Autor : Javier Domínguez
En la sala 635 del Museo Metropolitano de Nueva York reside el retrato de Juan de Pareja, asistente de Diego Velázquez, que el propio pintor sevillano realizó en 1650. Recoge la información del museo que, según uno de los biógrafos del artista, cuando este hito del retrato occidental se exhibió por primera vez “recibió tal aclamación universal que, en opinión de todos los pintores de diferentes naciones, todo lo demás parecía pintura, pero esto solo como verdad.”
El aplauso quizás venga, como se recoge en la Wikipedia, por la destreza de Velázquez “de dotar de dignidad a los personajes que, por su profesión o condición, carecen de ella en la consideración social”. Es el primer cuadro que se conoce de un de hombre español con descendencia negra: Juan de Pareja, un hombre mestizo, hijo de una madre africana y un español; y esclavo, aunque Velázquez le otorgó la libertad años más tarde e iniciaría su carrera como pintor independiente en Madrid.
En la galería Autograph, al este de Londres, se homenajea a Juan de Pareja en una fotografía en la que no se ve al antequerano, sino al fotógrafo senegalés Victor Omar Diop. Es el propio fotógrafo el que sustituye al pintor, al igual que lo hace en toda la serie ‘Diáspora’, con la que Diop recrea pinturas históricas entre el siglo XV y el XIX de africanos que consiguieron notoriedad. Pero el senegalés dota de simbología futbolera a sus imágenes para abordar paralelismos sociales.
Juan de Pareja, Frederick Douglas, Olaudah Equiano, Albert Badin o Jean-Baptise Belley son la excusa para lanzar preguntas sobre la figura de los futbolistas africanos en Europa. Diop viaja al pasado y se pregunta si la reputación ganada por los personajes históricos es comparable a la de los futbolistas. Todos tuvieron que enfrentarse a los abusos raciales y a la discriminación, pero finalmente se ganaron un lugar en la sociedad. ¿Un espejismo?
“El fútbol es un fenómeno global interesante que para mí revela a menudo dónde está la sociedad en términos de raza. Cuando se observa la forma en que se percibe la grandiosidad del fútbol africano en Europa, existe una curiosa mezcla de gloria, adoración heroíca y exclusión. De vez en cuando, hay cantos racistas o se lanzan pieles de plátano al campo y toda la ilusión de integración se destruye de la manera más brutal. Es esta paradoja la que estoy investigando en el trabajo”, dijo el artista sobre el proyecto en una entrevista a The Guardian.
La galería Autograph acoge esta primera exhibición en solitario en el Reino Unido del fotógrafo senegalés. Pero la muestra, comisionada por René Mussai y Mark Sealy, regala además otra serie de
fotografías que apelan a la resistencia política negra.
En 1944, desterrada en Tombuctú, murió con tan sólo 24 años Aline Sitoé Diatta. Conocida como la ‘Juana de Arco’ senegalesa, Diatta luchó contra la colonización francesa. La joven se levantó contra el imperio. Y eso le costó la vida.
Otra muerte. Otro joven. Diop juega de nuevo con el paralelismo histórico para llegar hasta los movimientos sociales más actuales. En 2012, una manifestación rendía homenaje en la neoyorquina Union Square a Trayvon Martin. Disparado por un hombre blanco, que evadió la cárcel justificando una actuación en defensa propia, el fallecimiento de Martin fue el detonante para el movimiento Black Lives Matter.
Con ‘Liberty: A Universal Chronology of Black Protest’, Diop se autorretrata para honrar aquellos que se levantaron contra el colonialismo u otra forma de opresión. Es un relato cronológico de los movimientos sociales o protestas negras que van desde las marchas en Selma, en 1965, a los disturbios liderados por las mujeres nigerianas en 1929 contra los administradores británicos. El fotógrafo senegalés también se detiene en la masacre de Thiaroye, donde soldados africanos que lucharon junto al ejército francés en la II Guerra Mundial fueron asesinados por el propio bando galo en 1944, cuando exigían los pagos que se le debían.
“La historia de la protesta negra es rica, ya sean revueltas de esclavos, marchas por la libertad o contra el apartheid, movimientos por la independencia o contra la violencia policial. Hay retratos de metáforas en los que la idea de identidad negra es central. Disfruté siendo el sujeto y el objeto de estas fotografías, sin embargo, no son autorretratos en el sentido tradicional”, apunta el fotógrafo.
Las causas de ayer son las mismas que las de hoy. Y Diop muestra “una narrativa reinventada de la historia de los negros y, por lo tanto, de la historia de la humanidad y del concepto de libertad”.
Original en : Wiriko