el uso de la camiseta occidental en las playas como un derecho intocable».
Para la diputada y ex ministra de la Mujer, Nouzha Skalli, la prohibición de la venta del burka es en cambio «un paso importante en la lucha contra el extremismo religioso».
A diferencia de Francia, Bélgica o los Países Bajos, ninguna ley prohíbe, en el Reino de Marruecos, el uso del velo islámico completo en lugares públicos.
El Consejo Superior de los Ulemas, organismo oficial responsable de apoyar la política religiosa musulmana del país, no se ha pronunciado, hasta la fecha, sobre la cuestión.
oeildafrique.com
Fundación Sur
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