El gobierno de Malaui, bajo la presidencia de Peter Mutharika, ha anunciado la prohibición inmediata de la exportación de minerales en bruto. Según el mandatario, ningún material sin procesar abandonará el país. El objetivo de esta normativa es fomentar el procesamiento local y construir potentes industrias nacionales y con ellas impulsar la economía nacional.
Este cambio de política incluye yacimientos clave como los depósitos de rutilo en Kasiya (Lilongwe) y las tierras raras en Kangankunde (Balaka). Malaui cuenta con importantes recursos minerales como: uranio y grafito, depósitos de tierras raras, carbón o piedras preciosas (rubíes o zafiros). Por lo tanto, el gobierno estima que la medida podría generar cientos de millones de dólares anuales adicionales si las materias primas se procesan y valorizan dentro del país.
Otros países africanos que han implementado prohibiciones similares a lo largo de los años, como Zimbabue o Tanzania, han terminado enfrentándose a un auge del contrabando de minerales, a la minería informal o a la erosión de los ingresos. Según algunos analistas, para que la política de Mutharika tuviera éxito debería estar respaldada por una correcta aplicación, además de contar con infraestructuras sólidas.
Fuente: Qiraat Africa
[CIDAF-UCM]