Mamadu Diarra cree en la agricultura del Malí y afirma con persuasión: “Mi país puede ser autosuficiente y hasta alimentar a sus vecinos.” Durante 2008, en el momento de la escalada de los precios de los cereales, recorrió el país en moto. Es un becario de la Fundación para la Agricultura y la Ruralidad en el Mundo (FARM), con sede en París. Su estudio versa sobre los mecanismos de la transferencia de los precios mundiales a los mercados locales de las diversas regiones del Sahel.
Si las “protestas del hambre” casi no tuvieron repercusión en el Malí, la escalada del precio del arroz ha hecho tomar conciencia del peligro. Con urgencia, el gobierno lanzó la “iniciativa arroz”, subvencionando el precio de los abonos al 50%. Si Malí consigue aumentar su producción de arroz, dependerá menos de las importaciones de Asia y conquistará la autonomía alimentaria sobre un producto, que es el alimento de base en muchos ambientes urbanos, por su cocción rápida, que necesita poca leña o mejor se cuece en los hornillos de butano. De esta forma no sufrirá con los altibajos del mercado mundial.
LA COMUNIDAD RURAL DE TONGORONGO Se trata de un pueblo grandón, situado a una hora de pista de la ciudad de Mopti, en la ribera del río Níger. Mamadu les hizo una visita acompañado por todo el equipo de la FARM, que sostiene el desarrollo de esta comunidad rizícola por medio de préstamos. Los campesinos saben recibir a sus huéspedes. Todos les dan la bienvenida, desde los ancianos, patriarcas y jefes de las tierras, hasta las mujeres y los niños. Unos aplauden, otros tocan los tantanes y las muchachas traen fuentes y palanganas con frutas variadas: Mangos, bananas, nueces de cola, papayas, etc… No faltan platos de pescado seco al sol y frito… Los alfareros ofrecen algunas vasijas fabricadas con arcillas locales. ¡Es la fiesta!
EVALUACIÓN DE LA MARCHA DEL PROYECTO
Terminada la acogida festiva, los agricultores y técnicos se reúnen en una de las escuelas, para revisar las cuentas y el andamiento del proyecto. El dinero prestado a los rizicultores sirvió para comprar las simientes y los herbicidas, que permitieron poner en cultivo 125 Ha. nuevas, nunca utilizadas.
El grupo de las mujeres compró dos batidoras, una descortizadora y una estufa, que les permitirán poder vender el arroz ya transformado, por tanto a un precio más elevado.
La idea es que la población no sólo se alimente, sino que gane algún beneficio por el valor añadido al grano manipulado. Bernard Bradelien, director de la FARM, declara: “Pretender que sólo exista la agricultura familiar, es tener una visión ‘miserabilista’del desarrollo. Si los campesinos no tienen una esperanza de mejorar su género de vida, acabarán abandonando la tierra.”
La FARM está sostenida por el banco francés CRÉDIT AGRICOLE, la LIMAGRAIN y otras empresas francesas.
¿QUÉ DICEN LOS ECOLO’S?
Mamadu Diarra es consciente de que el empleo de abonos químicos y de herbicidas puede suscitar protestas de algunos partidarios de la agricultura bío. Pero él considera, que en África se parte de cero y ¿qué son 10 kilos de abono por Ha. cuando en Europa se utilizan 100 kilos/Ha. de media?
Otro de los problemas, que preocupa a Mamadu y a sus amigos, es la situación de aislamiento de los pueblos y aldeas enclavados en la sabana saheliana por falta de carreteras y medios de transporte. Y empieza a citar casos: La piña ecuatorial – el ananás – se pudre en la región de Kayes, al oeste de Malí, cerca de la frontera del Senegal, por falta de transporte y lo mismo acontece con las naranjas, que nadie quiere, porque el color de su piel es verde limón y no se pueden convertir en zumo por falta de una fábrica de extracción del mismo. “Dan ganas de llorar”, termina Mamadu.
MIEDO AL ENDEUDAMIENTO EXCESIVO
La iniciativa ARROZ, de la que todo el mundo habla, está volviendo a dar esperanza a los agricultores. Aunque las cifras oficiales de la producción están algo ‘hinchadas’ y aunque algunos habrían preferido cultivar maíz, sorgo y mijo, que se consumen más en estas zonas rurales, no hay que olvidar que el gobierno prefiere alimentar al pueblo de las ciudades, para evitar las protestas. Y como dijimos al principio, en las ciudades es preferido el arroz.
Para las autoridades, la ecuación es compleja, por un lado deben mantener precios remuneradores para los agricultores, para que no abandonen el cultivo y por otro suficientemente bajo para que la gente de las ciudades pueda comprar y alimentarse. Con este equilibrio se evitan los disturbios.
En el mercado central de Mopti, los comerciantes se alegran por la cosecha abundante de este año y se preguntan de qué forma van a evolucionar los precios del arroz. Umar Tembeli, comerciante ambulante, que va por los pueblos para comprar los cereales a los campesinos, dice que “los precios se van a mantener, porque los agricultores comienzan a organizarse en cooperativas y recurren a los bancos de cereales y a los créditos para evitar el derrumbe de los precios.” Umar paga el kilo de arroz entero a 280 Frs. Cfa.(= 40 cents de Euro) y lo revende a los comerciantes mayoristas a 300 Frs. Cfa. Estos lo veden a los minoristas del mercado a 325 Frs. Cfa.(= unos 50 cents.€) .
El año pasado costaba al público ese mismo arroz 275 Frs.Cfa. Hoy los precios, no sólo se mantienen, sino que han subido unos 50 Frs. en kilo. Tanto los mayoristas, como los rizicultores esperan que los precios aumenten para liquidar sus reservas y tener un beneficio para rembolsar los créditos.
AYUDAS ESTATALES
Este año ha sido renovada la subvención del 50% del precio de los abonos, no sólo para el arroz, sino para todos los cereales. Así los campesinos van a adquirir más insumos. Por otro lado la FARM ha ampliado el plazo de reembolso de los créditos en un año, para que los campesinos no caigan en la asfixia de la espiral de las ‘deudas eternas’.
Nos parece que esta política del Malí es muy acertada, pues en las riberas del Níger existen tierras inundables, que podrían ser la reserva arrocera del África Occidental. De este modo los agricultores se arraigarán a sus tierras, evitando las tentaciones migratorias y se conseguirá la soberanía alimentaria.