El primero de más de 6.000 rebeldes congoleños que se van a integrar en el ejército regular, participó en una ceremonia para celebrar la integración, como parte del acuerdo para terminar con el conflicto en el este del Congo.
El Ministro de Defensa, Charles Mwando, presidió la ceremonia en uno de los mayores cuarteles militares, que había caído frente a los rebeldes del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo, CNDP, el pasado mes de octubre.
El gobernador provincial del Kivu Norte, Julien Paluku, dijo en la ceremonia que “al final de esta integración, los dos millones de desplazados pueden tener la esperanza de volver a sus casas”.
La provincia, que bordea con Ruanda en la República Democrática del Congo, ha sido la más afectada por una serie de conflictos durante los últimos 15 años, que han desplazado a alrededor de dos millones de personas.
Once rebeldes marcharon en fila hasta una mesa donde se les dio, a cada uno de ellos, un uniforme verde de las FARDC, las Fuerzas Armadas de Congo R. D., a cambio de sus trajes de faena del CNDP, lo cual arrancó los aplausos y gritos de aprobación de los representantes de la sociedad civil.
Después fueron examinados por dos médicos del ejército, antes de disolverse entre las filas de los soldados del ejército.
“Vamos a formar brigadas integradas dentro de la FARDC”, aseguró uno de los cuatro comandantes del CNDP en la ceremonia.
Más de 6.200 rebeldes se van a integrar en el ejército regular, según un alto cargo del mismo.
Sin embargo, el comité de expertos, International Crisis Group, ha pedido a las autoridades congoleñas que introduzcan un mecanismo de investigación “para excluir a los que han cometido importantes abusos de los derechos humanos del ejército nacional y para ocuparse del asunto de la responsabilidad de los actos”.
Este grupo asegura en una comunicado que el CNDP y las FARDC han cometido “crímenes en masa y violencia sexual generalizada”, en la provincia.
El comunicado añade que el jefe rebeldes, Bosco Ntaganda en particular, “tiene una registro horrendo de haber causado grave sufrimiento a los civiles durante sus operaciones” y ha sido acusado por crímenes de guerra ante el Tribunal Penal Internacional.
Los líderes rebeldes declararon el final de conflicto con Kinshasa el mes pasado, después de una disputa interna, que dejó fuera del grupo al anterior líder, Laurent Nkunda.
Nkunda fue posteriormente arrestado en la vecina Ruanda, su antiguo patrocinador, al unirse su grupo rebelde a las operaciones conjuntas de los ejércitos ruandés y congoleño, para expulsar a los rebeldes hutu del FDLR, del Kivu Norte.
Durante la última semana, se han producido enfrentamientos esporádicos entre el ejército de Ruanda y el FDLR.
(News 24, Suráfrica, 30-01-09)
