Los fondos buitre cercan África

12/12/2016 | Opinión

Introducción : el extractivismo

África padece diversas formas de saqueo de sus recursos: del petróleo, de los minerales, de productos agrícolas y forestales y de reservas pesqueras. Se saquean tierras fértiles y recursos naturales así como recursos acuáticos sacrificados ante el altar del crecimiento infinito que se basa en una producción y consumo desatado de mercancías. Suministradores de mano de obra barata y/o de materias primas y tierras fértiles a bajo precio, los países en vías de desarrollo se encuentran en las escalas mal remuneradas de las cadenas de valores mundiales, mientras que la mayor parte del valor añadido es realizada fuera de África; sin hablar de las pérdidas económicas, gastos sociales y medioambientales que quedan a cargo de los países en desarrollo. Un perfecto ejemplo de esta explotación es ofrecido por el espectáculo de una mina de cobre abandonada por una compañía extractiva cuando deja de ser rentable: ha extraído lo que necesitaba y se ha largado dejando tras ella un lugar destruido y polucionado (1).

El extractivismo financiero: Los fondos buitre

En este número de Echos, abordamos el tema del pillaje financiero, especialmente debido a los fondos buitre. África padece la fuga de capitales provocada por diferentes mecanismos; por ejemplo, los flujos comerciales ilícitos a causa de las prácticas de las empresas multinacionales: los precios de la transferencia, la repatriación de los beneficios y la evasión fiscal, cuyo núcleo central está en los paraísos fiscales. Además, los fondos buitre constituyen otro mecanismo que contribuye al pillaje de las tesorerías de los países africanos.

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Los fondos buitre compran créditos en los mercados secundarios a los Estados acreedores en el momento en que los Estados deudores corren el peligro de encontrarse en situación de falta de pagos; confrontados a este riesgo, los Estados acreedores se inclinan a deshacerse de sus títulos y a venderlos a bajo precio en los mercados secundarios. Los fondos buitre buscan comprar créditos en ese momento, dado que el objetivo principal es realizar los beneficios máximos posibles. Luego, los fondos buitre rechazan participar y aceptar la reestructuración de las deudas de los países deudores cuyos títulos de crédito poseen. En general, los fondos buitre reclaman el reembolso de la totalidad del crédito, esto es, el principal y los eventuales retrasos en el pago (2).

Evidentemente, el rechazo por parte de los fondos buitre de participar en los planes de reestructuración compromete la obtención de un plazo de vencimiento o de un aligeramiento de la deuda por parte del país en cuestión. Ello es especialmente penoso para los países en desarrollo que quieren relanzarse económicamente, pero que están gravemente dificultados en esta voluntad por la pesada carga de la deuda, incluso cuando se trata de una deuda odiosa (3).

Los fondos buitre esperan cínicamente el momento en que su víctima esté en situación muy vulnerable para pedir el reembolso completo de la deuda: por ejemplo, cuando en país deudor está confrontado a una serie de deudas exteriores o a una recesión económica, o a una hiperinflación, etc. Entonces, los fondos buitre presentan denuncias ante los tribunales; a menudo, los procedimientos judiciales son largos, complejos y costosos para los Estados deudores. Cuando la Justicia decide a su favor, los fondos buitre se quedan con los bienes del Estado en cuestión (4). De este modo, los fondos buitre obtienen enormes beneficios (de 300% a 2000%, (5). Estos márgenes de beneficios son realizados sobre la base de la gran diferencia entre el precio de compra de los créditos y el pago obtenido de los Estados deudores. Posteriormente, estos beneficios son alojados en paraísos fiscales. Según Rapport Ziegler, África es el continente más seleccionado por los fondos buitre, con ocho acciones al año llevadas ante la justicia y a menudo perdidas por los países africanos deudores. El dinero acumulado así por los fondos buitre representa del 12 al 13% del PIB de los países africanos (6).

A principios de los años 1980, Zambia sufría a causa de los muy bajos precios del cobre; lo que derivaba en una penuria de divisas extranjeras y problemas para el pago de la deuda externa. En 1984, el gobierno de Zambia declaró que no pagaría la deuda contraída con Rumanía. Esta deuda fue recomprada por un fondo buitre en 1999. En 2003, Zambia llegó inicialmente a un acuerdo con el fondo buitre. No obstante, tras pagar 3,5 millones de $ al fondo, el gobierno dejó de pagar su deuda por haber detectado circunstancias opacas (corrupción) en la negociación del acuerdo concluido. El fondo buitre denunció el asunto ante un tribunal británico y ganó en 2006; obtuvo un beneficio de 370% (7).

Todo ello compromete claramente la capacidad de los países africanos para financiar los servicios públicos, como la educación, la salud, el acceso al agua, el saneamiento, la alimentación, la vivienda, la reducción de la pobreza, ya que los fondos presupuestados para cubrir estas necesidades deben ser reafectados para pagar el servicio de la deuda. En el ejemplo citado de Zambia, los fondos buitre acapararon el 15% (8) del presupuesto de protección social. Otro ejemplo es el de la RD Congo, donde un fondo buitre ha obtenido el reembolso de 70 millones de $ sobre una deuda inicial de 18 millones de $ (9) contraída en tiempos de Mobutu.

Felizmente, las mentalidades evolucionan y el Consejo de los derechos humanos de la ONU hace un llamamiento para crear un mecanismo de reestructuración de las deudas soberana, para cortar la hierba bajo los pies de los fondos buitre. Otro proyecto interesante concierne la Facilité africaine de soutien juridique de la Banque africaine de développement para ayudar a los países africanos a enfrentarse a los fondos buitre. Algunos países, como Bélgica, han adoptado legislaciones para eliminar los factores que impulsan a los fondos buitre. Esta ley establece que, en el caso de que exista una “desproporción manifiesta” entre la compra del crédito y las sumas o valor nominal pedidas después por el acreedor (en este caso, el fondo buitre) al país deudor, el acreedor no puede exigir más que el precio de la recompra (10). Los fondos buitre han protestado y han llevado esta ley al Tribunal constitucional belga.

Conclusión

Es evidente que los fondos buitre hacen que los fondos destinados al desarrollo y a los servicios públicos de base se dirijan a otros fines. Desde el punto de vista político, la carga financiera impuesta a los países deudores reduce su soberanía económica y social, ya que además de la obligación de reembolsar a los fondos buitre, estos países se ven obligados a depender de los préstamos de las instituciones financieras internacionales y de las condiciones que éstas les imponen. Finalmente, si añadimos esta cuestión de los fondos buitres a los otros flujos financieros ilícitos, se puede comprender fácilmente que para cambiar la situación, se deben buscar parar las causas de la hemorragia financiera catastrófica de la que son víctimas los países africanos.

Gino Brunswijck

Notas:

[1] Bednik, Anne, « Une Dette qui ne sera jamais payée » ( ), CADTM, « Dette écologique & extractivisme »(Deuda ecológica y extractivista) , AVP N° 67, 2016, pp. 10-17, à consulter http://www.cadtm.org/Dette-ecologique-Extractivisme

[2] Presentación de CADTM par R.Vivien, 26 octubre 2016, Bruxelles.

[3] Principe de droit international stipulant : « de droit international relatif à une dette contractée par un régime, et qui sert à financer des actions contre l’intérêt des citoyens de l’État et dont les créanciers avaient connaissance. », (Principio de derecho internacional que estipula : « de derecho internacional relativo a una deuda contraida por un régimen y que sirve para financiar acciones contra el interés de los ciudadanos del Etsado y cuyos acreedores tenían conocimiento de ello ») http://ap.ohchr.org/documents/dpage_e.aspx?si=A/HRC/33/54

[6] Nciones Unidas, Ibid.

[7] Naciones Unidas, Ibid.

[8] Naciones Unidas, Ibid.

[9] Naciones Unidas, Ibid.

[10] Para las otras condiciones que deben ser cumplidas al respecto, ver: punto 38, p.12 del « informe Ziegler » http://ap.ohchr.org/documents/dpage_e.aspx?si=A/HRC/33/54

Fuente: Africa Europe Faith and Justice Network – Réseau Afrique Europe Foi et Justice . N. 33 –novembre-décembre 2016 (Red África Europa Fe y Justicia, nº 33, Noviembre/diciembre de 2016)

[Traducción, Ramón Arozarena]

[Fundación Sur]

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