En un largo documento firmado por la Conferencia de Institutos Misioneros Italianos (CIMI), los misioneros expresan su indignación por lo que está teniendo lugar en el Mediterráneo. El objeto de su protesta es el acuerdo alcanzado entre la Unión Europea y Libia, un acuerdo escandaloso, dicen, que conduce a que los inmigrantes permanezcan a la fuerza en Libia, donde sufren violencias de todo tipo.
“Incluso más grave – escriben – es el acuerdo hecho por el gobierno Gentiloni (con la bendición de la Unión Europea) con Libia en la persona de Fayez al Sarraj, líder del gobierno de acuerdo nacional, que representa bien poco en aquel país”. De hecho, continúan, “Libia es un país destrozado en mil pedazos, como consecuencia de la guerra absurda que hicimos contra Gheddafi (2011)”. Esto llevará a que los inmigrantes queden bloqueados “en el infierno libio donde son torturados, violados o destinados a morir de sed en el desierto, como ha denunciado la ONU”.
Y añaden: “Nosotros, misioneros italianos, durante mucho tiempo huéspedes de tantos pueblos de África que ahora llaman a nuestra puerta, estamos profundamente indignados por lo que está ocurriendo a los emigrantes en el Mediterráneo, para nosotros ‘carne de Cristo’, como le gusta repetir al Papa Francisco. Nos horroriza que el Mare Nostrum se haya transformado en Cimiterium Nostrum, tumba para más de cincuenta mil emigrantes”.
Los misioneros piden, además, una política distinta hacia los países de África: la apertura de corredores humanitarios para los que huyen de situaciones dramáticas, el embargo a la venta de armas a los estados africanos; una política seria de inversiones destinadas no a los gobiernos sino a las realidades de base, la suspensión de las políticas depredadoras en África, tan rica en materias primas…
Y concluyen: “Nosotros, misioneros, creemos no hay humanidad si no es en plural”.
Fuente OMP
[Fundación Sur]
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