El pasado día 4, entre 200 y 300 periodistas sudaneses se declararon en huelga de hambre, de 24 horas de duración, y tres periódicos independientes dejaron de funcionar por tres días, la mayor protesta de los medios organizada contra la draconiana dictadura. La protesta se organizó para expresar que no pueden seguir aceptando la mediación del gobierno en los contenidos editoriales.
“Vamos a dejar de sacar el periódico durante tres días para empezar. Vamos a declararnos en huelga de hambre por un mínimo de 24 horas”, explicaba Salah Ahmed Alkagam, el director de uno de los periódicos independientes en huelga, el Ajras Hurriya. “Vamos a protestar contra esta penosa situación de la libertad. Sólo queremos que se respeten nuestros derechos constitucionales”, añadió.
La constitución interina de Sudán, que se supone que debe guiar el país durante los seis años de la fase de implementación del Acuerdo Comprehensivo de Paz de 2005, que terminó con dos décadas de guerra civil, confirma la libertad de prensa y de expresión.
Pero las leyes que garantizan la libertad de prensa aún tienen que ser aprobadas en el parlamento, y la censura es una práctica diaria. Los oficiales de poderoso aparato de seguridad inspeccionan las ediciones de cada periódico cada noche, antes de que salgan a la luz.
Los editores que se niegan a retirar los artículos considerados ofensivos se arriesgan a que sus publicaciones sean prohibidas abiertamente o confiscadas en las oficinas de distribución.
Los periodistas dicen que los oficiales de seguridad prohíben artículos a diario, particularmente los relacionados con Darfur, la corrupción y los derechos humanos.
Alkagam, asegura que las 95 personas que trabajan para el Ajras Hurriya, se sumaron a la huelga de hambre, además de 40 trabajadores del Rayal Al-Shab, y otros 22 del al-Maidan, los otros dos periódicos que no saldrán a la calle en tres días, en señal de protesta, junto con otros muchos periodistas que trabajan en diversos medios.
Las fuerzas de seguridad arrestaron el día 2 de noviembre a un periodista del pro-gubernamental Al- Intibaha, por publicar un artículo sobre la misteriosa fiebre que supuestamente estalló en el este de Kordofan, según han declarado sus amigos y su esposa, Noor Ahmed, quien ha añadido que su marido, Salah Bab Alah, fue arrestado junto con el director, que ya ha sido puesto en libertad. Dos días después del arresto, el martes, los oficiales de seguridad le pidieron que llevase al centro de detención algo de ropa para su marido y no sabe más.
(News 24, Suráfrica, 04-11-08)
