LOS MINERALES DE KIVU (RDC) SIGUEN MANCHADOS DE SANGRE, DELATANDO LA MAYOR CRISIS AFRICANA Y MUNDIAL: LA CRISIS DE LÍDERES ÍNTEGROS.

1/06/2015 | Editorial

Acabamos de recibir dos gritos desesperados sobre la tragedia humanitaria que sufre la población de la región de Beni, en el Kivu Norte, al este de la Republica Democrática del Congo (RDC).

Un grito proviene de los Obispos de la RDC y el segundo nos llega de Caritas Butembo-Beni.

¿Podemos acostumbrarnos a estas u otras tragedias humanas, cuando están provocadas por nuestras manos?.

Según Caritas, hace 20 años que los congoleños son asesinados poco a poco o deben abandonar sus casas y tierras, mientras los gobiernos locales y la comunidad internacional mira para otro lado. En los últimos 15 meses, estos ataques de grupos armados han causado cientos de muertos y más de 72.000 desplazados, abandonados a su suerte.

Los obispos reunidos en Butembo del 16 al 23 de mayo 2015, han lanzado un grito unánime por el respeto absoluto de la vida humana, trágicamente violada.

“En 2010, se calculaba que el total de personas asesinadas en toda esta región de Kivu, alcanzaba ya los seis (6) millones.

Las masacres se han continuado desde entonces y solo entre octubre 2014 y mayo 2015, unas 419 personas han sido masacradas en la villa de Beni.

Cada día los grupos de criminales armados inventan métodos más crueles para mermar y ahuyentar a la población. Torturan a las mujeres y niños, incendian los poblados con total impunidad, provocando la huida de la gente. Son actos realmente de genocidio, crímenes de guerra contra la humanidad.

Todo esto se produce en un contexto de explotación de minerales y de recursos naturales a gran escala.

La seguridad y la paz de la región no parecen importar a nadie. En este clima de crueldad, los jóvenes no tienen futuro, y son atraídos por los grupos rebeldes y extremistas, como los yihadistas.

Existe un clima de genocidio, de integrismo yihadista y de balcanización del país.
Pero, como decía Abraham Lincoln: “no se puede engañar siempre a todo un pueblo”.


Ni la ONU, ni la Comunidad internacional, ni los Gobiernos regionales, se preocupan de esta situación inhumana. Hasta parecen a veces aprovecharse de ella.

Intentemos todos juntos parar la escalada de violencia para construir una sociedad más humana, donde podamos vivir en paz”.

En “África Fundación Sur”, estamos convencidos de que este trabajo de sensibilización, información y de educación de nuestra sociedad, sobre lo que está realmente pasando en África, es la clave más importante para transformar nuestra indiferencia en un compromiso solidario por el desarrollo sostenible de los pueblos africanos.
Los principales responsables de tanta explotación y abusos, andan sobre todo por la UE, EEUU, China.. en complicidad con los gobiernos regionales.

Una buena noticia sobre este tema, nos llega del secretariado de AEFJN en Bruselas.

El día 17.5.2015 se aprobó en el Parlamento Europeo un proyecto de ley para verificar que los minerales que llegan a Europa no vengan de países que viven conflictos armados, como toda la región de Kivu, en la RDC. Se pide a cada compañía implicada en la extracción de minerales, un certificado de extracción, transformación y procedencia.

Según esta nueva ley, que deberá ser aprobada ahora por la Comisión y Consejo de Europa, las compañías de la UE no podrán extraer minerales de las zonas en conflicto armado, como Kivu norte y sur, y deberán cumplir la normativa de una total transparencia en sus movimientos financieros.

Por supuesto esto no es más que un primer paso en este proceso de mayor transparencia en la extracción, elaboración y mercado de los minerales procedentes de África, pero es un paso en la dirección correcta.

Otro paso en la buena dirección es la decisión de varios países africanos productores de minerales preciosos, como: Botsuana, Ghana, Mozambique, Uganda, etc. de elaborar estos minerales en el mismo país de origen.

Como siempre, la auténtica liberación de toda esclavitud impuesta sobre los pueblos africanos, así como su desarrollo sostenible, solo puede proceder de los propios pueblos africanos.

Para ello, será necesario promover una cultura de reconciliación nacional y de transformación de conflictos.

También necesitaremos un nuevo sistema educativo de los jóvenes (los futuros líderes sociales), inspirado por valores humanos y éticos, para superar la mayor crisis actual: la crisis de liderazgo en África y en el mundo.

África, y el globo, necesitan líderes íntegros, líderes sociales libres de ideologías partidistas osea preocupados por el Bien Común, y auténticos profesionales.

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