Los Obispos católicos de Sudán del Sur urgen por una paz verdadera

19/03/2019 | Documentos R+JPIC

Los Obispos Católicos de Sudán del Sur han pedido que verdadera paz prevalezca en Sudán del Sur como parte del Acuerdo de Paz Revitalizado, firmado en septiembre de 2018.Hablando en nombre de los obispos, el Arzobispo Metropolitano de Juba, el Reverendo Paulino Lukudu Loro declaró el jueves 28 de Febrero, que a pesar de la firma del acuerdo por las partes en conflicto, la violencia continúa aún en algunas zonas del país.

El Arzobispo Lukudu señaló que «El valor de la vida y la dignidad humanas son olvidados y se producen con impunidad abusos contra los derechos humanos», agregando que mientras las dificultades económicas continúan, la paz no será verdaderamente duradera. Lukudu señaló que la política no es la única solución para el conflicto en el país, y que la conversión, o más bien, el cambio de corazón es lo que traerá la verdadera paz. Además, aconseja a las partes unirse y mostrar voluntad política; actuar contra los que perjudican en sus filas; y promover los derechos democráticos del pueblo como la libertad de expresión.

El arzobispo Lukudu agregó que el papel de los medios de comunicación debe ser reconocido para examinar y evitar los conflictos ocurridos en los últimos años, y que deben abrirse canales de comunicación con grupos individuales que no han firmado el acuerdo de paz.

Fuente: Red Católica de Radio


Mensaje pastoral de la reunión de los obispos católicos del Sudán del Sur

Juba, 26-28 de febrero de 2019

Preámbulo

Nosotros, los obispos católicos de Sudán del Sur, reunidos en Juba del 26 al 28 de febrero de 2019, hemos reflexionado sobre la situación actual en nuestro país para discernir en oración el camino a seguir. Hemos escuchado informes y proclamas informativas de nuestras diversas diócesis y agentes pastorales. Dirigimos nuestro mensaje a nuestros propios cristianos, a todos los sursudaneses, a nuestros vecinos y amigos en la comunidad internacional, y a todas las personas de buena voluntad. También compartimos humildemente este mensaje con nuestro Santo Padre, el Papa Francisco, que, como sabemos, y le estamos agradecidos, tiene un profundo interés personal y preocupación por Sudán del Sur.

Preocupación

Permanecemos muy preocupados. Acogemos con agrado la firma del Acuerdo Revitalizado sobre el Acuerdo de Resolución de Conflictos en Sudán del Sur como un paso hacia delante. Sin embargo la situación concreta sobre el terreno demuestra que no abarca las causas profundas de los conflictos en Sudán del Sur. Propaga compartir el poder, modelo que anima a las Partes a discutir sobre puestos, posiciones y porcentajes en vez de cómo trabajar por el bien del país. Algunas de las Partes dicen que no fueron consultadas sobre el Acuerdo, que fueron empujadas a firmarlo y no están muy comprometidas con él. Además la implementación del Acuerdo va ya con mucho retraso. Aunque el nivel de conflicto abierto ha disminuido, el Acuerdo de Cese de Hostilidades no es guardado y todas las Partes están envueltas sea en lucha activa o en preparaciones de guerra.

El valor de la vida humanay su dignidad no es reconocido ya que abusos de derechos humanos continuan con impunidad, incluidos asesinatos, violaciones, violencia sexual continuada, robos y la ocupación de tierras y propiedades de civiles.

El crimen organizado aumenta. Mientras se habla mucho sobre paz las acciones no van de acuerdo con las palabras y tememos que nuestros líderes en todos los partidos tienen otras agendas secretas.

Mientras el pueblo acoge con agrado la firma del acuerdo de paz hay un sentimiento de desesperanza de que este acuerdo, como otros muchos anteriores, no tendrá éxito.

Mientras los fondos son utilizados en lo militar y la corrupción continua entre la elite, el pueblo se enfrenta a grandes necesidades ya que la economía colapsa a su alrededor.

La Iglesia está de parte de los pobres y oprimidos, de la gente ordinaria. La “paz” de la que tanto se habla no es verdadera ni puede durar. No es el Shalom del Evangelio del que Jesús habla:” Os doy la paz, mi paz, esa que el mundo no puede dar. Esa paz es mi regalo” (John 14,27).

Tememos que este acuerdo de paz está debilitado y no puede traer la verdadera paz.

Conversion

Las políticas solas no resolverán los conflictos en Sudán del Sur. Mientras la gente anhela paz no hay voluntad o compromiso por la paz en muchos líderes. Abundan los discursos de odio y hay sed de venganza en muchas comunidades. Lo que se necesita es conversión, un cambio de corazón entre individuos y comunidades.

Este mensaje se encuentra en el corazón del ministerio de la Iglesia, en nuestra enseñanza y en todos nuestros contactos con las personas es nuestra prioridad. Solo entonces los esfuerzos políticos tendrán resultados. “Tenéis que dejar de lado vuestro egoísmo… (Efesios. 2, 22-23)

El Acuerdo Revitalizado sobre la Resolución de Conflictos en Sudán del Sur (R-Arcss)

No somos políticos, pero como pastores sería una negligencia no examinar, analizar y comentar sobre el R-ARCSS. Ahora estamos a la mitad de los ocho meses del Período PreTransicional. Si hacemos balance de lo que se ha logrado, es preocupante.

Muchos de los comités y comisiones mandatados por el R-ARCSS no se han establecido en absoluto, se han establecido tarde o no han comenzado su trabajo. No se ha observado el alto el fuego permanente. Todos los detenidos políticos y prisioneros de guerra aún no han sido liberados. Se esperaba que todos los grupos armados que no fueran del país hubieran salido del territorio de Sudán del Sur en un plazo de 45 días. Esto no ha tenido lugar. Se decide que todas las Partes deben cesar el reclutamiento de las fuerzas de seguridad y entrenamiento de nuevos reclutas. Esto ha sido violado por algunas Partes, incluido el Gobierno. Se esperaba que el acantonamiento de fuerzas se completaría en 30 días, pero apenas ha comenzado. Se acordó que la desmilitarización de los centros civiles y la recolección de armas pesadas de largo y mediano alcance se completaría en un plazo de 45 días, pero hasta ahora centros civiles y casas están todavía ocupados por las tropas que pertenecen a algunas Partes en el acuerdo, especialmente el Gobierno y el SPLM. A-IO. Se había acordado que en un plazo de 15 días el Comité Conjunto de Seguridad Transicional (JTSC) establecería los criterios de elegibilidad para los candidatos dispuestos a servir en el ejército nacional unificado, el servicio de seguridad nacional, la policía, las prisiones, el cuerpo de bomberos y los servicios de medio ambiente, y en 60 días debía comenzar el entrenamiento conjunto de las fuerzas necesarias unificadas. Hasta ahora el entrenamiento no ha comenzado.

Las Partes no están creando las condiciones para una paz sostenible que, evitaría el estallido o la vuelta nuevamente del conflicto violento. Por el contrario, tememos que las tácticas de «dividir y gobernar» puedan estar en juego.

Desafíos

Todas estas omisiones y retrasos son profundamente preocupantes. Para nosotros está claro que la mayoría de las actividades que se debían haber realizado hasta el momento durante el Período previo a la transición no se han llevado a cabo. Es probable que esto tenga un impacto negativo en las actividades posteriores, ya sea durante el tiempo restante para la PreTransición o en el inicio del Período de Transición.

Creemos que uno de los impulsores clave del conflicto es el número de Estados y las fronteras entre ellos, lo que ha creado divisiones dentro de nuestras comunidades. La Comisión Independiente de Fronteras (IBC) debía establecerse dentro de dos semanas, pero esto no se ha hecho. Dado que la cuestión de la cantidad y fronteras de los Estados en Sudán del Sur fue un tema muy polémico durante las conversaciones de paz, y el acuerdo de las Partes de que debe completar su tarea dentro del período Pre-Transicional, es una preocupación que la IGAD ha fracasado en formar el IBC a tiempo. Las consecuencias de no resolver el controvertido tema de los 32 Estados antes del inicio del Período de Transición, y de no consultar completamente a la gente en el terreno, son demasiado graves como para ser ignoradas.

Las Partes acordaron una fórmula mediante la cual todas las fuerzas armadas de las Partes en conflicto debían unirse para crear un núcleo de ejército nacional central para Sudán del Sur en un plazo de ocho meses para ser desplegado antes del final de la PreTransición para brindar seguridad fiable a todas las Partes, especialmente la Oposición, y evitar la repetición de la trágica confrontación militar de julio de 2016 que causó el colapso del ARCSS y la propagación de la guerra en muchos lugares del país. Hasta este momento, no se ha hecho nada al respecto. Dudamos si realmente se puede esperar que la Oposición regrese a Juba para formar el Reconstruido Gobierno de Transición de Unidad Nacional (R-TGoNU) antes de que la fuerza unificada esté operativa, ya que el Artículo 2.2.1 de R-ARCSS vincula el final del Periodo pretransicional a la finalización de «la capacitación y la redistribución de las fuerzas necesarias unificadas» y estipula además que «esta disposición prevalece sobre cualquier otro texto contrario». Este asunto plantea un verdadero desafío para todas las Partes, ya que dudamos de que pueda ponerse en funcionamiento durante los tres meses y medio restantes de la PreTransición.

El gobierno está obligado por el R-ARCSS a contribuir a la financiación de la implementación del Acuerdo. Hasta ahora, el gobierno ha contribuido solo con una cantidad muy pequeña al presupuesto total. Esto plantea un desafío que podría amenazar a todo el Acuerdo, y también plantea la cuestión de cómo se está gastando realmente el ingreso nacional.

El Acuerdo sobre el cese de Hostilidades, la Protección de civiles y el Acceso Humanitario (COHA) estipula que reuniones pertinentes se celebrarán «fuera de Sudán del Sur para garantizar la plena participación de todas las Partes». Una disposición similar para todos los Comités / Mecanismos del R-ARCSS fue incluida en los documentos que se discutieron durante las conversaciones de paz del HLRF. Si bien esa disposición no aparece en el texto final de R-ARCSS, creemos que su espíritu debe permanecer, es decir, que la Oposición no puede sentirse segura en una reunión en Sudán del Sur antes del comienzo del Período de Transición. Sin embargo, casi todas las reuniones de estos comités y mecanismos tienen lugar ahora en Juba, donde los delegados de la oposición pueden no sentirse seguros.

Se han observado violaciones continuas del R-ARCSS en áreas clave del Acuerdo. Por ejemplo, los combates continúan en algunas áreas como Yei y la denegación de acceso al Reconstituido Mecanismo de Verificación y Monitoreo de Acuerdos de Cesación del fuego (R-CTSAMVM) para llevar a cabo su misión de verificar las denuncias de violaciones de los compromisos de seguridad. Debe haber consecuencias claras y exigibles para el incumplimiento. El incidente de Luri, en diciembre de 2018, a pocos kilómetros de Juba, en el que monitores internacionales fueron despojados de sus ropas, golpeados y humillados fue un indicador de que la IGAD necesita resolver este asunto.

La difusión del R-ARCSS no se está llevando a cabo de manera cohesiva o imparcial. La gente ignora su contenido y, en algunos casos, se confunde al pueblo.

El general Thomas Cirillo (NAS) y otros no firmaron el Acuerdo final. Sin embargo, han indicado que están dispuestos para hablar sobre un nuevo acuerdo. Creemos que se debe hacer todo lo posible para involucrarlos en las negociaciones, y condenamos cualquier violencia entre ellos y otras Partes en violación del alto el fuego. La paz no se puede lograr matando gente, y exigimos un diálogo no violento.

La situación económica en el país nos preocupa mucho. La paz debe proporcionar al pueblo respuestas a sus necesidades y servicios básicos, y esto no está sucediendo. Muchas personas permanecen aún en campamentos de POC por temor o por el hecho de que sus hogares han sido destruidos u ocupados y no tienen a donde poder regresar, y aún están siendo nuevamente desplazados, ya sea por inseguridad, por el acaparamiento de sus tierras y propiedades o por cuestiones económicas o de seguridad alimentaria. Desplazados internos pueden encontrarse también en muchas partes de Sudán del Sur donde no hay campamentos formales. Hay también todavía millones de personas como refugiados. A los funcionarios públicos no se les ha pagado durante meses, a algunos funcionarios del gobierno no se les ha pagado durante años, mientras que a otros, como los miembros del Parlamento, sí se les paga y los recursos del gobierno están siendo usados para otros fines. Esto ha contribuido también a problemas de salud espiritual, psicológica y física.

También nos preocupa la degradación ambiental de nuestro país y la explotación de los recursos naturales, ya sea por la caza ilegal a escala comercial, la tala de nuestros bosques por intereses extranjeros o para la fabricación ilegal de carbón vegetal, o la contaminación de nuestras tierras por compañías petroleras y la extracción de oro. El cuidado de la creación es un componente importante de nuestra enseñanza social católica, así como un imperativo global a medida que el mundo sufre el cambio climático.

Nos preocupa que el acceso humanitario se vea aún obstaculizado en muchas áreas del país. Los niños no reciben educación porque las escuelas han sido destruidas u ocupadas por el ejército. Los padres no tienen acceso a instalaciones de salud para el parto y el cuidado de sus hijos.

Si bien agradecemos a la IGAD sus esfuerzos, observamos que el Gobierno de Sudán del Sur es miembro de la IGAD y que otros miembros de la IGAD tienen sus propios intereses nacionales. Por lo tanto, a la IGAD le resulta difícil actuar como un mediador verdaderamente imparcial.

El camino hacia adelante

Ofrecemos las siguientes recomendaciones y compromisos:

– 1. El Presidente de Sudán del Sur, como nuestro líder nacional, debe involucrar de manera constructiva a todas partes interesadas y las Partes en el R-ARCSS para garantizar que cada Parte cumpla con lo que acordó hacer al firmar el acuerdo revitalizado.

– 2. El valor de los líderes y jefes tradicionales debe ser reconocido y tenido en cuenta en el proceso de implementación a través de diversos mecanismos de fomento de la confianza.

– 3. El existente Dialogo Nacional puede ser instrumental para el proceso de implementación, pero debe ser genuino e inclusivo para servir como fundamento de construcción en la búsqueda de creación de confianza. Los partidos de oposición deben estar totalmente incluidos.

– 4. Los mecanismos tradicionales de resolución de conflictos en Sudán del Sur y las prácticas de diálogo intertribales deben ser utilizados para profundizar la comprensión y contribuir a la plena aplicación del Acuerdo. La academia, los investigadores, el personal de la iglesia y otros profesionales con experiencia deben participar para proporcionar recomendaciones y ejemplos de mejores prácticas.

– 5. Las Partes deben mostrar colectivamente la determinación y la voluntad política necesaria para actuar contra los manipuladores desde dentro de sus propias filas. Debe haber una alineación de mensaje y acción de las Partes para contrarrestar las fuerzas que buscan interrumpir o retrasar la implementación.

– 6. Las Partes deben garantizar que todos los detenidos políticos y prisioneros de guerra sean liberados y que aquellos con casos criminales reciban un debido proceso transparente y oportuno. Cualquier persona que haya «desaparecido» durante su detención debe ser buscada y justificada.

– 7. Con fines de fomento de confianza, recomendamos anunciar oficialmente el levantamiento del Estado de Emergencia, para garantizar que el espacio político necesario para ejercer los derechos democráticos y la libertad de expresión y libertad de reunión sean establecidos y se reconozca debidamente el papel de medios de comunicación responsables.

– 8. Las Partes deben examinar los errores del pasado reciente, extraer lecciones y desarrollar mecanismos de temprana alerta para evitar factores desencadenantes que llevaron al conflicto de julio de 2016.

– 9. La Iglesia y otros líderes religiosos, personalidades eminentes y la sociedad civil, grupos de mujeres y jóvenes, deben tener un papel destacado en la reconciliación nacional y en el esfuerzo de fomento de confianza.

– 10. Dar mejor publicidad a las violaciones del R-ARCSS y pedir cuentas a los responsables.

– 11. Mantener canales abiertos de comunicación con individuos y grupos que no han firmado el R-ARCSS.

– 12. Asegurarse de que la decisión del IBC sobre el número de Estados en Sudán del Sur y sus fronteras responda a las opiniones de los ciudadanos sobre el tema. A menos que se consulte adecuadamente a la gente esto seguirá siendo una fuente de conflicto.

– 13. Acelerar el establecimiento de mecanismos apropiados de justicia de transición, incluidas las formas de justicia restaurativa y tradicional.

14 Parar el despliegue de tropas de países vecinos en Sudán del Sur, en particular el ejército sudanés en los campos petroleros y el UPDF en el estado de Yei River, a los niveles más altos de escrutinio.

– 15. La Iglesia Católica actuará para preparar a las Partes en el R-ARCSS y contactará a las no signatarias para un diálogo genuino y abierto en foros imparciales en vistas a: iniciar una plataforma aceptable para diálogo y deliberaciones; establecer los obstáculos al proceso de paz; identificar brechas y diferencias entre grupos interesados; movilizar a las Partes interesadas en una auténtica mesa de negociación; construir confianza entre las Partes; identificar e involucrar a un equipo de respetados mediadores de paz que se comunicarán con las Partes y desarrollarán una estrategia para abordar las inquietudes enumeradas, que deben ser no partidistas, éticos y respetados, tener experiencia previa en mediación y resolución de conflictos y tener conocimiento de los asuntos políticos de Sudán del Sur.

– 16. Encomiamos los esfuerzos de nuestras Comisiones de Justicia y Paz a nivel nacional y diocesano; y de todas las actividades de paz y reconciliación llevadas a cabo por nuestro personal pastoral y laicos a nivel local en todo el país, a menudo con grandes dificultades; y los reconocemos como parte de nuestra estrategia nacional de paz y reconciliación. La Iglesia Católica continuará utilizando sus redes de predicación, enseñanza y pastoral para crear una atmósfera propicia para la paz y la reconciliación en todos los niveles.

– 17. Mientras sigue sus propias iniciativas, la Iglesia Católica continuará desempeñando su papel en el Plan de Acción para la Paz del Consejo de Iglesias de Sudán del Sur.

Todas estas medidas, si se implementan adecuadamente, crearán un entorno político, social y económico propicio para que la gente de Sudán del Sur, especialmente los refugiados y desplazados internos, disfruten de los frutos de la paz.

Bendición

Este es nuestro mensaje a todas las partes interesadas, incluidos nuestros líderes políticos y militares, las Partes signatarias del R-ARCSS y las Partes que no han firmado, nuestros vecinos en la IGAD, nuestros amigos en la comunidad internacional y todas las personas de buena voluntad. Tememos que la actual infraestructura de paz mediada por la IGAD es fatalmente defectuosa e instamos a todos los interesados y amigos de Sudán del Sur a colaborar para buscar un nuevo modelo, un cambio de narrativa, para una paz verdadera que vaya más allá del R-ARCSS. Creemos que esto dará esperanza a nuestra gente. Que Dios os bendiga a todos y que «la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento… guarde vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús» (Filipenses 4: 7).

Fuente: AMECEA

[Fundación Sur]


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