Ayer, 8 de febrero, celebramos el día de la Campaña nacional de Manos Unidas: “Luchamos contra la Pobreza. ¿Te apuntas?”.
Los que conocemos como trabaja Manos Unidas, tanto en España, como en África y en los otros continentes, podemos afirmar con reconocimiento y gratitud, que estamos orgullosos de Manos Unidas y que merecen todo nuestro apoyo.
Entre los aspectos que más admiro en su forma de trabajar, quiero señalar:
? Su compromiso profesional, generoso y solidario por un mundo más equitativo y justo, pues “no hay paz sin justicia”, y “no hay justicia sin igualdad”.
? Su promoción de la educación, especialmente de la mujer en los países del Sur.
? Su espíritu de voluntariado y de entrega por la dignidad de las personas “descartadas”. Es la única ONG que dedica más del 90% de los ingresos a las personas necesitadas. Cuenta con unos 6.000 voluntarias-os.
? Su transparencia en toda la gestión, tanto aquí como en los países de Sur.
? Su integración de las dos vertientes esenciales en el trabajo social de la Iglesia: la sensibilización y educación, junto con los proyectos para un desarrollo sostenible de los pueblos más empobrecidos.
? Su espíritu universal, pues trabajan con más de 600 proyectos anuales, en 57 países, todos entre los pueblos del Sur. Trabajando juntos compartimos más vida con los demás.
? Su lucha por superar el hambre en los pueblos del sur, (más de 850 millones de personas pasan hambre en el Sur) y por lograr condiciones de vida digna para todas las personas.
? Su dedicación a sanear las raíces del mal, (pobreza, corrupción, abusos de la dignidad humana, violencia, hambre, etc.), promoviendo una educación holística para un desarrollo integral e integrando al mismo tiempo la asistencia samaritana en casos de emergencia.
POR LA EDUCACIÓN Y PROMOCIÓN DE LA DIGNIDAD DE LA MUJER EN ÁFRICA.
La promoción de Manos Unidas por la dignidad de las personas más vulnerables: mujeres y niñas-os, es digna de especial mención. Mencionaré el ejemplo de la MGF.
Se sabe que existen unas 10.000 niñas que son mutiladas genitalmente cada día en el mundo, es decir: 3.6 millones de niñas cada año. Esta práctica sigue realizándose en 29 países, en su gran mayoría en África.
Las mayores tasas corresponden a: Somalia (98%), guinea (97%), Yibuti (93%), Egipto (91%), Sierra Leona (90%), Mali (89%), Sudan (88%), Eritrea (83%) y Burkina Faso (76%), y las menores en Camerún y Uganda (1%), Níger (2%), Ghana y Togo (4%), Benín (7%), Irak ((%)…Tanzania (15%). (La Razón: 6.2.2015)
Existen indicaciones sobre la reducción de la MGF en casi todos los países africanos. Queda por ver cuál será la evolución de esta práctica, teniendo en cuenta que por un lado el nivel de educación sigue mejorando, y que por el otro la población sigue creciendo.
Unicef aclara, que el futuro depende también de donde vivan las chicas. Por ejemplo, la MGF entre las jóvenes de 15 a 19 años en Ghana es ahora de un 4%, una cuarta parte de lo que era hace 30 años, de manera que, al ritmo actual de progreso, esta práctica quedara erradicada antes de 2030. Algo semejante ocurrirá en Kenia y en otros países.
Con el compromiso de todas las personas preocupadas por la dignidad de las hermanas-os más vulnerables de la Familia Humana, podemos superar este abuso cruel de la chicas, así como “la miseria” que sufren todas las personas “descartadas” en nuestra sociedad.
Existen recursos para todos. Solo necesitamos buena voluntad y una gestión ética.
Sigamos colaborando con Manos Unidas que nos da ejemplo en esta tarea tan relevante.
