Malí: Vergüenza en la cara del pueblo

17/12/2012 | Opinión

El encuentro, el día 11 de diciembre en Uagadugú, entre los emisarios de Bamako y los grupos de An Sardine* y MNLA acabó con un acuerdo común. La elaboración de un marco de diálogo entre los bandos en vistas a combatir juntos contra MUJAO, Al-Quaïda y sus seguidores. Un progreso considerable según analistas externos, pero firmemente condenado por los malienses. No reconocen a los emisarios de Bamako y menos aún desean asociarse con “inhumanos” de manos manchadas de sangre maliense.

El mediador en la crisis de Malí, Blaise Compaoré, presidente de Burkina Faso, acaba de hacer un ballet diplomático en la misión que le asignó la CEDEAO. A pesar de las mil y una malas facetas (parcialidad a favor de los rebeldes) que se le han atribuido, ha podido reunir en la misma mesa, al gobierno, a grupos islamistas radicales y los rebeldes Tuareg. Primer encuentro semejante desde el inicio de la crisis, este encuentro que tuvo lugar en la capital burkinabé, Uagadugú, ha sido de importancia capital. Se trata de un acuerdo común para la elaboración de un marco de diálogo entre los dos frentes para afrontar a los terroristas que siembran el terror en los territorios que ocupan. A su término, se hablan de avanzadillas saludables como opción política. Los islamistas radicales de (An-Sardine) y el grupo Tuareg rebelde (MNLA) estarían dispuestos a respetar las recomendaciones de Malí: renunciar a la aplicación de la Sharia, a la autodeterminación y poner fin a las atrocidades inhumanas infligidas a los pobres ciudadanos malienses en los territorios ocupados.

Ban-Ki Moon, Romano Prodi, la Sra. Dlamini Zuma, Alassane Ouattara (las voces que han tenido peso últimamente) pueden felicitarse por este resultado. Los dos primeros (ONU) que tienen una visión de la opción militar a largo plazo y los últimos, que a pesar de preferir el diálogo no excluyen la opción militar, con o sin el extranjero, en un breve margen de tiempo. Pero siempre en caso de que el diálogo confirme sus limitaciones.

¿Enemigos del pueblo de Malí?

Nada de todo esto está auspiciado por una mayoría del pueblo maliense, las declaraciones y manifestaciones lo demuestran. Desde la validación, por actores y decisores, de las hipótesis mencionadas sobre la intervención militar y la política en la resolución de la crisis de Malí, la población no ha dejado de rechazar el diálogo entre Bamako y los grupos de rebeldes juzgados como tolerables.

Tras la caída de las tres regiones del norte de Malí, sindicatos, actores políticos, agrupaciones, asociaciones, sociedad civil, elegidos del norte, a pesar de los efectos colaterales que suscitaba, se proclamaron a favor de la opción militar. Una postura, que a pesar de las consecuencias, expresa el extremo dolor causado por las torturas, matanzas y otros daños de los asaltantes contra el pueblo maliense.

Hoy son numerosos (malienses) los que no defienden el encuentro que ha tenido lugar entre los emisarios de Bamako y los grupos rebeldes. No reconocen a los emisarios de Bamako en Ouaga como representantes del pueblo de Malí, y menos aún en el marco de diálogo que surge de este encuentro.

Todo intento de elaboración de una vía de diálogo con los “inhumanos” (AN-Sardine y MNLA) de manos ensangrentadas con sangre maliense se puede calificar de traición y de vergüenza para el pueblo de Malí, estiman muchos responsables a los que hemos interrogado al respecto.

Boucabar Yalkoué

Publicado en La Nouvelle Patrie el 11 de diciembre 2012.

Traducido para Fundación Sur, por Juan Ramos Peris.

* Nota de traducción:
El autor escribe así el nombre del grupo islamista, Ansar Dine, en varias ocasiones, por lo que se ha mantenido, por considerarse un juego de palabras, con el que insulta o falta al respeto a los islamistas, llamándolos sardinas.

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