Mamadou Dia emprendió el 11 de mayo de 2006 la gran aventura. Se embarcó en un cayuco de pesca para cruzar de Dakar hasta Canarias y así alcanzar el sueño europeo. Tenía 22 años y sabía que en el intento se jugaba la vida. Iban hacinadas 84 personas en una embarcación de 12 metros. La travesía fue de 8 días. Se quedaron sin gasolina, a la deriva. Estuvo 72 horas sin beber ni comer. Uno de los pasajeros, desesperado, se tiró al mar. Gracias a que otro cayuco senegalés les dio combustible, por fin pisaron tierra en la isla de la Gomera. Mamadou Dia recuerda esta odisea en el libro “3.052”. Es la distancia que separa Dakar de Murcia, ciudad en la que residió.
Mamadou Dia nació hace 30 años en Gandiol, pueblo cercano a San Luis, ciudad colonial en la costa de Senegal. Es de la etnia bolof.
Quiso viajar a Francia de manera legal pero no le dieron el visado. Estaba decidido a encontrar un futuro mejor en Europa así que optó por subirse a un cayuco a sabiendas de que quizás pereciera en el intento. Se consideraba a sí mismo con pocas fuerza y con mucho miedo. Sin embargo, estaba decidido a subirse al cayuco para alcanzar una vida digna o morir en el camino. Prometió a sus amigos que si salía con vida y conseguía su objetivo, escribiría un libro sobre su aventura.
El cayuco estaba preparado para faenar en la orilla de la costa y no para navegar muchas millas mar adentro. El patrón nunca había ido en un cayuco hacia Canarias. Además, escapaban de las guardias marinas de Mauritania y Marruecos. Esto hizo que desviaran el rumbo y que se quedaran sin combustible. Muchos estaban desesperados. Eran conscientes de que iban a morir. Un compañero no aguantó la situación y se tiró al agua.
Mamadou se hacía continuas reflexiones del porqué los africanos tenían que sufrir esas condiciones tan al límite para llegar a Europa.
Por suerte, apareció otro cayuco que iba rumbo a Canarias y les ofreció gasolina. Desembarcaron en la isla de la Gomera.
Pero ahí no terminaban las desventuras. Se dio cuenta de que el verdadero viaje comenzaba cuando pisó la Península y se tuvo que enfrentar a las leyes de emigración, aprender un idioma, conseguir una casa, encontrar un trabajo,… Mamadou asegura que se sobrevive milagrosamente, sin acceso a la salud, sin poder alquilar un piso. Te conviertes en invisible.
Él quiso hacerse visible y su proceso de integración fue rápido. Coordinó proyectos de participación juvenil e incluso hizo integrarse en la sociedad a jóvenes locales.
Mamadou Dia ha regresado a Senegal y ha creado la onegé Hahatay (significa en bolof “carcajada”). Realizan proyectos de cooperación al desarrollo en Gandiol.
Para financiar la onegé, se ayuda de las ventas del libro “3.052”. Lleva ya tres ediciones. Desde su publicación ha ofrecido más de 200 charlas.
Mamadou Dia estuvo presente en el programa de Radio Euskadi “La Casa de la Palabra” el martes 13 de mayo de 2014.
Original en : El Blog de Roge
