Los resultados de las elecciones en Sudáfrica conciernen a los principales partidos y poco más

21/05/2019 | Opinión


Los resultados de las elecciones generales del 8 de mayo sugieren que el ANC gobernante y la principal oposición, DA, mantienen un apoyo generalizado, aunque reticente.

Khayelitsha es el tipo de lugar que los turistas rara vez visitan, tal vez acelerando un poco nerviosamente para llegar pronto a los famosos viñedos y elegantes restaurantes que se encuentran a las afueras de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica. Es una lástima.

Ubicado justo más allá del aeropuerto de Ciudad del Cabo, Khayelitsha alberga a más de 400.000 habitantes. Es un «municipio» en el lenguaje sudafricano, donde viven sobre todo africanos negros, amontonados entre la carretera principal y el mar. Gran parte consiste en pequeñas viviendas oficiales rodeadas de chabolas (o “viviendas informales”, como se las denomina cortésmente).

En realidad, esta es la otra mitad de la ciudad de Ciudad del Cabo, el lugar donde llega mayoría de negros cuando se arriesgan y abandonan la pobreza y la corrupción de la Provincia Oriental del Cabo buscando un empleo. Lejos de ser un lugar de desesperación Khavelitsha es un lugar de mucha animación donde la gente se pelea por sitio. La gente asa cabezas de vacas y patas de gallinas a los lados de la carretera. Surgen talleres no oficiales, que fabrican de todo, desde muebles hasta marcos de ventanas. Khayelitsha es un suburbio ruidosos y de mucha actividad que rara vez duerme.

Estuve aquí durante las últimas elecciones de 2014. Muchas cosas han cambiado desde el punto de vista político. Este fue una vez un bastión del gobernante Congreso Nacional Africano (ANC). Cuando conduje alrededor de él hace cinco años, el principal partido de la oposición, la Alianza Democrática (DA), apenas tenía carteles en los postes de farolas. Los que habían sido colocados habían sido rotos y tirados y pisoteados en las calles,

En 2019, por el contrario, se podían ver casi tantos como los del ANC. Voluntarios de DA se sentaron en todos los colegios electorales; sus camisetas tan a la vista como las de cualquier otro partido.

Sin embargo, con la normalización del DA aquí, el partido ha perdido algo de su aguijón. Ya no es un partido insurgente y los resultados de la elección del 8 de mayo tal vez reflejen esto.

Al momento de escribir este artículo, el ANC del presidente Cyril Ramaphosa tiene el 57% de los votos (un 5% menos que en 2014); el DA tiene un 22% (quizás un 0,5% menos que en 2014); y los Combatientes por la Libertad Económica (EFF) de Julius Malema tienen un 10% (un 4% más que en 2014). El ANC dirigirá el país y será el partido más votado en la provincia clave de Gauteng, en la que se encuentra Johannesburgo. El DA posee aún el Cabo Occidental y su bastión de Ciudad del Cabo. La EFF puede celebrar su creciente apoyo y el hecho de que es el principal opositor en tres provincias: Noroeste, Mpumalanga y Limpopo.

Para el presidente Ramaphosa, el resultado debe ser un alivio considerable. Se había hablado de que, a raíz de los escándalos asociados con su predecesor, el presidente Jacob Zuma, el apoyo del partido podría desvanecerse. Algunos, sin mucha publicidad, predecían que el ANC obtendría solo el 40%. Pero Ramaphosa, el favorito de los mercados financieros tanto en Sudáfrica como en el extranjero, ha estabilizado el barco. Ahora debe enfrentar la enorme tarea de la reforma.

En su masiva manifestación final de campaña, el presidente prometió mantener fuera de su gobierno a cualquier persona contaminada por la corrupción. «No se permitirá a esas personas ocupar puestos de responsabilidad ni en el ANC, ni en el Parlamento ni en el gobierno», declaró. Cómo cumplirá esta promesa es difícil de imaginar dada su muy estrecha mayoría dentro del ANC.

pobreza-sudafrica-ext.jpgPara Mmusi Maimane, el líder de la oposición oficial, el tema es bastante diferente. El DA, que algunos creían que estaba surgiendo gradualmente como un posible partido de gobierno, ha dejado de crecer. Los miembros del partido están inquietos y los medios comunicación airean regularmente las divisiones internas. En parte, esto es debido a que el DA se encuentra en una especie de encrucijada: ¿Debería seguir tratando de crecer como el único partido importante que se dirige a todos los grupos étnicos (algo que el ANC ha dejado de hacer desde hace mucho tiempo) o Maimane debe tratar de ganarse a la creciente clase media negra?

Los intentos del DA de cortejar a los votantes negros daban la impresión, anteriormente, de apoyar las políticas gubernamentales de empoderamiento negro. Esta postura fue abandonada en febrero, pero no quedó claro dónde se situaba exactamente la oposición: «El partido no ha decidido alejarse de las políticas de recuperación basadas en la raza, sin embargo, rechazamos inequívocamente la versión de cambio del ANC que opera para enriquecer y a la bien colocada élite», declaró Maimane. Esto no satisfizo a ninguno de los distritos electorales y dio lugar a más discusiones internas.

El FEP no es el único partido que se ha beneficiado de esta confusión. El partido blanco de derechas, el Partido de la Libertad (Freedom Front Plus) aumentó su apoyo al 2,5% del voto. Con su lema «Fight Back», apeló principalmente a los afrikaners blancos que anteriormente habían visto al DA como su hogar político. El único otro partido que realmente aumentó sus votos es principalmente el Zulu Inkatha Freedom Party, que es la oposición oficial en KwaZulu-Natal.

La gran mayoría de los partidos políticos más pequeños recibió tan poco apoyo que no estarán representados en el parlamento. Esto incluye algunos partidos que son mencionados regularmente en los medios internacionales. Andile Mngxitama, cuyo partido, Black First, Land First, pedía que los negros deberían controlar toda la tierra de Sudáfrica, recibió un apoyo casi insignificante con solo el 0,1% de todos los votos.

Las recién concluidas elecciones en Sudáfrica han sacudido a los partidos más grandes sin erosionar realmente sus posiciones. El ANC, con un siglo de lucha por los derechos de los negros tiene todavía un apoyo enorme, aunque algo reacio.

Hay sin embargo, al menos un frente en el que el ANC conserva una clara ventaja. Sus canciones, extraídas de sus largos años de lucha contra el apartheid, están muy de moda. «El DA nos envió un CD para reproducir, pero su música era terrible», me confesó uno de sus activistas.

En contraste, los simpatizantes del ANC bailaron y cantaron fuera de los colegios electorales cuando cayó la noche del día de la votación. En algunas áreas, esto casi se acercó a intimidación, ya que estaban justo al lado de las colas de votantes que esperaban aún emitir sus votos.

Janet Love, la Comisaria de Elección Independiente, habló por radio en la semana anterior a la elección, explicando que las marchas y las manifestaciones durante el día de las elecciones estaban expresamente prohibidas. Twiteé un vídeo mostrando ese hecho. Beatie Hofmeyr, el representante del ANC ante la Comisión (y alguien a quien conocí en la universidad hace muchos años) respondió que no era ilegal. Dijo que «Hacer campaña está permitido pero no dentro del recinto del colegio electoral, que en la mayoría de los casos está cercado». Afirmó que solo las marchas y las manifestaciones públicas están prohibidas.

Es una línea fina difícil de medir. Durante las elecciones de 2014, fui testigo de actividades del ANC que claramente iban más lejos: camiones con altavoces gritando eslóganes y canciones, con cientos de seguidores detrás. No presencié nada de esto en Khayelitsha este año: tal vez la lluvia que caía impidió tales actividades.

En general, las elecciones en Sudáfrica se han realizado correctamente y pasan la prueba: «libres y justas». Las papeletas electorales han podido agotarse en algún centro de votación y algunas personas votaron más de una vez; pero la elección de 2019, ha sido, en mi opinión, un fiel reflejo de lo que la población ha querido. Al final, los votantes les brindaron su apoyo, con un poco de renuencia y de ninguna manera tan entusiasta como en 1994. Un cuarto de siglo de gobierno de la ANC ha erosionado la posición del partido, pero no ha desaparecido.

Martin Plaut

Fuente: African Arguments

[Fundación Sur]


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Autor

  • Nacido en Sudáfrica, en mayo de 1959, Martín Plaut es un periodista especialista en el Cuerno de África y África Austral. Es licenciado en sociología por la Universidad de Ciudad del Cabo, en Relaciones Industriales por la Universidad de Witwatersrand y tiene un master por la Universidad de Warwick. Fue editor para el servicio mundial de noticias de la BBC. Es miembro del Institute of Commonwealth Studies como investigador y escribe en: https://martinplaut.wordpress.com

    Su último libro es Who Rules South Africa? coescrito con Paul Holden.

    Síguelo en Twitter en @martinplaut.

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