El grupo Shabab de Somalia ha tomado el control del Puerto de Elaska, 18 kilómetros al suroeste de la capital somalí, Mogadiscio. Los combatientes de Shabab ocuparon brevemente tres pequeñas ciudades de los alrededores de Mogadiscio, la semana pasada, antes de huir de nuevo ante el avance de las tropas etíopes hacia el sur, para combatirlos.
Shabab es el brazo armado de la Unión de Tribunales Islámicos, que en 2006 se hizo con el control de la mayor parte del país, antes de ser expulsados por la intervención militar etíope.
Ahora, estos rebeldes fuertemente armados controlan la mayor parte del sur de Somalia y el pasado día 12, tomaron el control de Marka, un puerto estratégico situado 100 kilómetros al sur de la capital, después de que huyeran las fuerzas gubernamentales.
“Las milicias armadas están patrullando las calles y han desmantelado un control de carretera, en el que normalmente las milicias pro gubernamentales cobraban dinero extorsionando a los vehículos”, señala Said Sahra Sheik, un residente de la ciudad.
Según fuentes del Alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados la situación en Somalia está empeorando cada día. Hasta el momento hay un millón de personas desplazadas dentro del país, que dependen de la ayuda externa, y esta situación trágica está traspasando la frontera con la vecina Kenia. Sólo en Mogadiscio, el mes pasado, han huido de sus casas 35.000 personas, por los enfrentamientos. La situación en todo el país es de gran inseguridad e incertidumbre.
Mientras tanto, los barcos que traen la ayuda alimentaria están siendo secuestrados por los diferentes clanes de la guerra, lo cual dificulta el trabajo sobre el terreno.
Por otra parte, Shabab pretende unir todo el territorio de Somalia bajo la ley islámica. En la ciudad portuaria de Marka, un comandante impuso inmediatamente la sharia. “Os informamos de que a partir de hoy, todas las zonas bajo nuestro control serán gobernadas bajo la ley del Islam. Todos los centros de negocios deberán estar cerrados a las horas de la oración. No se cobrarán impuestos, queda prohibido tener o portar armas ilegales, y cambiaremos el comportamientos de los jóvenes de aquí”, señaló el comandante.
Estos combatientes de Shabab se han separado del brazo político de los Tribunales Islámicos, cuyos líderes están huyendo al exilio, y el Shabab está poniendo en práctica una guerra de guerrillas, que ha dejado miles de civiles muertos.
(Al Jazeera, 14-11-08)