Los rinocerontes regresan a Zimbabue, por Bartolomé Burgos

10/10/2024 | Bitácora africana, Crónicas y reportajes

Cerca del parque nacional de Hwange, un proyecto de reintroducción protege a los animales, atrae a turistas y no olvida a la población local.

¿Es este proyecto importante para la vida salvaje?

Para la preservación de la vida silvestre africana, Hwange es vital. Esto no se debe sólo a que la población de elefantes sea una de las más grandes de África, sino a que el parque de 14.600 km2 es fundamental en el Área de Conservación de Kavango Zambezi. Es un área dos veces más grande que el Reino Unido, Extendida por varios países africanos. Esta tierra comunitaria es ahora el escenario de un ambicioso proyecto de reintroducción de rinocerontes y, aún más raro que el rinoceronte mismo, el programa ha sido instigado y bienvenido por la población local. La zona se convierte en el hogar de los “cinco grandes” animales del continente (el león, el leopardo, el búfalo y el elefante y los rinocerontes).

¿Ha favorecido el turismo a la comunidad local?

Los turistas no se hacen muy visibles, aunque las ventajas de su presencia son fáciles de observar: una bomba solar que suministra agua, instalada y mantenida con dinero de los turistas, la escuela que dispone de libros, cenas y alojamiento, todo ello gracias a la cooperación con una empresa de safaris local. «Si el rinoceronte aporta beneficios«, dice el jefe de la aldea, Andrew Ncube, «puede quedarse«. Ese tipo de actitud representa un cambio importante en la opinión local, un cambio que no ha ocurrido por accidente.

¿Qué ha provocado este cambio?

Es una historia que comienza en 1996, cuando el guardabosques Mark “Butch” Butcher y el trabajador social Njambulo Zondo decidieron combinar sus esfuerzos. Butch tenía un exitoso negocio de safaris, pero se dio cuenta de que la cooperación comunitaria era esencial para preservar la vida silvestre; Zondo había dedicado años al desarrollo rural y quería utilizar el turismo para impulsar los servicios locales en una zona con un desempleo abrumador y problemas sociales. Desde entonces, sus logros son asombrosos: se construyeron docenas de aulas escolares y casas de maestros, se llevó agua potable a más de 100.000 personas y a sus animales, se enviaron 28.000 libros, así como tratamientos dentales y oculares que cambiaron vidas a través de clínicas móviles.

¿Un nuevo tipo de turismo?

Los promotores construyeron, un albergue de safari en terrenos comunitarios, dirigido por lugareños, y han capacitado a docenas de guías, personal del hotel y equipo de apoyo logístico. Todo este trabajo también ha enriquecido la experiencia turística y ha dado lugar a visitas a escuelas, clases de cocina y tejido, y planes para un programa de alojamiento en familias. Se trata de un nuevo tipo de safari, donde los visitantes pueden ver el panorama completo, conversar con el excazador furtivo convertido en guardabosques o con la abuela que acaba de perder una vaca a manos de las hienas. Al mismo tiempo, hay experiencias genuinas de vida silvestre.

Bartolomé Burgos

CIDAF-UCM

Autor

  • Bartolomé Burgos Martínez nació en Totana (Murcia) en 1936. Sacerdote miembro de la Sociedad de Misiones de África (Padres Blancos), es doctor en Filosofía por la Universidad Gregoriana de Roma, 1997. Enseñó filosofía en el Africanum (Logroño), en Dublín y en las ciudades sudanesas de Juba y Jartum. Fue fundador del CIDAF (Centro de Información y Documentación Africana) a finales de los setenta, institución de la que fue director entre 1997 y 2003.

    Llegó a África con 19 años y desde entonces ha vivido o trabajado para África y ha visitado numerosos países africanos. De 2008 a 2011 residió en Kumasi, Ghana, donde fue profesor de filosofía en la Facultad de Filosofía, Sociología y Estudios Religiosos de la Universidad de Kumasi. Actualmente vive en Madrid y es investigador de la Fundación Sur.

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