Desde Gao, en Mali, nos llegan noticias de personas que se han visto obligadas a huir hacia Burkina Faso, que afirman que desde hacía algún tiempo, habían observado la presencia de grupúsculos extremistas e islamistas en la rebelión del norte de Mali, lanzada inicialmente por los tuareg.
Estas fuentes aseguran que el MNLA, el movimiento de los tuareg que lanzó la rebelión para pedir la independencia de la Azawad, la región que consideran su tierra, no son violentos y nunca han matado a ningún civil. Sin embargo, los tuareg no controlan a los bandidos e islamistas extremistas, “no se sabe si por complicidad o por debilidad”, añaden. Las fuentes aseguran que antes de salir de la región, han sido testigos de que el MNLA está atacando solamente a las instituciones del estado y saquea las oficinas administrativas y de las ONG.
Sin embargo, otros testigos todavía en la ciudad afirman que los rebeldes han saqueado e incendiado la iglesia, la escuela y las viviendas de las comunidades de padres blancos y las hermanas de San José de Cluny, que vivían en Gao, al grito de “Alla wau Kubar” [Alá es grande, la llamada a la oración], tras amenazar a los guardias que lo custodiaban. Afortunadamente todos han salido ilesos y se encuentran a salvo.
La ciudad de Gao, que tan sólo hace tres días se ocupaba de distribuir alimentos y alojar a todos los desplazados que huían de la ciudad de Kidal, caída en manos de los rebeldes el día 30, está hoy asediada y los ciudadanos huyen por miedo a la violencia.
Marcha en Bamako
Según el diario L’Essor, miles de ciudadanos se han echado a las calles de la capital, Bamako, para protestar por la situación dramática que viven sus conciudadanos en Tobuctú, Kidal y Gao, desde que han caído en manos de los rebeldes y en “solidaridad con todos los pueblos del Mali septentrional”.
Los asistentes a la marcha iban en su mayoría vestidos de rojo “el color de la urgencia y la alerta”, según uno de ellos. Los manifestantes han denunciado que “la situación de seguridad en el norte de Mali ha tomado las dimensiones de un drama humanitario sin precedentes: a la situación inicial de crisis alimentaria, se ha sumado la crisis de seguridad, que prolonga y aumenta el drama de las poblaciones que han sido tomadas como ‘rehenes’ de los asaltantes, que no respetan la vida humana, y mucho menos los bienes públicos ni privados” y añaden que se trata de una situación “de terror generalizado, de violación sistemática de los derechos humanos”. El colectivo que convocó la manifestación ha documentado 48 casos de violaciones colectivas en lugares públicos en Gao.
A lo largo de la marcha también se podían escuchar y leer eslóganes hostiles contra la comunidad internacional y pidiendo al ejército nacional que liberase Kidal, Gao y Tombuctú.
Adama Diarra
(L’Essor, Mali / otras fuentes, 04-03-12)