Los rasgos más preocupantes de Raila Odinga, primer ministro de Kenia

23/07/2012 | Crónicas y reportajes

Por lo general, Raila Odinga, es un gran político. Él es un luchador infatigable, además también tiene la reputación de ser un gran táctico en política con un nivel comparable al del primer Canciller de Alemania, Otto von Bismarck. No hay duda de que tal y como están las cosas, Raila Odinga, es el hombre a batir en la próxima carrera presidencial, tal y como descubre el libro de Miguna Miguna el «Pelado del Banco de la máscara».

A mi modo de ver, el libro de Miguna no puede, en la plenitud de los tiempos de Odinga, tener una influencia muy negativa sobre los votos de Raila, aparte de graves hematomas en el ego del primer ministro, no parece que vaya a tener más repercusión. Pero, hay algo en el burbujeo de fondo que puede dañar la posición política de Raila, mucho más que cualquier otra cosa. Un buen líder y eficaz, al igual que canciller del siglo XIX, Raila ha sido comparado con Otto von Bismarck -es aquel que tiene el coraje de decir las cosas como son y saber que las decisiones más productivas no son a menudo las más populares.

Un líder eficiente evita, por todos los medios, complacer a las demandas populistas. Él o ella es un líder que no da giro y vuelta sólo para complacer al público. Cuando Otto von Bismarck, el padre de la moderna Alemania, quería unificar los estados de Alemania dispares y numerosos, él sabía lo que tenía que hacer y no trató de agradar a la opinión pública antes de embarcarse en el proceso de unificación.

Puso en marcha una serie de campañas militares y gracias a eso el Estado moderno alemán nació. Si Bismarck hubiera vacilado, por el tema de la unificación de los estados alemanes y hubiera adoptado una postura populista, tratando de complacer a todos, el Estado-nación alemán no sería muy probablemente tal como la conocemos hoy en día. Pero aún más inquietante, Europa no habría disfrutado de los años de relativa paz entre 1860 y 1890 -un período que ayudó a Europa a sentar las bases para el desarrollo socioeconómico que se vive hoy en día.

¿Dónde quiero ir a parar? Grave preocupación por los últimos rasgos exhibidos por Raila Odinga, el hombre que probablemente está a punto de ser el próximo presidente de Kenia. A principios de este año, Raila visitó la provincia costera y en un mensaje diseñado para complacer los intereses de los ciudadanos de aquella región, Raila instó al gobierno a negociar con el grupo secesionista MRC.

Unos días más tarde, Raila cambió de melodía y dijo que el gobierno no puede negociar con un grupo cuya política mantra es «Pwani si Kenia (Costa no es parte de Kenia)» Sería bueno que el primer ministro se retractara, pero una vez prometido algo no puedes salir al día siguiente en los medios desdiciéndote. La semana pasada el primer ministro estaba de nuevo diciendo y desdiciéndose, esta vez, fue la cuestión de si los operadores de matatu (autobús) llevarán uniforme.

Parte de las reglas Michuki, antiguo ministro de transporte, eran que los operadores de matatu deben vestir el uniforme cuando están de servicio, que los matatus han de estar equipados con cinturón de seguridad y reguladores de velocidad. Como puede esperarse, la industria de matatu mostró una fuerte resistencia ante estos cambios ya que prefieren operar en el modo de laissez-faire que estaban acostumbrados. No importa que las nuevas normas estuvieran destinadas a hacer frente a la indisciplina y la locura de la industria que ha sido responsable de miles de vidas perdidas en accidentes de tráfico sin sentido.

El negocio del matatu presenta un grupo de presión fuerte, con fuerza política significativa por no hablar de dinero en efectivo. Este es un grupo que cualquier político pensando a corto plazo le encantaría tener a su lado, pero ¿a qué precio? Así que Raila ha declarado que todas están normas no se aplicarán.

Estas declaraciones representan las declaraciones populistas destinadas a complacer a las exigencias políticas del momento. Permítanme decirlo sin rodeos, que son lo que, en la jerga política en Kenia se puede llamar pronunciamientos al «borde de la carretera».

Hace unos días, Raila había salido en los medios de comunicación pidiendo el arresto del jefe Alassane Ba por agredir presuntamente a una mujer de Kenia.

Es cierto que ninguna mujer, ya sea de Kenia, Uganda o Mongolia, debe ser objeto de asalto. Naturalmente, se convierte en un tema emotivo cuando se dice un extranjero ha asaltado a una mujer de aquí. El primer ministro estaba en su elemento populista, cuando declaró: «Hoy he leído en los periódicos que un extranjero Alassane ha agredido a una dama de Kenia, pero la policía no puede detenerlo. He ordenado que se remueva cualquier tipo de inmunidad para detenerlo…”.

Una vez más, esas palabras no suenan como una declaración de política bien pensada digna de un Primer Ministro. Suenan como declaraciones populistas con la intención de congraciarse con los votantes. Estas no son las señas de identidad de un liderazgo efectivo. El liderazgo es acerca de hacer decisiones difíciles cuando sea necesario y ser firme con ellos porque, como líder, usted tiene la visión más amplia, una visión más amplia y estará listo para el bien de todos.

Los asesores de Raila, quienes le han estado empujando hacia un cambio de carácter. Los anuncios populistas están haciendo un flaco favor a Odinga. Este tipo de cambio de carácter puede terminar costándole muchos votos a Odinga.

(The Star, Kenia, 21 de julio de 2012)

Noticia traducida y enviada por Eva Estaun, española residente en Nairobi.

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