A veces, en medio de la violencia entre musulmanes y cristianos en la Republica Centroafricana, uno se encuentra con historias de personas que nadan contra-corriente buscando el entendimiento y que representan pequenas, pero significativas, victorias contra el mal. Es el caso de un barrio de Bangui llamado Boeing, llamado asi por su proximidad al aeropuerto. Les cuento la historia.
Desde hace mucho tiempo, existe en Boeing un cementerio musulman, utilizado sobre todo los los seguidores de esta religion en el barrio del Kilometro Cinco, habitado mayoritariamente por los seguidores del Islam. Conocido como el pulmon economico de la capital centroafricana por su concentracion de comercios y mercados, desde que las milicias anti-balaka atacaron Bangui en diciembre de 2013 el lugar se ha convertido en un gueto controlado por milicias armadas, algunas constituidas para la autodefensa, y otras integradas en la temida Seleka, los rebeldes musulmanes que siguen controlando casi la mitad del pais. En una situacion asi, el barrio musulman y los vecindarios proximos mayoritariamente cristianos se miran con desconfianza, cuando no con odio. Las escaramuzas entre unos y otros son frecuentes, y es muy raro que un musulman se atreva a poner el pie al otro lado de la calle que separa su enclave de los barrios cristianos.
Asi ocurria tambien en el barrio Boeing, uno de los que rodea el Kilometro Cinco. En febrero de este ano, un cortejo funebre de musulmanes que intento recorrer los cuatro kilometros que separan su barrio del cementerio musulman, pasando por Boeing, fue recibido con hostilidad por sus vecinos cristianos, que les hicieron retroceder a pedradas. Nadie volvio a atreverse a atravesar el barrio para llegar al cementerio. Varios meses despues, la mision de paz de la ONU en el pais (conocido como la MINUSCA) inicio un proyecto para intentar que los lideres comunitarios de los dos barrios (Boeing y el Kilometro Cinco) trabajaran por la reconciliacion. Desde hace tres meses, muchos jovenes de Boeing –casi todos ellos anti-balaka que quieren desmobilizarse- han cambiado las armas por las azadas y han trabajado para adecentar la carretera y desbrozar el cementerio musulman. En una segunda fase, MINUSCA aspira a dar tambien trabajo a jovenes musulmanes del Kilometro Cinco, con idea de que eventualmente los jovenes de las dos comunidades enfrentadas puedan trabajar juntos y crear asi nuevas relaciones.
Pero no se trata solo de dar trabajo a jovenes desocupados y asi mantenerlos lejos de la tentacion de unirse a las milicias. Como parte del mismo proyecto se han organizado sesiones de formacion sobre la paz y la cohesion social, y se realizan reuniones periodicas en las que los lideres de ambas partes planifican las actividades juntos, se hablan, y crean buenas relaciones que antes no existian.
La prueba de que este trabajo empieza a dar sus resultados se vio el pasado 26 de septiembre, cuando la ultima oleada de violencia que asolo Bangui empezo por un enfrentamiento entre milicias musulmanas del Kilometro Cinco y antibalaka venidos de barrios mayoritariamente cristianos. Al poco tiempo de empezar los disparos, los lideres comunitarios musulmanes llamaron por telefono a los comandantes anti-balaka de Boeing y negociaron con ellos un acuerdo de no aggression. De hecho, algunos anti-balaka venidos de otros barrios intentaron atacar a los musulmanes desde la retaguardia de Boeing, pero sus propios companeros de millicia que viven en Boeing se lo impidieron y tuvieron que darse media vuelta.
Durante estos ultimos dias, los lideres de Boeing y de Kilometro Cinco se han reunido varias veces para ultimar un pacto de no aggression que se espera sea firmado dentro de pocos dias. Segun este documento, los habitantes de Boeing se comprometen a dejar pasar a los musulmanes en su barrio sin ningun tipo de restricciones y a respetar los cortejos funebres cada vez que vayan a enterrar a sus muertos al cementerio. Los del Kilometro Cinco, por su parte, aceptarian no llevar armas cuando entren en Boeing y no realizer ningun tipo de acto hostil hacia sus vecinos. Es un acuerdo sobre un detalle que puede parecer muy pequeno, pero que puede convertirse en el inicio de una reconciliacion.
Ayer vi a los lideres de ambos bandos salir de la sala de reuniones de la MINUSCA. Hablaban en voz alta, se reian, se abrazaban. No es muy normal ver a cristianos y musulmanes estos dias en Bangui que se relacionen asi. Son pocos, apenas unos diez, pero si siguen adelante con su determinacion, personas asi podran arrastrar a millones. Un dia, cuando por fin la Republica Centroafricana encuentre la ansiada paz, habra que recorder que fue gracias a personas como ellos.
Original en : En Clave de África