El ministro de Industria y Comercio de Malaui, Henry Mussa, ha declarado que su oficina ha cerrado más de 50 tiendas que pertenecían a extranjeros que operaban en el país, sin los permisos nacionales adecuados, y otros documentos legales.
Después de un mes de inspección de licencias de empresas, la mayoría de las tiendas que han sido cerradas pertenecían a refugiados de Burundi, Ruanda y China. “Nos gustaría asegurar que hay orden y que la conducta de las empresas o su disciplina contribuye a la creación de una atmosfera permisiva y propicia para las empresas en el país”, señaló.
Según el ministro, los refugiados que tenían estos negocios ilegales han sido enviados de vuelta al campo de refugiados de Dzaleka, a 30 kilómetros de la capital, Lilongwe, para que esperen allí su repatriación, mientras que los de nacionalidad china serán enviados a su país, por haber incumplido las leyes del país.
Sin embargo, el ministro aseguró que se están revisando las leyes, con ayuda financiera del Banco Mundial y de la Unión Europea, para asegurar que todas las personas que hagan negocios en Malaui, lo hagan en cumplimiento de los estatutos nacionales.
(African Press Agency, 24-03-09)