Este martes, 16 de febrero, a las 13h., varios cientos de ruandeses se han manifestado espontáneamente en varias ciudades europeas para pedir la liberación de Yvonne Idamange y reclamar que los derechos fundamentales de los ciudadanos ruandeses en el país o en exilio cesen de ser pisoteados. Las movilizaciones se han desarrollado simultáneamente en Bruselas, París, Ginebra, la Haya y Lyon y en los próximos días están programadas otras acciones en Montréal, Estocolmo o, de nuevo, en París y en Ginebra.
Esta movilización de la comunidad internacional en exilio es consecuencia de la detención de Yvonne Idamange a causa de un vídeo que publicó en YouTube el lunes 15 de febrero; vídeo que ya ha sido visionado más de 150.000.
En este vídeo, Yvonne expresa su hartazgo al ver a jóvenes talentos ruandeses encarcelados, víctimas de desapariciones forzadas o asesinados, y cita entre otros a Kizito Mihigo asesinado el 17 de febrero de 2020 y al periodista Cyuma Hassan Dieudonné, encarcelado desde abril de 2020 por “por no respetar las medidas de confinamiento” y el joven poeta Innocent Bahati, desaparecido desde el 7 de febrero de 2021.
En su mensaje, esta madre de 4 hijos, ha hecho un llamamiento a los ruandeses a que se dirijan a la presidencia con una biblia para reclamar “la democracia en Ruanda” y el fin de los abusos graves contra los derechos humanos que regularmente se siguen cometiendo en el país.
En términos muy virulentos contra el poder establecido, ha llegado a calificar al general Kagame de “cadáver”, haciéndose eco de un persistente rumor en algunos medios ruandeses según los cuales Kagame habría fallecido. La activista ha evocado una “imperiosa necesidad de cambio” en la gobernanza del país y ha hecho un llamamiento en varios momentos a “una revolución pacífica” a cuya adhesión llama a los ruandeses del exterior; “si permanecéis con los brazos cruzados, Dios os pedirá cuentas”:
«Te vas a callar; si no te callas te van a matar;
hablarán de tu muerte durante una semana y luego todo se habrá acabado«.
En el vídeo Yvonne Idamange explica haber recibido días antes la visita del secretario de Estado Edouard Bamporiki que habría tratado en nombre del Estado comprar su silencio. Dice tener la grabación de esta conversación en la que se le dice lo que el Estado ruandés podría ofrecerle a cambio de su silencio. Una propuesta que ella no aceptó. “Le respondí que si fuera necesario, yo estaba dispuesta a morir por los niños de Ruanda, ya que no puedo aceptar venderme y callarme (…); me dijo: te vas a callar y si no te callas te matará; las gentes hablarán de tu muerte durante una semana y se acabó”.
El secretario de Estado, ha confirmado luego en twiter esta entrevista en estos términos: “Como abogado y amigo de la familia, era mi responsabilidad recordarle los crímenes y las sanciones que están en la ley. Estoy orgulloso de haberlo hecho. Si no fuera así, el tiempo que he pasado en la facultad de derecho habría sido vano. Nos conocemos desde 2003”.
Apenas unas horas después de la publicación de este vídeo, la policía ruandesa anunciaba su detención “por graves crímenes, como incitación contra el orden público, rebelión contra un arresto legal y ataque grave contra un miembro de las fuerzas de seguridad”. La policía le acusa de haber herido con una botella en la cabeza a uno de los policías que vino a arrestarla.
Inmediatamente, tras el anuncio de su detención, las redes sociales empezaron a echar humo; miles de ruandeses difundieron su foto, a menudo con el mensaje “no matéis a Idamange, escuchadla”. Al día siguiente, varios cientos de personas se reunieron en Bruselas, París, Ginebra, La Haya o Lyon para pedir su liberación inmediata y el respeto de los derechos humanos.
En Bruselas, en torno a 200 manifestantes se juntaron ante la embajada de Ruanda; la mayoría llevaba una biblia (como pedía Idamange) y una foto de Yvonne. En sus eslóganes , los manifestantes expresaron su hartazgo al constatar que los derechos de los ruandeses son continuamente pisoteados sin que haya reacciones; “Turarambiwe, Turarambie, Turarambie” (Ya basta, estamos hartos), repitiendo los nombres de jóvenes ruandeses asesinados por el régimen o “desaparecidos”, como Innocent Bahati, el último a añadir a la lista ya demasiado larga de personas desaparecidas en Ruanda.
Los manifestantes, haciéndose eco del llamamiento de Idamange a “una revolución pacífica” gritaron también la palabra “revolución”. En vísperas de la conmemoración del aniversario del asesinato de Kizito Mihigo, la manifestación terminó con la entonación de una estrofa de la canción Igisobanuro cy’urupfu; canción que estuvo en el origen de largo calvario del artista cristiano.
Ganishya Runyinya, una participante, explica haber querido manifestarse porque le había impresionado el hecho de ver “a una madre-soltera de 4 hijos que da la impresión de tener todo y que forma parte de la clase privilegiada de Ruanda, pero que se levanta y deja a un lado sus privilegios para hablar en nombre de todos los ruandeses, siendo como es consciente de los riesgos que corre”. El hecho de que Yvonne Idamange se haya mostrado dispuesta a sacrificar incluso su vida, añade Runyinya, “muestra que los ruandeses han llegado a un punto sin retorno. Su rechazo a vivir en su confort, manteniendo los ojos cerrados ante la desolación de la población ruandesa me hace pensar en la frase pronunciada por Kizito Mihigo en la que explica que prefiere vivir mal, vivir con dificultades, pero siendo libre interiormente, en lugar de hacer lo que ellos quieren, siendo alguien encadenado, sin ser él mismo”.
Este sacrificio que Idamange ha hecho en favor de los ruandeses, continúa Ganishya, “me ha impulsado a no quedarme con los brazos cruzados. Sé perfectamente que en Ruanda nadie va a ir a la Presidencia, como pedía Idamange, porque reina el miedo, pero yo no tengo razón alguna para tener miedo. Donde vivo tengo la posibilidad de hacer lo que los ruandeses no pueden hacer porque temen por sus vidas. Me he puesto en pié por aquellos que no pueden hacerlo”.
En París, los manifestantes se reunieron hacia la 12:00 h. en el Parc de Manceau, cerca de la embajada de Ruanda. Hacia las 13:00 h., una delegación de cuatro personas se acercó para depositar su mensaje.
Marie Jeanne Rutayisire explica que se ha movilizado “contra las injusticias que se comenten en Ruanda y para apoyar a Idamange que clama por los derechos de todos los ruandeses”.
“La valentía de Idamange me ha conmovido e inspirado”
En Ginebra, personas llegadas desde diferentes cantones se concentraron en la plaza de la Nación, ante el palacio de las Naciones Unidas, a las 13:00 h., con fotos de Idamange, fotos de otros encarcelados así como de personas víctimas de desapariciones forzadas. Luego, una delegación se dirigió a la embajada de Ruanda, para regresar de nuevo a la plaza de las Naciones.
Aimée Bamukunde, cuya foto con una pancarta de Idamange se hizo pronto viral, explica que se ha movilizado porque “como ruandesa se siente concernida por lo que sucede en el interior del país y por todos los problemas citados por Idamange. “Puede una no estar de acuerdo con todo lo que dice, pero su valentía me ha conmovido e inspirado. Idamange podría ser mi hermana mayor, mi prima, mi vecina; es esa fuerza de una mamá de 4 hijos que dejando a un lado su propia vida, habla por todo un pueblo lo que me ha impulsado a movilizarme en favor de ella. Lo que me inspira son esas mujeres que se atreven a decir alto y fuerte lo que la gente piensa y no se atreve a decir”.
Más allá del coraje de Idamange, es la forma y el contenido de su discurso lo que parece haber marcado a Aimée Bamukunde: “es metódica, organizada y habla un lenguaje claro. Habla de problemas que los ruandeses viven. Aunque no está ella misma necesitada, habla por los más desfavorecidos. Habla por todos, no solamente por los ruandeses del interior sino también por los del exterior y todo eso me ha impresionado”.
Explica Aimée Bamukunde que ha quedado seducida por el carácter “inclusivo” del discurso de Yvonne Idamange: “personalmente, mi causa son los niños ruandeses en los campos de refugiados en el exterior del país, a los que se tiene tendencia de olvidar. Cuando ella se dirige a “cada ruandés, sea el que sea”, no excluye a ningún ruandés; es su discurso lo que me ha seducido. Gentes que han visto circular mi foto me dicen gracias por haberlo hecho, pero yo tengo ganas más bien de agradecerle a ella, agradecer a todas esas mamás que hacen que las cosas cambien; es una heroína”
“Me he reconocido en ella”
En la Haya, los manifestantes se reunieron ante el parlamento holandés blandiendo fotografías de Idamange.
Gloria Uwishema explica que se ha movilizado porque una parte de ella se indignaba al ver a una ruandesa perseguida por expresarse libremente: “no hay razón para perseguirla. Su caso muestra que hay una gran falta de espacio para la libre expresión en Ruanda”. Explica también que se ha movilizado en tanto que mujer, para apoyar a las mujeres de su generación, madres como Idamange “que ha logrado definir los problemas de los ruandeses, pensando sobre todo en los hijos; se preocupa por el futuro y por el camino que nuestro país está tomando. Me he reconocido en ella”.
Prosper Shima, joven ruandés que vive en los Países Bajos, organizador de este encuentro, sigue enviando correos firmados por casi 100 personas a los diferentes países socios de Ruanda: “Hemos escrito a diferentes embajadas, a la Misión europea en Kigali, a la embajada de EEUU, Países Bajos, pidiéndoles que exhorten a las autoridades ruandesas que respeten los derechos fundamentales de los ruandeses así como el derecho a la libertad de expresión de la señora Idamange”
Estamos hartos; queremos apoyar a los ruandeses que sufren un sistema que les aplasta en todos los sentidos
En Lyon, los manifestantes se han agrupado en la plaza Bellecour “para denunciar la violación de los derechos humanos y apoyar la democracia en Ruanda”. No llevaban pancartas, ya que muchos habían sido convocados la misma mañana, pero llevaban biblias como Idamange había pedido.
Léon Ruhungira, uno de los movilizados, explica haberlo hecho para “apoyar la libertad de expresión en Ruanda y para manifestarse contra la injusticia que golpea a los ruandesas. Estamos hasta las narices; venimos a apoyar a los ruandeses que están hartos y se atreven a hablar. Queremos apoyar a los ruandeses que son aplastados en todos los sentidos. Ya es hora de que las cosas cambien”.
No vamos a parar hasta que la situación en Ruanda cambie
Cuatro días después de la detención de Idamange, la emoción permanece viva en el seno de la comunidad ruandesa y la movilización entorno a su caso no da muestra de debilitamiento. En los foros ruandeses, Yvonne Idamange sigue siendo el principal tema de discusiones y varias emisiones YouTube les son consagradas cada día. Se anuncian nuevas manifestaciones en París, Ginebra, Estocolmo, en Canadá, además de una “gran manifestación virtual para el 28 de febrero.
Diane Gasana, joven ruandesa residente en Suiza, explica desear movilizarse nuevamente en Ginebra, ya que “se han pasado. Hemos quedado muy afectados por la detención de una madre-soltera. Lo que ella ha hecho es denunciar los fallos del sistema; expresarse no es un crimen”. El martes pasado, formaba parte de los manifestantes ante el Palacio de las Naciones en Ginebra. “Lo que nos ha chocado es que cuando llegamos a la embajada, nos han mirado por la ventana y nadie se ha dignado venir a escuchar nuestras reivindicaciones. Sin embargo no éramos muy numerosos ni amenazantes; lo hemos resentido como un desprecio. No vamos a parar hasta que el Estado nos oiga y la situación en Ruanda cambie”.
Además de estos gestos de apoyo, se ha lanzado una colecta de fondos para ayudar a Yvonne Idamange a cubrir los gastos judiciales y a apoyar a sus hijos. En solo 4 días la cantidad ha alcanzado los 20.000 dólares y sigue creciendo.
Ruhumuza Mbonyumutwa
Firma la petición para que sea liberada.
Fuente: Jambonews.net
[Traducción, Juan Luis Iribarren]
[Fundación Sur]
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