Los observadores electorales nacionales e internacionales han declarado las elecciones legislativas de Yibuti, legítimas y transparentes, aunque la oposición, agrupada en la Unión Nacional de Salvación, USN – por sus siglas en inglés, ha anunciado planes de protestar por el supuesto fraude.
El presidente de la Comisión Electoral Nacional Independiente o CENI, Abdi Ismail Hersi, presentó el informe final de la CENI, en su tercera sesión plenaria, el domingo 24 de febrero, diciendo que las elecciones se habían llevado a cabo de modo justo y libre, según informa el diario gubernamental yibutiano, al-Qarn.
“Las elecciones tuvieron lugar en toda la nación en una atmosfera democrática con total trasparencia, y aunque se registraron algunos incidente menores en algunas zonas, estos no afectaron a la operación de electoral ni a su transparencia”, explicó.
Una delegación de 60 observadores internacionales inspeccionó más de 154 oficinas electorales, en 54 centros de votaciones, y observaron la emisión de votos en 12 centros, según informa la Agencia Yibutiana de Información, también del gobierno.
“No hemos observado ni fraude ni relleno de urnas, lo que nos hubiera llevado a rechazar los resultados”, afirma el ex primer ministro de Malí, Cissé Mariam Kaïdama Sidibé, que lideró la misión de observación internacional de la Unión Africana. “Los ciudadanos de Yibuti pudieron llevar a cabo su deber cívico en total transparencia”.
La oposición rechazó los resultados, sin embargo, y convocó una protesta en la capital, para el lunes, día 25 de marzo. Se preveía que la manifestación de protesta empezase a las 3 de la tarde en la plaza de la Independencia, pero la policía había sellado completamente el lugar, dejando a unos 200 manifestantes atrapados en un puente. La policía lanzó contra ellos gas lacrimógeno para impedir que entrasen en el área asegurada.
En un comunicado leído en la radio estatal RTC, el ministro de Interior, Hassan Darar Houffaneh, dijo que cualquier manifestación sería ilegal, puesto que el ministerio no había autorizado a nadie a protagonizar una marcha pública. Houffaneh dio instrucciones a los ciudadanos para que se quedaran en sus casas y no escuchasen a la gente interesada en incitar al público.
El movimiento en la capital de Yibuti, también llamada Yibuti, fue en consecuencia mínimo, incluso cerraron las escuelas y los negocios en un radio de 5 kilómetros, desde la plaza de la Independencia.
Por Sabahi Online
(Wardheer News, Somalia, 26-02-13)