Un informe definitivo elaborado por un grupo independiente de expertos de las Naciones Unidas, que afirma que Ruanda sigue apoyando la rebelión M23 en el este de la RDC, ha sido presentado el 12 de octubre ante el comité de sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU. A pesar de que estas acusaciones han sido confirmadas por HRW y ICG y de que la comunidad internacional ha condenado la implicación ruandesa en el conflicto, Ruanda sigue negando las acusaciones y afirma que están basadas en rumores sin fundamento.
Este último informe es todavía más aplastante que el publicado en junio y denuncia que Ruanda no ha cesado de entrenar y reclutar tropas para el M23, a la vez que ha seguido suministrando armas y ayuda logística. Según el informe, el M23 estaría compuesto de unos 1.250 soldados que siguen ocupando y ganando terreno.
El gobierno ruandés descalifica este informe por estar basado, según él, en meros rumores sin fundamento. Ha encargado al gabinete de abogados Akin Cump Strauss Hauer & Feld LLP, de Nueva York, para que le ayude a contrarrestar las acusaciones y defenderlo ante el comité sancionador de la ONU. Un dirigente ruandés, conocedor del informe definitivo, ha declarado que el grupo de expertos ha procedido a un “kitchen-sink”, a pegar trozos basados en rumores y habladurías, esperando que cuanto más grande sea el número de acusaciones, más creíble será su trabajo. En su contra-informe, el gobierno ruandés quiere atacar directamente a los autores, en especial a Steve Hege, el coordinador, acusándolo de anti-ruandés y por consiguiente no cualificado. Al mismo tiempo reprocha a los expertos no haber tenido suficiente tiempo para examinarlo antes de su envío al comité sancionador y no haber incorporado en el informe definitivo los puntos de vista ruandeses.
Los expertos señalan que hicieron esfuerzos para debatir las cuestiones con el gobierno ruandés sin éxito alguno y que ni siquiera fueron recibidos al efecto.
Lo que es evidente es que se sigue sin resolver el combate y eliminación del M23. En su día, los jefes de Estado de la Conferencia Internacional para la región de los Grandes Lagos (CIRGL) aceptaron el plan de despliegue de una fuerza neutra de 4.000 bajo la égida de la ONU y de la UA. Susan Rice, embajadora de EEUU en la ONU, ha confirmado las declaraciones del subsecretario para asuntos africanos Johnnie Carson pidiendo que Ruanda condene oficialmente el M23 y que debe encontrarse una solución regional. Sin embargo, tras tres reuniones fracasadas en Kampala y la mini-cumbre propiciada por Ban-Ki-Moon en Nueva York que terminó en el caos, cada vez parece más difícil que se encuentre una solución regional.
En Kinshasa, la cumbre de la francofonía se clausuró el 14 de octubre con una resolución de condena de cuanto sucede en el este de la RDC. Ruanda, representado no parece dispuesta a firmar esta resolución y sus reservas son consideradas por el resto de participantes como una especie de confesión de culpabilidad.
Las acusaciones contra Ruanda por crear y apoyar el M23 han hecho que un grupo de países occidentales hayan suspendido sus ayudas a Ruanda desde el mes de junio, cuando el informe provisional de la ONU fue conocido y HRW publicó el suyo. Este informe definitivo puede hacer difícil la elección de Ruanda como miembro no permanente del Consejo de Seguridad para 2013-2014; elección que deberá tener lugar el jueves 18 de octubre.
(Jeph Mboneye Jambonews.net 16/10/2012)
Resumen y traducción de Ramón Arozarena.