Soldados borrachos han saqueado el palacio presidencial de Mali, horas después de declarar que habían dado un golpe de estado, el día 22 de marzo, suspendiendo la constitución y disolviendo las instituciones de una de las pocas democracias establecidas en esta región africana.
El paradero del presidente Amadou Toumani Toure, de 63 años, al que quedaba poco más de un mes para abandoner el poder mediante unas elecciones, después de una década en el poder, sigue sin ser confirmado.
Los soldados que lideran el grupo de golpistas declararon en la televisión estatal, a última hora del día 22 que Touré “está bien y a salvo”. El capitán Amadou Haya Sanogo, se negó a decir dónde estaba el líder derrocado, y no dejó claro tampoco si le retenían los soldados golpistas.
La escena en esta capital, normalmente tranquila, era perturbadora para los que están orgullosos de la historia de Mali, como una de las pocas democracias maduras de la región. Soldados que olían a alcohol arrancaron las pantallas planas de televisión, los monitores de los ordenadores, las impresoras, y fotocopiadoras y los sacaron fuera del palacio presidencial, llevándoselos a plena luz del día. Otros daban vueltas en camionetas pick up, por las amplias avenidas de la capital, llevando botellas de cerveza en una mano y rifles automáticos en la otra.
Los amotinados dicen que han expulsado al gobierno porque no ha gestionado bien la insurgencia tuareg del norte del país, que comenzó en enero. Unos 70 de los soldados enviados a combatir la rebelión, han muerto, por estar mal armados y sin apropiados alimentos, lo que provocó duras críticas al gobierno.
(Angola Press, 23-03-12)