Louis Camara, escritor: “La calidad de una obra literaria, es su universalidad”

19/12/2016 | Entrevistas

De forma caricaturesca, Louis Camara, podría ser considerado como un escritor exótico especializado en las especificidades culturales que esperan la universalidad. Lo demuestran los exquisitos Promenades en la mitología yoruba, del nativo de Saint Louis, que confiere a su obra literaria una cierta originalidad. El ganador del Gran Premio de las Letras en 1996 del presidente de la República de Senegal, con su primera obra Le choix d’Ori, habla en esta entrevista de sus escritos, evocando el territorio y el más allá, de su ciudad, Saint-Louis, de la conservación de su memoria y de la cultura que hay que revitalizar.

¿Qué ha despertado en usted la pasión por la escritura?

Puede que sea una inclinación natural. Desde mi más tierna infancia he estado interesado en el lenguaje, la música y la belleza de las palabras, la poesía. Poco a poco, a fuerza de leer obras, tuve ganas de escribir yo mismo. He necesitado mucho tiempo puesto que he publicado mi primera obra literaria a los 46 años (en 1996). Pero fue un intento afortunado porque conseguí el Gran Premio de las Letras del presidente de la República con su publicación.

louis_camara_alumnas.jpg¿Por qué ese comienzo tardío?

A menudo eran intentos fallidos. Los textos que escribía no me parecían lo suficientemente conseguidos. Las historias no me parecía que estuviesen bien construidas y no controlaba lo suficiente algunas técnicas de escritura. La escritura también es el correcto manejo de ciertos parámetros literarios. Además hace falta una gran cultural literaria que se adquiere con la lectura de obras. No se puede ser un escritor si no se ha leído mucho. Creo que es necesario haber leído mucho para después restituir lo que hemos almacenado de manera consciente o inconsciente.

¿De dónde viene el interés por la cultura yoruba muy presente en varias de sus producciones literarias?

Es un poco fruto del azar. Descubrí la cultura yoruba a través de una obra de mitos titulada 16 grands poèmes d’Ifa (Ifa es una de las divinidades del panteón yoruba). Este libro es una recopilación de poemas adivinatorios utilizados por los ostentadores de esta ciencia adivinatoria, llamados por los yorubas, los babalawo. Éstos recitan los poemas durante los ritos de adivinación. Es toda una técnica. Los poemas han surgido con la adivinación. Tuve acceso entonces, a la recopilación de textos recogidos por la autoridad suprema de todos los babalawo del mundo, el profesor Wandé Abimbola, antropólogo profesor en los Estados Unidos. Hoy en día tiene 90 años. Encontré de casualidad su obra en la librería Sankoré de Pathé Diagne en los años 80. Descubrí poemas en la lengua yoruba. Intenté comprenderlos con la traducción inglesa. Uno de los poemas adivinatorios, me inspiró una historia, un relato.

Y a partir de ese momento publica su obra literaria…

Cogí los elementos básicos del poema y los estudié, mezclados en mi mente para llegar a Choix d’Ori. Cuando terminé de escribir este libro, lo pude editar en 1996 con las ediciones Xamal de Saint-Louis, que era por entonces una pequeña imprenta de un belga que llegó para instalarse. Me lo editó. Fue un éxito para ambos. Él se hizo un hueco como editor y yo como autor. Así fue como empezó mi vocación de escritor. Continuó con cuentos inspirados en este universo. Después hice una recopilación de escritos sobre el terreno Il pleût sur Saint Louis, que fue de alguna forma el regreso a casa después de mi viaje con los yorubas. Como también lo es mi último libro Au-dessus des dunes.

¿Sant-Louis, tierra de mitos, ha ejercido una influencia en su elección, de forma inconsciente quizás, de interesarse por una cultura donde se fabrican precisamente los mitos?

Seguramente. Saint-Louis es una tierra de poesía, de mitos. La poesía y el mito están consustancialmente ligados. Saint-Louis es una ciudad muy religiosa, muy islamizada y siempre está la presencia de estos mitos. Yo no me siento extraño con los yorubas porque desde la infancia me he impregnado de este ambiente mito-poético si se puede decir. Lo que hace que el vínculo no haya sido abrupto.

Justamente hoy la comunidad yoruba de Senegal celebra el Yoruba day. Por esta ocasión usted dará una conferencia. ¿Nos puede hacer un pequeño avance?

El Yoruba day es una fiesta tradicional anual que se celebra desde hace seis años por los yorubas de Senegal. Yo soy un invitado de honor y dirijo una conferencia sobre la “Literatura tradicional yoruba: prosa y poesía”. Es un trabajo de investigación que he realizado en el que expongo los diferentes géneros literarios orales en la tradición yoruba. Son géneros practicados en la actualidad por grupos concretos. Los yorubas hacen la distinción entre prosa y poesía. La prosa es una producción oral y popular, mientras que la poesía la hacen grupos especializados.

¿Cómo perciben los yorubas el hecho de que un senegalés se interese tanto a su cultura?

En todo caso, yo solo he tenido reacciones de bienvenida muy positivas. Creo que están muy contentos de que alguien se interese a su cultura y la conozca hasta el punto de llegar a ser un intérprete. Suelo decir que no soy sólo un escritor, sino también un intérprete de la cultura yoruba. Tengo muchos amigos en el seno de esta comunidad. De hecho, mi hijo menor lleva el nombre de un amigo yoruba.

Sus escritos se centran en especificidades locales pero da la impresión de que trascienden los espacios y las particularidades culturales. ¿Cómo consigue conciliar lo particular con lo general?

Se puede ser un escritor local y ser muy universal al mismo tiempo, partir de lo particular y alcanzar lo general. Creo que la aspiración de todo escritor es convertirse en un escritor internacional, leído y comprendido por todo el mundo. Lo que da la calidad a una obra literaria es su propia universalidad, aunque nazca de un lugar concreto para luego conseguir lo universal. Y está directamente ligado al talento más o menos consagrado del escritor. Cuanto más amplia es la perspectiva de un escritor, mejor manejará el arte de escribir. Su obra debe ser a la vez arraigada a un lugar y abierta al mundo.

Le apodan el cuentista de Ifa. Piensa que la pérdida de ciertos valores fundamentales esté ligada a la posición cada vez menos importante del cuento en los espíritus formateados de los jóvenes?

La pérdida de la mayoría de nuestros valores culturales viene de la desafección de lo que constituía el pilar principal de la educación tradicional. Y en el centro de este pilar estaba el cuento que es un arte completo. En el cuento está la narración, el canto, la comedia, el mimo, la danza… El cuenta cuentos, es un artista completo que sabe transmitir los valores y comunicar con el público. Y en el público había siempre niños que estaban en las primeras filas y se quedaban con la esencia del cuento, la sabiduría. El cuento ha desaparecido prácticamente de nuestro universo cultural. Los niños sin estar alimentados por la leche de los cuentos, se interesan por otras cosas como internet. Y es lógico que otra cultura que no es la suya venga para instalarse. Imitan modelos que vienen de fuera y abandonan los suyos propios. Este proceso de desestructuración mental no es nuevo. Comenzó con la colonización. Pero hoy ha adoptado una forma más insidiosa. Pese a las independencias de nuestros países, no hemos restaurado los valores tradicionales. En nuestro sistema educativo, no enseñamos. Después de más de medio siglo de independencia, no enseñamos nuestras lenguas en nuestros colegios. Se han probado sistemas para transmitir las lenguas y las culturas africanas. Desgraciadamente no han tenido éxito porque la gente ya no cree en ellas. Por este motivo, me gustó mucho el libro del profesor Felwine Sarr: Afrotopia. Él defiende precisamente esta tesis de retomar nuestro destino apoyándonos en nuestras culturas, en nuestros valores culturales endógenos.

Yo estimo que todos los cuentos que he escrito están ligados con los valores africanos, teniendo como fuente principal la cultura yoruba. Pero pueden ser entendidos por otras identidades.

La memoria de Saint-Louis, ciudad cargada de historia, ¿está bien conservada?

No solamente está mal conservada sino también mal encaminada. Está deformada. Los verdaderos tradicionalistas ya no están más aquí, a parte de algunos que hacen esfuerzos para mantener una cierta forma de tradición histórica. Hoy en día hacemos frente a una modernidad de la que no controlamos sus parámetros y se vuelven nefastos. Pero organizándose mejor, dando prioridad a la cultura, podemos obtener resultados. Imaginen que en Saint-Louis, no hay ni siquiera un centro cultural digno de este nombre con todos los escritores, poetas y hombres de cultura que cuenta la ciudad. Los actores no tienen un lugar para expresarse. No hay un sitio para el intercambio cultural. Hay algunas manifestaciones de gran envergadura como el festival de jazz, el de cine documental, la fiesta del libro. Son eventos puntuales. En general es la gente de fuera la que viene a la ciudad, no es el público de Saint-Louis. Ellos no se interesan por la cultura.

Además de este letargo, hay una falta de toma de conciencia de lo que la cultura puede aportar a la ciudad en términos de desarrollo global, de recursos económicos, a partir del momento que se habla de la industria cultural. Hay un desconocimiento de la historia real de Saint-Louis. Los verdaderos conocedores de la historia de Saint-Louis no son entrevistados. Las autoridades municipales deberían también tener su papel. Hay comisiones culturales en los ayuntamientos. Una ciudad como Saint-Louis con todo lo que tiene como historia, su patrimonio arquitectónico único, ni siquiera tiene biblioteca municipal. Los encuentros literarios son extremamente raros. Esto no favorece la eclosión de la cultura. Confundimos a menudo cultura y folclore.

Actualmente hay un plan de reestructuración implantado para preservar la herencia arquitectónica que se encuentra amenazada. No obstante, no habría que ocultar el patrimonio inmaterial que anima aquel que es material. Hay que hacerlo revivir de forma cualitativa con las personas apropiadas para ello.

Alassane Aliou MBAYE

Le soleil

[Traducción, Laura Guisado]

[Fundación Sur]

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