Los zimbabuenses de las zonas rurales luchan por sobrevivir

2/09/2009 | Crónicas y reportajes

Nyoko Nyazvigo recuenta sus pequeñas ganancias en esta remota población de Zimbabue, colocando con sumo cuidado sus dólares americanos, rands surafricanos y meticales mozambiqueños.

La viuda de 43 años lleva agua de los pozos, limpia casas por casi toda la zona de la frontera con Mozambique y atiende su campo de cacahuetes, sorgo y maíz, en su lucha por ganar dinero en moneda extranjera, la única que se acepta ahora en Zimbabue.

A pesar de la dureza, ella asegura que no se arrepiente de la decisión tomada por el gobierno el pasado mes de enero, de retirar el dólar zimbabuense, que había quedado sin valor real tras años de hiperinflación.

“Con el dólar zimbabuense, los precios cambiaban a diario, y algunas veces cada hora”, señala Nyazvigo.

“Con el dólar americano y los rands, incluso con los pocos meticales que gano, sé que puedo ahorrar durante una semana o comprar algo”, añade.

En un buen dúa Nyazvigo gana alrededor de 30 rands [2,70 €], que ahorra para enviar a sus cuatro hijos a la escuela.

Hasta estas precarias ganancias la sitúan entre los zimbabuenses más afortunados. El gobierno calcula que el 65 % de los 12 millones de habitantes del país viven en zonas rurales y sobreviven con menos de un dólar al día.

La dolarización de la economía ha dado como resultado unos precios más estables, permitiendo a los tenderos reponer sus estantes vacíos mientras que el gobierno de unidad entre el veteranos Robert Mugabe y el primer ministro, Morgan Tsvangirai, intenta reconstruir la economía derrumbada.

Pero Nyazvigo lucha en Mudzi, 260 kilómetros al noreste de la capital, tipifica las duras condiciones que atraviesan los zimbabuenses de las zonas rurales, que apenas tienen acceso a la moneda extranjera, que ahora es necesaria para pagar todo, desde la comida hasta las medicinas, pasando por las escuelas.

Su pueblo se beneficia de la proximidad con el poso de frontera con Mozambique de Nyamapanda, un enlace clave en el sistema de autovías del Sur de África.

Los jóvenes desempleados de la zona trabajan como portadores de equipaje para los viajeros a Mozambique.

Algunas veces, las jóvenes se meten en la prostitución en el puesto de frontera, donde los conductores de camiones de toda la región pasan alrededor de tres días mientras de arreglan los asuntos de aduanas e inmigración.

Pero los agricultores que dependen de sus cosechas para tener ingresos luchan por encontrar compradores porque la mayor parte de la gente simplemente no tiene dinero para pagarles, según un consejero local, Fungai Mahachi.

“Ha sido una buena decisión para nosotros el utilizar el dólar estadounidense, pero aquí la gente es pobre. No tiene acceso a ese dinero. No tenemos industria ni compañías para emplear a la gente”, recalca Mahachi.

“No podemos vender la poca cosecha que recogemos por no hay compradores”, se lamenta.

Mucha gente se está viendo obligada a canjear productos por servicios. “La gente está recurriendo a pagar dos latas de maíz para que le muelan el maíz en el molino y poder tener la harina de maíz que se utiliza para preparar la comida llamada sadza. “La gente de esta comunidad simplemente no tiene dólares americanos.

Canjear bienes por servicios significa que mucha gente podría quedarse sin alimentos mucho antes de la próxima cosecha, en mayo, según el director de Oxfam Zimbabue, Peter Mutoredzanwa.

Las Naciones Unidas calculan que 2.8 millones de zimbabuenses necesitarán ayuda alimentaria antes de la próxima cosecha, menos que los casi siete millones que necesitaban comida para sobrevivir antes de la recién terminada cosecha.

“Debido a la falta de moneda extranjera, especialmente en las zonas rurales, la mayoría de la gente se está viendo obligada a hacer trueque con sus cosechas para pagar bienes y servicios básicos”, recalca Mutoredzanwa.

(IOL, 02-09-09)

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