Después de tres semanas de intensas protestas en Madagascar, y una semana después de haber disuelto el parlamento, el presidente de la república, Andry Rajoelina, nombró ayer al militar Ruphin Fortunat Zafisambo como primer ministro del país. Zafisambo ostenta el grado de general y lleva años presente en la esfera de poder, tanto como director del gabinete civil, como del gabinete militar del recién destituido primer ministro, Christian Ntsay.
El nombramiento se produce en un momento de gran tensión social y política. Según la ONU, se han contabilizado al menos 22 muertos y más de 100 heridos en las últimas manifestaciones protagonizadas por la sociedad civil, especialmente por la juventud. Rajoelina niega estas cifras, pero afirma que el objetivo del nombramiento del nuevo primer ministro es que vaya de la mano de una contención de las protestas y la vuelta al orden en las calles de Madagascar.
Según el presidente, la prioridad del nuevo primer ministro será la restauración de los servicios de agua y electricidad. Además, deberá enfrentarse a la sociedad civil en las calles y a un gran número de problemas, como la corrupción, que acucian a una nación que en los últimos 60 años ha visto como sus ingresos per cápita caían en en 45 % y donde, según el Banco Mundial, más del 75 % de la población vive bajo el umbral de la pobreza.
En el discurso de presentación del nuevo ministro, Rajoelina aseguró que juntos combatirán la corrupción y garantizarán “que las aspiraciones del pueblo se hagan realidad”. No obstante, continúan las protestas solicitando que Rajoelina renuncie a su cargo como presidente de la República, pues lo que empezó como queja contra los cortes de electricidad y agua, ha desembocado en una crítica total a la administración de Rajoelina. Sin embargo, el presidente insiste en que hará caso a las necesidades de sus ciudadanos, pero no a las demandas de su dimisión.
Fuente: Midi-magasikara – Daily nation
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