Las estadísticas han demostrado que en Senegal en los últimos dos años 2008-2009 casi 400 niños y niñas han sido violados y 8.000 carecen de hogar, y mucho menos reciben atención a la salud. Una situación que ha llevado a expertos, organizaciones no gubernamentales, el ministerio de la familia, organizadores de base y otros asociados para el desarrollo a lanzar la alarma y celebrar un seminario de tres días en la capital del carril, el viernes, 18, el sábado 19 y el domingo, 20 de febrero de 2011 en el centro de capacitación y el desarrollo sostenible de Silmang.
El seminario fue diseñado, de acuerdo con el Director de la protección de los derechos de los niños del ministerio de la familia, Mamadou Kebe, para establecer una movilización nacional, el plan de ajuste para luchar contra este azote que es el abuso de los niños en todas estas formas sociales: física, psicológica, moral e incluso negligencia, de los menores de 18 años de edad. Entre estas formas de violencia está también el trabajo de niños, su explotación sexual, la mendicidad, el temprano trabajo doméstico y el abandono por parte de los padres. Asimismo, en cuanto a la protección de los derechos de la infancia, un estudio a nivel nacional revela alarmantes estadísticas como que el 64% a 100% de los niños “talibé” son víctimas de abuso físico. Sin duda, este tipo de violencia puede resultar en la forma de una bofetada en la cara o daños corporales en la escuela y en otros casos trabajando como aprendices de carpintero u otros sectores, por lo que, sigue Kébé, estas organizaciones deberán trabajar en sinergia con el ministerio de la familia, para poner fin a este azote.
Para ello, según el Director de protección de los derechos de los niños, se está preparando comunicación social y movilización que tienen como principal objetivo llegar a toda la sociedad a nivel nacional a todas las capas, para que se detenga el abuso de los niños. “Estamos realizando este plan en la forma de una prueba con medios de comunicación públicos, que se extenderá a los privados este año. Esta estrategia se basa fundamentalmente en la comunidad, a nivel local y movimiento de componente social para promover esta dinámica de cambio de comportamiento para las familias y las partes interesadas, que son los encargados de la religión, política y medios de comunicación, con respecto a los niños. En definitiva, es un motivo para el cambio de comportamiento sostenible».
Para Abdou Fodé portavoz de la plataforma que reagrupa entre otras, estructuras como la Asociación de Mujeres Juristas de Senegal, es importante ya que permite a las partes interesadas comprender con evidencias, que si no se ocupan de ello ahora, se arriesgan a que se produzca una implosión social que ocurrirá cuando estos niños crecen.
Sin duda, continúa, el estado es el primer garante de la seguridad, por no decir que está obligado, pero hay que reconocer, que siempre hay un desarrollo de estrategias en marcha, debe proponer soluciones alternativas y hacer disponibles, en la dirección de los derechos fundamentales, «hay que ponerse de acuerdo en cuatro elementos que son la armonización de las intervenciones, es decir, no a las intervenciones diferenciadas. Racionalizar los recursos, que significa poner fin a las acciones de algunas asociaciones u organizaciones no gubernamentales, que con el pretexto de que resolverán el problema de la protección de los niños, sus intereses son más bien personales. El otro elemento es la discusión de los patrones en salas con audiencia, para revelar todas las formas de acceso a los derechos, y permitir a todos intervenir en la protección del niño. Y hay que reconocer que las ONG son incapaces de invertir la tendencia, aunque es cierto que han hecho lo que han podido. Pero no están destinadas a sustituir al Estado. Para lograr la tolerancia cero, es necesario que las infraestructuras de base sean accesibles a todo el mundo, y evitar dejar abandonadas a las zonas rurales, pero también ponen en marcha una política de protección social tanto para los niños como para los adultos.»
Diokina Dia
(Le Peuple, Senegal, 21-02-11)
Traducido por Lamine Beye senegalés residente en España.
