El embajador de Malaui en Zimbabue, Mayiwayo McLloyd Polepole felicitó el pasado miércoles al presidente de Zimbabue, Emmerson Mnangagwa, por aceptar la naturalización de los ciudadanos de origen malauí. La ciudadanía de estas personas, cuyo futuro llevaba tiempo siendo incierto parece blindarse tras la decisión de Mnangagwa. El acto espera reforzar las relaciones bilaterales entre los dos países e incluir a los ciudadanos malauíes, normalmente vistos como extranjeros, al tejido social del país.
El embajador malauí pudo disfrutar de la noticia tras una visita al presidente en Harare, poco antes de que abandone el país por las rotaciones diplomáticas. La incertidumbre sobre el estado de ciudadanía de los descendientes malauíes residiendo en Zimbabue ha sido solucionada asumiendo el estado receptor a todos estos nuevos ciudadanos. La historia de los dos países está muy entrelazada; ambos fueron parte de la Federación de Rodesia y Nyasalandia, una unidad colonial británica que comprendía a Malaui (Nyasalandia), Zimbabue (Rodesia del Sur) y Zambia (Rodesia del Norte). Debido a la interconexión entre pueblos y mercados, la propia Constitución de Zimbabue ponía en los pasos para la naturalización como ciudadano zimbabuense la residencia de al menos 10 años en el país. Malaui también permite la doble nacionalidad a los ciudadanos originarios de Zimbabue por los mismos motivos históricos y culturales.
Así, las relaciones entre los dos países, que ya han trabajado en comisiones conjuntas permanentes firmantes de varios memorandos de entendimiento, se refuerzan aún más. Los siguientes pasos a dar según el embajador son el refuerzo del comercio y el turismo entre ambos, incluyendo el trabajo en las fronteras.
Autor: Senior Reporter
Fuente: The Herald
[Traducción y edición, Gonzalo Querol]
[CIDAF-UCM]