Los esfuerzos misioneros globales se han visto afectados en la época del coronavirus

18/09/2020 | Crónicas y reportajes

martin_lasarte.jpgEn un mundo marcado por la persecución religiosa y el secularismo creciente, ser sacerdote misionero nunca ha sido fácil. Agregue las fronteras cerradas y el distanciamiento social causado por la pandemia de coronavirus, y el trabajo ya difícil puede parecer imposible. Pero según un misionero, el sacerdote salesiano Martín Lasarte, hay una oportunidad más allá de los desafíos: «Ser un sacerdote misionero siempre ha sido difícil, y siempre lo será«.

Lasarte, que trabaja como misionero en Angola desde la década de 1990, es miembro del Departamento de Misiones de la Casa General Salesiana en Roma. Entrena y prepara a los misioneros católicos para viajar por todo el mundo.

La pandemia de COVID-19 vio una «gran reducción» en el ámbito del trabajo misionero, agravando una disminución constante en el número de vocaciones y sacerdotes que buscan convertirse en misioneros. Pero si bien el catolicismo puede estar menguando en muchos países occidentales, Lasarte afirma que están surgiendo nuevas comunidades en otras partes del mundo, especialmente en el hemisferio oriental. Corea, India y Vietnam han sido testigos de un aumento significativo en el número de fieles católicos, señala el misionero. Pero incluso en Asia, la obra misional enfrenta desafíos crecientes tales como el control autoritario de China sobre la vida de los fieles dentro de sus fronteras: «En los últimos años, la situación en China ha empeorado mucho […] mira el catolicismo y los derechos humanos con cierta preocupación». China se ha enfrentado a constantes críticas y protestas debido a su trato a las minorías religiosas. A partir de 2009, el país obligó a más de un millón de musulmanes uigures a ingresar en campos de detención masiva, donde ha habido numerosos informes de violaciones de derechos humanos.

Los comentarios de Lasarte sobre la persecución religiosa en China se producen en un momento en que el Papa Francisco y el Vaticano intentan negociar un acuerdo con la superpotencia emergente en un intento por reconciliar las tensiones de una década. El próximo acuerdo ha sido criticado por aquellos que temen que la Iglesia Católica, en nombre de la diplomacia, no esté dispuesta a responsabilizar a China por sus acciones. En su experiencia como misionero en Angola, Lasarte señaló “la nueva colonización de China en África” que se viene produciendo económica y políticamente en el país en medio de lo que llamó “el silencio del mundo, especialmente el silencio de Europa”. Es en Europa donde Lasarte encuentra «las zonas más preocupantes». Una vez hogar del celo misionero y de los católicos de sangre caliente, el Viejo Continente se ha convertido en residencia de una fe tibia y secularizada, con vocaciones menguantes y bancos vacíos, declaró el misionero.

Con más de 2 millones de casos de coronavirus y casi 200.000 muertes relacionadas con la COVID-19, Europa ha recibido un duro golpe por la pandemia, y también su fe. Las iglesias, los confesionarios y muchos sacramentos fueron prohibidos durante los meses de encierro en muchos países europeos. En declaraciones al periódico vaticano L’Osservatore Romano, el cardenal Jean-Claude Hollerich afirmó que la pandemia hizo retroceder a la Iglesia católica una década en términos de número de fieles y cultura religiosa. El arzobispo de Luxemburgo declaró que los católicos en su propio país “se reducirán en número” una vez que encuentren que “la vida es muy cómoda” sin tener que ir a la iglesia. Según Lasarte, la pandemia de la COVID-19 “ha purificado la iglesia”, separando a los que eran “católicos de cultura”, que asistían a misa por inercia de los que no pueden vivir sin ella. La respuesta, según el misionero, no está en la demografía: «No tenemos que buscar un gran número, sino la autenticidad del evangelio». Al igual que muchos sacerdotes que aceptan el declive de la religión en el oeste, Lasarte encuentra consuelo en el enfoque de “pocos, pero buenos”.

Esta no es la primera vez que el sacerdote católico intenta cambiar la narrativa en medio de una crisis global. En 2017, escribió una carta a The New York Times en la que, si bien elogiaba la publicación por arrojar luz sobre la crisis de abuso sexual en la Iglesia Católica, pedía que los periodistas también se interesaran por el trabajo positivo realizado por sacerdotes y laicos. También fue invitado por el Papa Francisco a asistir a la cumbre de obispos de la región amazónica de 2019 en el Vaticano, enfocada en promover el desarrollo sostenible de sus habitantes y su hábitat, donde experimentó de primera mano las profundas divisiones que subrayan la Iglesia Católica. En ese momento, Lasarte acusó a los obispos de clericalismo y de perder de vista las necesidades reales de los fieles. Hoy, los misioneros salesianos están trabajando arduamente para tratar de curar y prevenir la propagación de la COVID-19 entre los pueblos indígenas.

Claire Giangravé

Fuente: Religion News-Imagen: via Salesians.org

[Fundación Sur]


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