Durante un buen número de años, Mozambique ha sido considerado como uno de los países africanos firmemente asentados en la senda del desarrollo. Sostenida por una cierta estabilidad política, la economía mostraba gran pujanza, con crecimientos anuales en el producto interno bruto de hasta el 8%. El crecimiento económico se reflejaba también en una clara mejora de estructuras, como el transporte y las comunicaciones, y de los servicios sociales, sobre todo en sanidad y educación.
Últimamente la situación está cambiando, y no para mejor. El Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea han bloqueado ayudas al presupuesto anual del Estado, que habían sido prometidas y aprobadas. La razón es que las autoridades mozambiqueñas habían ocultado en sus cuentas una deuda, con contornos no muy claros, de alrededor de mil millones de dólares.
A esto se añade la inestabilidad política, sobre todo a partir de las elecciones generales de 2014. Renamo, principal partido de la oposición, no acepta los resultados favorables a Frelimo, y reclama el gobierno en las provincias del centro y norte de Mozambique, en las que, realmente o presuntamente, ganó las elecciones. Ante la negativa del gobierno, que desde la independencia en 1971 ha estado siempre en las manos de Frelimo, Renamo ha comenzado una “campaña de desestabilización”, con consecuencias muy nefastas para el país.
Durante los últimos meses se han sucedido una serie de ataques a las fuerzas armadas (policía y ejército) y a estructuras de transporte (carretera nacional Nº 1), que han costado un buen número de vidas humanas y considerables daños materiales. En las últimas semanas se han tenido lugar algunos descubrimientos macabros. Un total de trece cuerpos, en avanzado estado de descomposición han sido descubiertos entre los matorrales en el distrito de Macossa, provincia de Manica, a unos tres kilómetros del límite con el distrito de Gorongosa, provincia de Sofala. De los trece cuerpos, nueve se encontraban bajo un puente sobre el río Piro, situado en el distrito de Macosa, a lo largo de la carretera naciona Nº 1, a unos 270 kilómetros de Beira y 80 de la villa sede de la administración del distrito. Otros cuatro cuerpos se han encontrado a unos cien metros del mismo puente, cerca de una finca, en la carretera que da acceso al distrito de Macosa.
Aún no se ha conseguido esclarecer las circunstancias en que los cuerpos referidos llegaron a los lugares en que se encontraron. Donça Birro, agricultor residente en Macossa y propietario de un campo situado a menos de diez metros donde parte de los cuerpos fueron localizados, quedó aterrorizado el descubrir este triste escenario.
A falta de informaciones oficiales sobre los hechos, la Comisión de Derechos Humanos ha manifestado su indignación, considerando la existencia de los cuerpos descubiertos en Manica como un duro golpe a la dignidad humana. Al mismo tiempo, la Comisión pide urgentemente al gobierno que cree las condiciones necesarias para que se aclare el caso. La Comisión ha recomendado que los cuerpos sean recogidos e identificados de manera que se puedan celebrar unos funerales dignos, independientemente de que se trate de uno o de más de cien cuerpos.
La postura tomada por la institución mencionada fue revelada a la prensa el día 5 de mayo, en relación con las denuncias de fosas comunes con más de cien cuerpos en las provincias de Sofala y Manica. El presidente de la institución, Custodio Duma, no podía haber sido más claro en su intervención. “Todas las denuncias representan graves violaciones de los derechos humanos, concretamente a la vida y a la dignidad. La Comisión Nacional de Derechos Humanos lanza una alerta para que la discusión sobre el asunto no se limite al número de cuerpos descubiertos. La comisión considera grave el hecho de que haya un número de cuerpos esparcidos entre matorrales y visibles en la vía pública, sobre los que no se han conseguido esclarecer las circunstancias de su muerte”, declaró Custodio Duma.
Identificar los cadáveres para que puedan recibir funerales dignos, y crear las condiciones para que las organizaciones de la sociedad civil nacionales e internacionales puedan realizar una investigación minuciosa del caso son algunas de las recomendaciones presentadas por la comisión. “Pedimos al gobierno que cree las condiciones adecuadas para que se realice una investigación seria, independiente y transparente en los lugares mencionados”, añadió Duma.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos trabaja en conexión con el gobierno, con la sociedad civil, con periodistas y jefes de los puestos administrativos para conseguir las informaciones pertinentes
Fuente: O País Online
