Madrid acoge desde el pasado domingo la tercera Cumbre España-África, un evento de tres días que busca fortalecer los lazos económicos y diplomáticos entre ambos socios. La cumbre reúne a representantes de diversos países africanos y españoles, con el objetivo de impulsar el comercio bilateral, que en el primer semestre de 2024 rozó los 35.000 millones de dólares.
España aspira a tener un papel importante en África en sectores estratégicos como la construcción, las energías renovables, la desalinización del agua y la industria farmacéutica. La cumbre sirve para destacar la red de Cámaras de Comercio españolas en África, enfocada en la formación profesional juvenil y la lucha contra la inmigración irregular.
El evento se enmarca en el Plan España-África 2025-2028, que busca asegurar suministros estratégicos y posicionar a sus empresas en los mercados africanos emergentes. Proyectos recientes, como la financiación de una planta desalinizadora en Marruecos y un memorando de entendimiento con Nigeria para consultas diplomáticas regulares, ilustran este impulso.
Sin embargo, el futuro de la cooperación iberoafricana presenta desafíos. La cumbre plantea interrogantes sobre la capacidad de España para traducir sus anuncios en proyectos estructurales en todo el continente, más allá de sus socios tradicionales. La competencia de países como China, Turquía y los Estados del Golfo, así como posibles tensiones comerciales, como la disputa sobre los tomates marroquíes, podrían dificultar el avance de su presencia en el continente africano, especialmente en el Magreb.
Fuente: Louis-Nino Kansoun – Agence Ecofin
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