En un informe emitido el pasado jueves 10 de junio, los obispos católicos de Eritrea declararon que la nacionalización de escuelas e instituciones de salud de la Iglesia católica en el país, que comenzó en 2019, es perjudicial para los principios de la justicia. En un informe, dado a conocer por Vatican News, los obispos han declarado:

“Nosotros, pastores y líderes de la Iglesia Católica en Eritrea, estamos profundamente entristecidos e íntimamente heridos por las medidas que el gobierno está tomando o ya ha tomado por la fuerza, quitándonos las instituciones educativas y de salud que legítimamente nos pertenecen, y limitando nuestro servicio al país”.

Haciendo referencia a la Iglesia católica en el país, añaden que nunca dejarán de exigir "la devolución de las instituciones sociales que les fueron arrebatadas a la fuerza y el derecho a realizar todos los servicios de los que ha sido privada [... ] las escuelas y clínicas confiscadas o cerradas, o a punto de ser confiscadas o cerradas, son propiedad legítima de la Iglesia Católica, construidas, establecidas y organizados con el supremo y exclusivo interés de servir a nuestro pueblo”.

Los líderes de la Iglesia, que dicen estar "perdidos" después de la nacionalización, admiten no entender "el verdadero propósito de las continuas incautaciones de la propiedad de la Iglesia".

En 2019, el gobierno de Eritrea supuestamente se hizo cargo de 29 centros de salud católicos y siete escuelas patrocinadas por católicos. Algunas de las clínicas fueron cerradas posteriormente. Tras esta toma por la fuerza, los obispos católicos de Eritrea condenaron la incautación y el cierre de las instituciones por parte del gobierno y lo describieron como "odio contra la fe y la religión". En aquella época, los obispos ya señalaron que "las acciones que se están tomando contra nuestras instituciones educativas y de salud son contrarias a los derechos y a la libertad legítima de la Iglesia".

En el informe del 10 de junio, los obispos expresan su preocupación por la continua toma por la fuerza de las instituciones de la Iglesia Católica comunicando:

“Al igual que en el pasado, algunos miembros del gobierno de Eritrea cerraron por la fuerza algunos y nacionalizaron otros centros de salud, que sirvieron a la gente con dedicación y sin distinción de religión, etnia o grupo [...] Hoy las autoridades continúan tratando de hacer creer a la gente que las instituciones de salud y educación pertenecen al pueblo, y no a la Iglesia”

Informan, además, que las acciones del gobierno liderado por el presidente Isaias Afwerki “violan en principio y de hecho, sus derechos y son explícitamente perjudiciales para los principios más elementales de justicia” y señalan que en lugar de ver a la Iglesia católica como un competidor en los sectores de la salud y la educación, las autoridades eritreas deben "reconocer que la Iglesia tiene como objetivo servir a todos los eritreos".

Fuente: ACI Africa

[Fundación Sur]

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