Los problemas de la conciencia nacional en Mozambique: la transición política y sus repercusiones en la paz y en la estabilidad, por Madalitso Zililo Phiri y Antonio Macheve

15/04/2015 | Blog Académico

Mozambique ha sido descrito por organismos financieros internacionales como una “historia de éxito” en la paz tras el conflicto y la recuperación económica. Pero, de hecho, el país es una democracia dirigida, en oposición a una democracia inclusiva africana que enraíza con las luchas anticolonialistas. La irrefutable sujeción al poder de FRELIMO ha creado un sistema elitista que se desvía, fundamentalmente, de la idea revolucionaria del partido.


INTRODUCCIÓN

La toma de posesión como presidente de Mozambique de Filipe Nyusi supuso un cambio en la política nacional, puesto que era el primer candidato elegido que no había luchado en la guerra por la independencia. El artículo se hace la siguiente pregunta: ¿Hasta qué punto hay continuidades o discontinuidades en el diálogo nacional de construir un estado democrático y pacífico tras el fin de la guerra civil? Opinamos que la política de postguerra y la economía de liberalización han tenido un “efecto placebo” en el pluralismo y en las perspectivas de las oportunidades del consumo colaborativo. Aunque RENAMO y el Movimiento Democrático de Mozambique (Mozambique Democratic Movement, MDM, en inglés) han desafiado el dominio electoral de FRELIMO y han reforzado el nacimiento de instituciones democráticas; FRELIMO tiene el monopolio del poder y de la fuerza en el estado mozambiqueño, y da forma a las opciones y perspectivas de la economía política. Adoptamos las acertadas palabras de precaución respecto de los nacionalismos emergentes de Frantz Fanon contra “los problemas de la conciencia nacional”. Y sugerimos que las políticas económicas de postguerra y de desarrollo de Mozambique deberían moverse desde los estudios críticos enraizados en la descolonización hacia la decolonización.

DE LA DESCOLONIZACIÓN A LA DECOLONIZACIÓN: MOZAMBIQUE EN ÁFRICA

En 1975, FRELIMO ganó la guerra por la independencia contra el mandato de la metrópoli portuguesa. El nuevo gobierno mozambiqueño abrazó el socialismo científico bajo el régimen de un partido único dirigido por el carismático Samora Machel. En 1977, el conflicto civil – enraizado en las reivindicaciones de poder y en las rivalidades geopolíticas de la Guerra Fría- estalló entre FRELIMO y RENAMO. La desaparición del bloque soviético, una economía debilitada y las alianzas cambiantes llevaron a FRELIMO a abandonar su ideología marxista-leninista, y a capitular ante las recomendaciones neoliberales realizadas por los poderes occidentales y las Instituciones Financieras Internacionales (International Financial Institutions, IFI, en inglés). Bajo la presidencia de Chissano, a finales de los 80, el gobierno aprobó un programa de recuperación de la economía encabezado por el Banco Mundial y por el Fondo Monetario Internacional (FMI), mediante el que se privatizaron 1200 empresas.

Tras 16 años de conflicto, el gobierno de FRELIMO (Frente de Libertação de Moçambique) y RENAMO (Resistência Nacional Moçambicana), el antiguo movimiento de guerrilla que se convirtió en un partido político y en el mayor grupo opositor del país, firmaron el Acuerdo General de Paz de Mozambique (General Peace Agreement, GPA, en inglés), en 1992. El alto el fuego introdujo una nueva era de liberalización económica y política que coincidía con la tercera ola de democratización en África. Mozambique ha sido alabada por las instituciones financieras internacionales y por relevantes organizaciones como una “historia exitosa” de paz tras el conflicto, estabilidad y recuperación económica. En 1997, Mozambique recibió el Africa Peace Award en reconocimiento a sus esfuerzos en la reconciliación nacional, la paz y la estabilidad mientras que mantenía los derechos humanos fundamentales y promovía el buen gobierno. A pesar de estos elogios al progreso, esto se contrarresta con la regresión en otras partes. Un sector minero creciente y unas grandes llegadas de inversiones directas extranjeras (Foreign Direct Investments, FDI, en inglés) han provocado un rápido crecimiento económico a un ratio medio anual del 7,1 por ciento [1], uno de los más altos del mundo. En este orden político y económico, la búsqueda de beneficios y la manipulación de las instituciones para beneficiar a la élite son sinónimos de la representación de Mozambique como una “exitosa” reconstrucción tras el conflicto. De acuerdo con el Índice de Desarrollo Humano, Mozambique es uno de los países más pobres del mundo y sigue habiendo enfermedades como la malaria, la tuberculosis y el VIH/SIDA, lo que aumenta la desigualdad, el hambre y unos recursos educativos inadecuados tanto en las áreas urbanas como en las rurales.[2] Además, las tensiones político-militares entre el gobierno y la oposición, RENAMO, han supuesto un daño para la población civil de las regiones centro y norte. El desempleo juvenil está creciendo dado que la economía se centra en políticas fiscales y monetarias como la inflación y la estabilidad de la tasa de cambio, y olvida la creación de empleo.[3]

La desaparición de los regímenes coloniales llevó a la creación de Estados africanos independientes. Poco después de la independencia, los Estados africanos degeneraron en conflictos civiles caracterizados por la erosión de las instituciones políticas y económicas, la entropía y la mala administración.[4] Mientras que algunos países africanos como Kenia, Etiopía, Ruanda y Angola han registrado altos niveles de crecimiento con la llegada del siglo XXI, los estados depredadores que no invierten en progresivas políticas sociales a la vez que el endémico conflicto civil continúan mutilando los beneficios democráticos. Como sugirió Fanon, “la conciencia nacional en vez de ser la cristalización de las esperanzas internas de todo el mundo, en vez de ser el resultado más obvio e inmediato de la movilización de la población, será en todo caso una concha vacía, una cruda y frágil transformación de lo que pudo haber sido.”[5] Fanon advirtió contra el ascenso de una élite dirigente que usaría la fuerza y la coacción para manipular a las instituciones políticas y económicas en detrimento de los ciudadanos. Los defectos del nacionalismo muestran la facilidad con la que la nación es ignorada pues la raza y la tribu son preferidas por la nación en las nuevas naciones independientes.[6] Mozambique no es una excepción, visto el ascenso de la élite postcolonial y la sumisión de las políticas a las demandas globales. Aún tenemos que ver un movimiento hacia las “políticas humanas” –la liberación que va más allá de las ideas de libertad e igualdad en los márgenes de la narrativa europea moderna.

Mozambique y los países africanos deben lidiar con las políticas, la economía y las condiciones sociales del continente que están ancladas en la decolonización. La decolonización va más allá de los preceptos “pensamiento y obra” decolonizadores.[7] Cuestiona y plantea problemas sobre las historias del poder, que están debajo de la lógica de la civilización occidental. La decolonización es una respuesta a la relación de dominación directa, política, social y cultural establecida por los europeos. [8] El concepto se refiere a acercamientos analíticos –y a prácticas socioeconómicas y políticas- que se oponen a los pilares de la civilización occidental: colonización y modernidad. Por lo tanto, es un proyecto tanto político como epistemológico.[9] En sus aplicaciones más prácticas –como los movimientos para la autonomía indígena, o el levantamiento Zapatista para el autogobierno- la decolonización supone una “programática”[10] para la desvinculación desde los legados contemporáneos de la colonización, una respuesta a las necesidades no satisfechas por los gobiernos modernos [11], o, más ampliamente, una búsqueda para una “nueva humanidad”[12] basada en “la liberación social de todo el poder organizado de forma desigual, discriminatoria explotadora y dominadora.”[13]


LA ENGAÑOSA LIBERALIZACIÓN POLÍTICA Y ECONÓMICA

La liberalización política en Mozambique y África en los 90 se caracterizó, principalmente, por un surgimiento exponencial de las instituciones democráticas –libertad de prensa, partidos opositores, sindicatos independientes y organizaciones civiles[14] -en línea con el discurso occidental de democracia y derechos civiles. La Constitución de 1990 de Mozambique y el Acuerdo General de Paz de 1992 hicieron prever una democracia plural caracterizada por el compromiso hacia elecciones multipartidistas, libertad de prensa y protección para las organizaciones civiles. Mozambique ha realizado cinco elecciones muy criticadas que han culminado en el dominio de FRELIMO sobre los poderes ejecutivo y legislativo, a la vez que acortaba los poderes del judicial. El 15 de octubre, los resultados mostraron que Nyusi, el candidato de FRELIMO, tuvo 2.803.536 votos (el 57%). Su rival más cercano, Afonso Dhakama, líder del antiguo movimiento rebelde RENAMO, tuvo un millón de votos menos. Dhakama obtuvo 1.800.448 votos (el 36,6%). El tercer candidato, Daviz Simango, alcalde de Beira y líder del Movimiento Democrático de Mozambique (MDM) obtuvo 314.759 votos (el 6.4%). [15] El líder de RENAMO ha amenazado con formar un gobierno paralelo debido a que se realizaron acusaciones de mala praxis y fraude contra el electo FRELIMO.

Aunque Nyusi representa un cambio en el pensamiento político, aún hay residuos de la inercia institucional y de un atasco político y económico que han paralizado las previsiones radicales de una nueva estructura social que desharía la desigualdad de oportunidades y de resultados, y la pobreza. El partido en el poder ha reforzado su unión no solo al Estado, pero también a la sociedad y al mercado mediante un sistema de integración entre el aparato estatal y el partido, así como el ascenso de una nomenclatura con intereses tanto políticos como de negocios.[16] Hemos discutido previamente que la democracia de Mozambique tras el conflicto es una “Democracia Dirigida”, en oposición a una democracia inclusiva africana que enraíza con las luchas contra el colonialismo.[17] El sector público está profundamente politizado y, desde la independencia, el presidente de la república y el jefe del gobierno siempre ha sido también el presidente del partido. El domino de FRELIMO en el parlamento y el monopolio sobre el sistema judicial han dejado al ejecutivo con fuerza y exento del escrutinio público. La posición inalterada de FRELIMO ha creado un sistema basado en el elitismo que se desvía fundamentalmente de su ideología revolucionaria y permite los abusos de poder para los intereses de negocio privados. Esto ha llevado a una ciudadanía crecientemente descontenta y a tensiones entre el gobierno de FRELIMO y las fuerzas armadas de RENAMO.

Debido a la fuerte politización del sector público, los funcionarios han sido coaccionados para unirse al partido dirigente y para prometer su alianza con su liderazgo para asegurarse puestos de alto nivel en el servicio público.[18] Aquellos funcionarios sospechosos de estar aliados con partidos de la oposición como RENAMO o MDM se enfrentan a unas perspectivas de crecimiento limitadas. Las críticas contra el partido dirigente pueden llevar a suspensión por parte del partido o a la pérdida del oficio, como por ejemplo la suspensión de Antonio Frangoulis, el antiguo jefe de la Policía Científica, por parte del partido debido a las críticas contra FRELIMO que realizó en un debate televisado.

Actualmente, las instituciones sociales, como la presa y los sindicatos, son privadas e independientes en el papel pero operan en tándem con el partido dirigente. Los principales medios de información, televisiones y periódicos están controlados por el Estado. Por lo tanto, no critican a FRELIMO y, por el contrario, muestran sus logros proyectando la imagen de un partido volcado en la erradicación de la pobreza, en el aumento de la autoestima y en la lucha contra la corrupción. A pesar del aumento en el número de expertos de las escuelas y de los medios que ofrecen un análisis crítico del Estado, muchos de los analistas públicos aún dudan sobre si retar al gobierno de FRELIMO y a su poder.
Las opiniones de la sociedad se bloquean y el espacio para la disidencia se reduce. Ciudadanos prominentes como el cantante de hip-hop Azagaia o el economista Carlos Nunes Castel-Branco fueron interrogados por el Fiscal General por criticar al antiguo presidente, Gubueza, y su gobierno. La sociedad está mal financiada, tiene una estructura débil y, en muchas ocasiones, está unida a FRELIMO.[20] Pese a las limitaciones, algunos ciudadanos han organizado protestas contra la subida de los precios de la comida y del transporte, las tensiones político-militares, la violencia en el país y los realojamientos debido a la minería. Muchos de estos eventos han finalizado con respuestas brutales por parte de la policía estatal. El gobierno de FRELIMO se mantiene sin disputa, y la libertad política ha fracasado en el intento de convertirse en instituciones democráticas inclusivas.
El movimiento hacia la liberalización económico conllevó la privatización de las empresas estatales. Esto supuso el desarrollo de un tripartito casi indivisible entre el Estado, el partido y los negocios –un matrimonio entre negocio y política. La antigua élite política socialista de Mozambique se convirtió en la élite capitalista, pues las empresas estatales fueron transferidas a excombatientes de FRELIMO o fueron adquiridas por oficiales del partido a precios muy bajos mediante préstamos de donantes deseosos de promover la privatización. De acuerdo con Hanlon[21]:

“La transición formal a la democracia multipartidista en 1994 no estuvo acompañada de otros mecanismos habituales en las democracias. No hubo conflicto de intereses respecto a la regulación, ni inventarios ni otros aspectos de transparencia requeridos, y tampoco se reformó el sistema judicial. Es decir, la élite entendió que “democracia” y “capitalismo” significaba tener permiso para usar sus posiciones privilegiadas en la acumulación de riquezas sin ser observados.”[22]
La transición permitió a una élite capitalista ficticia convertirse en parte de la estructura de FRELIMO de forma muy enraizada. El anterior presidente, Guebuza, que amasó una gran fortuna en los 90, supone un claro ejemplo. Desde que llegó al poder en 2005, Guebuza basó su influencia en las estructuras del partido y mantuvo una fuerte sujeción al poder. Aunque ya era uno de los más ricos de Mozambique antes de su elección, pero Guebuza consolidó sus intereses económicos en telecomunicaciones, transporte, pesca, minería, turismo, publicaciones, consultoría, construcción y banca; y extendió estos intereses a los miembros de su familia y a sus aliados.[23] Debido a la Constitución de 1990, Guebuza no pudo presentarse a las elecciones de 2014. Sin embargo, ha sido elegido como presidente del partido, una posición que seguirá ocupando tras la elección del siguiente presidente de Mozambique. Estratégicamente, Guebuza presionó para que fuera elegido como presidente uno de sus leales, el exministro de Defensa Filipe Nyusi.[24]

El conflicto de intereses en la industria del carbón es otro claro ejemplo del matrimonio entre negocios y política. Muchos oficiales públicos de alto nivel envueltos en la regulación de la boyante minería del carbón mozambiqueña también son ejecutivos en las mismas empresas.[25] Por ejemplo, Aboobacar Changa, un juez fiscal que sirve al tribunal estaba encargado para auditar las corporaciones estatales es el director de una las compañías inspeccionadas por el gobierno y es un socio de negocios de otros oficiales públicos que también están siendo investigados por su legalidad.[26] La confidencialidad de los contratos mineros entre el gobierno y las compañías mineras que operan en Mozambique, junto con el escaso reporte sobre ingresos y la cantidad de elementos sujetos a impuestos dentro de los medios estatales eleva cuestiones respecto a la transparencia, la contabilidad y la gestión de los recursos naturales.[27] Si se considera la anteriormente mencionada falta de transparencia y la presencia de oficiales estatales dentro de las empresas mineras privadas, los analistas han observado una desviación de fondos públicos desde las arcas estatales hacia las industrias extractivas.[28]

REPERCUSIONES PARA LA PAZ Y LA ESTABILIDAD

Las tensiones político-militares que afectan seriamente a la seguridad de los ciudadanos en las regiones centro y norte de Mozambique resumen la debilidad de los procesos de liberalización económica y política tras el Acuerdo General de Paz. El sistema ha producido disparidades, lo que ha supuesto una fuente de inseguridad para la posición del Estado. En octubre de 2013, el líder de RENAMO Afonso Dhlakama se trasladó al bush del sur de Mozambique para entrenar y armar soldados. La movilización de las fuerzas RENAMO expresa el descontento del partido opositor y las quejas políticas que incluye marginalidad política en las instituciones nacionales así como la exclusión general de la economía se realizó a través de crecientes desigualdades a nivel nacional. En respuesta, las fuerzas del gobierno de FRELIMO atacaron la base de Dhlakama, lo que produjo la anulación del Acuerdo General de Paz por parte de RENAMO y la vuelta a la violencia. Los ataques de RENAMO en el centro y en el norte de Mozambique han segado la vida de civiles inocentes y han forzado el desplazamiento de un número de población considerable desde las provincias de Sofala y Tete a otras regiones. En julio 2014 ya ha habido 60 rondas de negociaciones entre el gobierno de FRELIMO y RENAMO que han concluido con una paz provisional para agosto de 2014. Tras las elecciones de 2014 y el cese de RENAMO de Dhlakama en las provincias donde ganó por mayoría y esto podría, potencialmente, desestabilizar todo el país. La recurrencia de RENAMO de volver a las políticas de castigo proponiendo la división del país en dos regiones, norte y sur, dejando las provincias ricas en minerales del norte para RENAMO y las provincias del sur para FRELIMO.

CONCLUSIÓN

La transición tras el conflicto de Mozambique eleva tres importantes cuestiones. Primero, el Estado de postguerra ha fallado en su labor de transformar el país creando unas políticas más humanitarias. Esto es el resultado de la manipulación de las instituciones económicas y políticas, que no han sido bien orientadas por la descolonización. Los analistas que no reconocen la conexión entre las políticas de la decolonización y la producción de conocimiento, por ejemplo entre lo programático y lo analítico, tienden a reflejar “una aceptación soterrada de la modernidad capitalista, de la democracia liberal y del individualismo”[29] –valores que la decolonización pretende desafiar. Los nuevos discursos de Mozambique sobre la política económica de desarrollo de la postguerra deben ser enraizados en la decolonización, que prioriza el desarrollo ciudadano en la práctica del desarrollo.
Segundo, el patronazgo político y el mandato absoluto se han infiltrado en los movimientos liberalizadores de África para convertirse en piezas claves de las estructuras regionales de los partidos. El partido gobernante de Mozambique, FRELIMO, así como el Zimbabwe African National Union Patriotic Front (ZANU-PF) en Zimbabue y el African National Congress (ANC) en Sudáfrica se han desviado desde la retórica revolucionaria hacia las “democracias dirigidas”. Estas presentan una presidencia fuerte junto con instituciones débiles; un control estatal de los medios; un control sobre las elecciones que permite a las élites deslegitimar las decisiones; una visible efectividad a corto plazo y una ineficiencia a largo plazo.

Tercero, las tácticas y políticas de FRELIMO se han vuelto antidemocráticas, y la transición a la democracia se ha traducido en mayores niveles de desigualdad. FRELIMO, bajo el mando de Nyusi, va a continuar el fortalecimiento de las instituciones políticas que consolidan la desigualdad y la pobreza en Mozambique. Mientras que líderes carismáticos como Samora Machel inculcan una visión progresista para una nueva sociedad; la pobreza, la desigualdad y la exclusión social se han convertido en el día a día. Cuando la riqueza de una nación está controlada por una élite de pocos miembros, la oportunidad y la inventiva se limitan. Los ciudadanos son excluidos pues las instituciones económicas y políticas soportadas por FRELIMO se han vuelto ilusorias. Un estudio de la posguerra en Mozambique revela que el gobierno de FRELIMO bajo el mando de Nyusi continuará fortaleciendo las instituciones políticas y económicas mediante el uso tácticas políticas de coacción y unas estructuras de partido exitosas, pero en detrimento de los ciudadanos.

Madalitso Zililo Phiri y Antonio Macheve

SOBRE LOS ESCRITORES:

*Madalitso Phiri es candidato a PhD de Políticas Internacionales en la National Research Foundantion/ Departamento de Ciencia y Tecnología Chair en Política Social Aplicada en el Archie Mafeje Research Institute (AMRI) en la Universidad de Sudáfrica (UNISA), Pretoria, Sudáfrica. Phiri es un Fellow, Next Generation del Social Science Research (2014-15), Social Science Research Council, Nueva York, EE.UU.

*Antonio Macheve Jr. es candidato a MPhil de Estudios de Desarrollo en la Universidad de Ciudad del Cabo, Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Macheve es un Mandela Rhodes Scholar de Maputo, Mozambique.

Esta publicación ha sido posible gracias al apoyo de la Social Science Research Council (SSRC) Next Generation of Social Sciences in Africa Fellowship, con fondos provenientes del Carnegie Corporation de Nueva York.

Dirección de contacto: Universidad de Sudáfrica (UNISA), DST/NFR SARcHI Chair en Política de Ciencias Aplicadas, Archie Mafeje Research Institute (AMRI), College of Graduate Studies, 263 Nana Sita Street, Tshwane, 0001, Gauteng, madalitsophiri1@gmail.com, +27724084438

REFERENCIAS:

[1] Allafrica.com (2012) Mozambique: Frelimo – Economy, Robust and Stable, AllAfrica.com, 24 de septiembre. Disponible en: http://allafrica.com/stories/201209250552.html (Consultado el 15 de julio de 2014)

[2] UNICEF (2010) Child Poverty and Disparities in Mozambique. Maputo: Naciones Unidas.

[3] Banco Mundial (2014) Mozambique Economic Update: Junio de 2014. Washington D.C.: Banco Mundial.

[4] Cooper, Fredrick (2002) Africa since 1940: The past of the present. Cambridge: Cambridge University Press.

[5] Fanon, Frantz (1963) The Wretched of the Earth. Grove Press: Nueva York.

[6] Ibídem

[7] Mignolo, Walter (2011) The Darker Side of Western Modernity: Global Futures, Decolonial Options. Durham: Duke University Press, p. xxiv

[8] Quijano (2007) Coloniality and Modernity/Rationality Cultural Studies 21 (1-2): 168-178 p.168

[9] Mignolo, Walter (2011) p. xxiv-xxiv

[10] Mignolo, Walter (2007) Delinking. Cultural Studies, 21 (2-3), p. 452

[11] Mignolo, Walter (2011), p. 217

[12] Ibídem, p. 52

[13] Quijano (2007), p.178

[14] Van de Walle, Nicolas (2000) The Impact of Multi-Party Politics in Sub-Saharan Africa. Presentado en la Asociación Noruega para el Desarrollo Research Annual Conference, The State Under Pressure, 5-6 de octubre, Bergen, Noruega.

[15] AllAfrica.com, “Mozambique: Nyusi to Take Office” del 15 de enero, http://allafrica.com/stories/201501081559.html. (Consultado: 27 de enero de 2015)

[16] Rønning, Helge (2011) The Frelimo State. Presentado en la Conferencia sobre la Legitimación del Poder – Posibilidades de Oposición, 30 de mayo -1 de junio, Jinja, Uganda.

[17] Phiri, MZ & Macheve, A. (2014) “Mozambique’s Peace Decades Since the End of the Conflict”, African Journal on Conflict Resolution, Vol. 14, No. 1.

[18] Macuane, José Jaime (2012) Economic and Political Liberalization, Dependency and Elite Formation in Contemporary Mozambique. Instituto Danés para Estudios Internacionales. Disponible en: http://subweb.diis.dk/sw122929.asp (Consultado: 15 de julio de 2014)

[19] Ibídem

[20] Forquilha, Salvador Cadete & Orre, Aslak (2011) “Transformações sem Mudanças?” Os Conselhos Locais e o Desafio da Institucionalização democrática em Moçambique. Publicado como parte del proyecto The Political Economy of Decentralization and Local State Building in Mozambique, abril de 2010, Distrito de Gorongosa, Mozambique bajo la dirección de Bernard Weimer.

[21] Rønning, Helge (2011)

[22] Hanlon, Joseph (2009) Mozambique’s elite –finding its way in a globalized world and returning to old development models. Presentado en el seminario Crisis States Research Centre, 7 de octubre, Escuela de Económica de Londres, Londres, Reino Unido.

[23] Nhachote, Luis (2012) Mozambique’s “Mr. Guebusiness”. Mail & Guardian Sudáfrica, 6 enero. Disponible: http://mg.co.za./article/2012-01-06-mozambiques-mr-guebusiness (Consultado: 2 de octubre de 2012)

[24] Mucari, Manuel (2014) Mozambique’s Frelimo selects Guebuza loyalist as presidential candidate. Reuters UK, 2 de marzo, disponible en: http://uk.reuters.com/article/2014/03/02/uk-mozambique-
candidate-idUKBREA2107120140302 (Consultado: 4 de julio de 2014)

[25] Gerety, Rowan (2013) Mozambique’s Booming Town. Guernica, 15 de mayo. Disponible en: http://www.guernicamag.com/features
/mozambiques-mining-boomtown/ (Consultado: 4 de julio de 2014)

[26] Ibídem

[27] Ossemane, Rogério (2013) Is the Extractive Industry Transparency Initiative Relevant for Reducing Diversions of Public Revenue? The Mozambican Experience. South African Institute of International Affairs (SAIIA), Policy Briefing No. 61.

[28] Ibídem

[29] Juris, Jeffrey S. & Khasnabish, Alex (2013) Introduction. En Juris, Jeffrey S. & Khasnabish, Alex (eds.) Insurgent Encounters: Transnational Activism, Ethnography, and the Political. Durham: Duke University Press, p. 6

[30] Forde, Fiona (2011) An Inconvenient Youth: Julius Malema and the New ANC. Johannesburgo: Picador Africa.

Pambazuka News -(Fundación Sur)

Traducido por Cira Martín García

Autor

  • Madalitso Zililo Phiri es Doctor investigador en Política Internacional en la Universidad de Sudáfrica (UNISA) Posee un máster en Estudios de Desarrollo, una licenciatura en Relaciones Internacionales y el grado de Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología, todos de la Universidad de Ciudad del Cabo (UCT) .Su tesis doctoral compara la respectiva arquitectura política social de Sudáfrica y Brasil, con un enfoque en las políticas adoptadas por ambos países para reducir la pobreza y la desigualdad, con una economía política del enfoque de desarrollo.

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